Perros, frailes, influencers y políticos frente a un mendigo

Zana Petkovic
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Frente a la casa de Senka, los perros ladran, y algunos de ellos аúllan…”, dice el poema, cuya continuación sería: En un lugar oculto, querida, guardan un doloroso secreto. Y el secreto es simple pero terrible. “Quien una vez se convierte en nada, todo lo puede”. Te convertiste en lo que no eras al odiar todo lo que esencialmente eres, todo aquello de lo que tus antepasados estaban orgullosos y en lo que se reflejaban. Dejaste que los medios se conviertan en perros rabiosos. Es importante que los ladridos sean ensordecedores. Como cualquier mentira. Rugido, rugido, la sangre nada en él. Esa enorme mentira se derramó como una sepsis. Se derramó como una fosa séptica donde sólo nadan los resistentes a ese tipo de desechos orgánicos. No son muchos, pero huelen fuertemente a olor, a odio.

¡Es mejor ser cualquiera, pero no un farsante! ¿¡Un original rajado y parchado y no una falsificación!? ¿Y quiénes son? ellos mismos no lo saben. Tal vez sean recordados en el barrio por algún gallo calvo, como su querido líder.

Y no por ser un gran estadista, prolífico escritor, benefactor, artista, profesor galardonado con los más prestigiosos premios y reconocimientos. ¿Qué harán? ¿Chocar como dos toros en la corrida española? Cada vez se golpean más porros entre los cuernos hasta que uno queda retorcido. Y la amistad empezó como algo grande y duradero. Casi como el pacto de sangre entre Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Pero acá faltó Mark Twain.

A medida que aumentaba el volumen de ingresos y crecía el orgullo, uno de ellos tuvo que sacar provecho de su inferioridad servil y se inclinó por un pequeño amuleto. Toda fidelidad tiene un precio. Y el padrino estalla como una calabaza cuando sale rodando del remolque y acaba sobre el asfalto caliente. ¿¡Y ahí yace el conejo!? Ahí es donde yacen todos nuestros conejos. Padrinos amantes de la plata, amistades actuales, encuentros de inversión…iniciativas y un fuerte manifiesto de la lealtad del eslabón más débil.

Ahora la pregunta es: ¿Quién es más débil y quién es más persistente? ¿O, a quién se le ocurrió una mejor estrategia? ¿¡Y, qué harían…? ¿Eran como clavos y carne!? ¡Fuerza! El poder y el dinero olvidan todo lo relacionado con el odio. Mucho dinero es como un tsunami. ¡Alguien se mantiene de pie, alguien resbala! Incluso uno mucho más estable y con mejor historial de malversación secreta de dinero público no se mantendría en pie.

Los intereses personales en la sociedad son más crueles que la ley del más fuerte en la misma selva. Un perro tiene posibilidades de sobrevivir a un hombre condenado al ostracismo sólo si está dispuesto a cuidar de sí mismo. ¡Señor!, Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí, – comienza inconscientemente el cura del pueblo temporalmente aturdido por la fatal belleza de la estrella de los bares locales que ha evolucionado hasta convertirse en una influencer y querida de los del poder-.

“Bonito vestido, mamita”, -solloza el religioso-. “¡Dame una moneda!”, -grita el mendigo postrado entre estos dos-. La influencer suelta unas palabrotas sucias, herencia de su pasado poco glorioso desde lo alto de sus tacones plateados, mientras el fraile desaparece en una gran abertura que parecía la boca de un pato resignado. Entre estos dos, el mendigo queda blanco como la nieve.

 

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