Norte – Sur

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La visita del presidente de los Estados Unidos a Cuba primero y a Buenos Aires, Argentina después, marca un nuevo rumbo en las relaciones que el Gobierno más poderoso del planeta impondrá en la región. No se trata de un nuevo Plan Marshall aplicado como receta tras la Segunda Guerra Mundial, este nuevo Plan de Persuasión está encaminado a fortalecer los lazos que la potencia del Norte tiene con algunos países de la región, tras la crisis populista. En Cuba, Obama abogó porque el Gobierno de Castro busque una apertura para que las instituciones democráticas tomen un nuevo impulso, contagiado por el avance de la tecnología y los negocios; la comunicación de Internet sigue siendo pobre; por eso, se anuncia que el gigante de las telecomunicaciones AT&T abrirá oficinas en La Habana aliada a la operadora local. La visión busca el fortalecimiento de la democracia con elecciones libres.

En la Argentina, además de bailar tango y hablar de la influencia de Borges y Cortazar en la literatura universal, el presidente afroamericano vivió días distendidos con el anuncio del presidente Macri de que se fortalecerán las relaciones y que grandes inversionistas se alistan para desembarcar en el país, tras deshielar las relaciones con los “fondos buitres”. Ya sabemos lo que está pasando en Brasil y Venezuela; ambos gobiernos han sido ya apuntados por los tentáculos del imperio y, Bolivia, no queda atrás en esta nueva mirada en las relaciones Norte – Sur.