Mucha agua bajo el puente

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Mucho se ha escrito y dicho sobre el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya; sería redundante presentar a los lectores los mismos argumentos que llevaron el caso a una saturación comunicacional desquiciante. Todos han ejecutado opiniones retroalimentados por el ego de una narrativa emocional adrenalinica. Lo que queda es recomponer aliento alejados de las tensiones políticas y las consecuencias que tendrá la decisión de este “tribunal de notables”; un pleito en el que no valió la palabra empeñada de presidentes y diplomáticos a lo largo de más de un siglo de historia. Es como si de golpe un déspota aplicará con su maso la amnesia en la memoria colectiva de toda una Nación.

La modernidad liquida en el mundo que vivimos parece recortada a la medida de los insaciables beneficios de castas privilegiadas que niegan a los países en vías de desarrollo y más aún a sus habitantes, posibilidades de inserción. El Cuarto Mundo que distingue a países en estado de marginalidad y las grandes potencias. Los bolivianos que llevaron el caso a la C.I.J. quizá no leyeron el mensaje y se enfrascaron a pelear en escenarios donde la indefensión caracteriza a los vulnerables. El fallo es una confirmación de 15 “notables” de los factores de fuerza que definen el lugar de la especie; la posición que debe ocupar cada actor, cada país, cada procedimiento. “El tema marítimo no es un asunto legal”, ha planteado el presidente de la C.I.J. El caso no parece tan jurídico como filosófico para entender la hermenéutica sin caer en las pasiones internas.

En otro orden de cosas dos entrevistas que definen la tenacidad de la pelea y la superación constante. Daenne Canedo Patiño, heredera de Beatriz Canedo Patiño “La reina de la alpaca”, aparece en portando luciendo el brillo que la alumbra seguir su legado. Javier Aneiva, gerente general de la Bolsa Bolivia de Valores, visiona una actividad que cada año bate records de crecimiento.