El Gobierno de Bolivia hace todos los esfuerzos posibles para manejar adecuadamente la emergencia sanitaria. Es evidente que no se puede cubrir todo lo que el Ejecutivo quisiera. Los esfuerzos hasta aquí han sido importantes. Empero, se debe pensar que esta crisis como han calculado expertos en diferentes áreas de salud es un lastre que traerá consecuencias económicas, si no hay planificación. Por este aspecto innegable, la capacidad del manejo de una situación tan compleja requiere el concurso de los mejores hombres con los que cuenta en país en el manejo de varias áreas. La presidenta Añez en el primer mensaje a la nación se comprometió a convocar a los candidatos de las diferentes tiendas políticas que se preparaban para las elecciones postergadas. Convocatoria que jamás se realizó. La pregunta es si es que en esta crisis nacional y mundial prima el cálculo político electoral. De ser así se estarían cerrando importantes canales de diálogo y discusión de propuestas y soluciones.
Un gran acuerdo nacional
Una vez que las elecciones generales que debían realizarse el domingo 3 de marzo han sido diferidas aún sin fecha de realización, el llamado de la presidenta a los líderes políticos candidatos a la presidencia quienes en una acto de constricción podrían aportar con ideas imaginativas y señalar un par de nombres de notables para que reunidos en consejos permanentes puedan coadyuvar y perseguir salidas a la crisis que se anticipa por la paralización del aparato productivo. No puede pasar por alto el hecho que hasta ahora todos ellos se han movido bajo un mezquino paraguas para ver hasta qué punto el país podría entrar en una situación aún peor para responsabilizar al enemigo político por el descontrol. Ninguno hasta ahora la señalado el camino, aunque, claro, la principal iniciativa para convocar a un Gran Acuerdo Nacional esta en manos de la actual presidenta del Gobierno transitorio Jeanine Añez. Los candidatos no parecen darse cuenta del peligro de no dialogar en torno a objetivos comunes.