Medio Ambiente, ¿ilusión de arreglo?

Por Mikio Obuchi
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hipocresía medio ambiente

¿Hasta qué punto la ecología es un movimiento serio? ¿desde qué punto es solo una nueva forma de Marketing? ¿Hasta qué punto consumir productos de empresas que dicen apoyar al medio ambiente es cumplir con nuestra responsabilidad?

Hace un tiempo compré café, este venía en un envase en cuya etiqueta brillaban las palabras “respeto”, “sustentable”, en un fondo con vivos verdes donde había mensajes medioambientales, es decir una empresa que respeta el medio ambiente. Inmediatamente me pregunté: ¿puedo pagar un poco más para que una empresa cumpla con mi responsabilidad ambiental? Respuestas debe haber muchas, pero hay algo ineludible, el medio ambiente requiere de un cambio en los hábitos de todos, al final de cuentas todos emitimos basura.

Si bien debería ser una obligación constitutiva de las empresas comprar a productores amables con el medio ambiente; no tenemos certeza de que lo hagan o ¿sí? Es decir, un juego de colores un par de palabras que apoyan una causa no hacen causa si no van más allá del mero Marketing. Sin embargo, esto puede significar a su vez una forma de transferir nuestra responsabilidad como habitantes de este planeta y quedarnos como al principio: consumiendo con la conciencia tranquila de que se estan ocupando de ello.

Algunas empresas dicen ocuparse del medio ambiente si compras sus productos, la forma no interesa, la conciencia tranquila del consumidor se vuelve un producto más, en palabras de Zizek: “El precio más alto que en cualquier otro lado porque lo que en realidad estas comprando es la ´Ética del café´”.   Y es que en el libro “Chocolate sin grasa” se toca el tema y nos deja pensando no solo en una “compra ecológica”, sino que vivimos en tiempos donde se busca el placer sin su cara negativa, (asumiendo cierta negatividad del esfuerzo, misma que podemos asumir como: “menos tiempo para producir artículos de calidad”, “obligaciones que quitan tiempo”, de forma más precisa: “¿cómo me voy a ocupar del medio ambiente y de trabajar?”)

Lo que es cierto es que, en épocas de activismo por Facebook, paliar la conciencia es muy sencillo, pues todo se transfiere a algo que en muchos casos solo remueve nuestra tranquilidad mental ante hechos tangibles.

O: ¿quizá el consumir de productos amigables con el medio ambiente altera lo que en realidad debe alterar? ¿crees que tomar un café con una inmensa campaña publicitaria sobre cuán buena es la empresa hace que se emita menos carbono? ¿Estamos frente a una solución o frente a una ilusión de arreglo? En todo caso ve a tomarte un buen café y piensa.