20 de octubre de 2019 | Capítulo II. Los incendios en la Chiquitania y el efecto electoral

A dos años de la movilización poselectoral en Bolivia
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Revista Dat0s. Edición 227
Foto: Revista Dat0s. Edición 227

El 20 de octubre de 2019, hace exactamente dos años, Bolivia vivió uno de los periodos más descarnados de su historia política contemporánea. Dos semanas después de las elecciones generales convocadas para esa fecha, el presidente Evo Morales que había gobernado 14 años consecutivos -el mandato más largo de cualquier otro periodo presidencial- abandonó Bolivia acorralado por un movimiento cívico que se manifestó en los diferentes departamentos del país. En la edición de noviembre de ese mismo año, dat0s relató en siete capítulos el particular momento que se vivía en Bolivia a punto de estallar en una guerra civil.

En este segundo capítulo narramos el factor detonante de la derrota electoral del MAS en las elecciones de octubre de 2019. Santa Cruz atraviesa su primera emergencia que impacta en el resultado electoral por los incendios forestales de más de 6 millones de hectáreas para ampliar la frontera agrícola.

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Un punto culminante en este periodo es la alianza que emprende el presidente Morales con los sectores empresariales más fuertes de Bolivia en torno a los cuales aglutina una fortaleza económica con proyectos de gran envergadura para el desarrollo nacional. Era muy frecuente entrar a una oficina de los empresarios cruceños y encontrarse con Evo Morales, compartiendo espacio y planificando proyectos multimillonarios. Uno de ellos, ya discutido y acordado con los grupos influyentes de Santa Cruz precisamente, es la expansión de la frontera agrícola. Vale la pena en este caso, citar el desarrollo del agro en la construcción de esa narrativa tan cordial que nacía en el oriente después de un periodo tenso que como punto culminante derivó en la matanza del hotel Las Américas el año 2008.

El polo de desarrollo cruceño comprende además de Megaproyectos multimillonarios un plan que, a manera de ejemplo, modifica normas y establece regulaciones que permite el chaqueo en espacios de su territorio y promueve asentamientos preparando la tierra para su industrialización. Para 2019 se estableció incorporar un millón de hectáreas nuevas de soja, trigo, maíz, sorgo y otros productos agrícolas para que Bolivia se convierta en un verdadero polo agroindustrial. Los agro empresarios cruceños soñaban convertir a Santa Cruz en una potencia sojera, por citar un ejemplo. Estos acuerdos se suscribieron entre los empresarios cruceños y el Gobierno con base en estadísticas de organismos multilaterales que señalan que el departamento de Santa Cruz puede convertirse en un gran exportador de alimentos.

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Proyecciones que demandaron reformular reglamentos por las que Bolivia se abre al ingreso de cultivos resistentes a las variables climáticas. Pese a la oposición de grupos ambientalistas a mediados de este año, el Ejecutivo aprobó un decreto que permitió el uso de transgénicos con el objetivo de triplicar la producción alimentaria y situarse a la altura de países exportadores de alimentos, tal el caso de Paraguay, Argentina y Brasil.

La temida fuerza electoral del MAS en Santa Cruz

Para comprender este hecho basta citar el crecimiento cruceño por encima del promedio nacional y su contribución al Producto Interno Bruto (PIB) con 28,7%. Los empresarios se reúnen regularmente con el Gobierno para avanzar la estrategia de una agenda desarrollista sentando las bases de proyectos de largo plazo. Sellada la postulación del binomio oficialista se echó a andar la estrategia agroindustrial cumpliendo los acuerdos entre el sector empresarial cruceño y el Gobierno nacional.

Se programó la quema de un millón de hectáreas en una zona de inmensos pastizales y bosque seco, pero un factor adverso obstruye el plan: en lugar de quemarse el millón de hectáreas planificadas el fuego descontrolado arrasa alrededor de 5 millones de hectáreas y toma zonas emblemáticas zonas del patrimonio ecológico del departamento. El fuego estuvo a punto de alcanzar el patrimonio natural en la zona del Bosque Seco Chiquitano (BSCH), considerado una importante reserva de flora y fauna.

La tragedia mal administrada por el Gobierno de Evo genera un sentimiento antigubernamental sobre todo entre los jóvenes que se vuelcan de toda Bolivia en patrullas organizadas para controlar los incendios que a medida que avanzan ponen en peligro cinco parques nacionales, además de una variedad importante de riqueza silvestre y animal. Por esto aflora un sentimiento ecologista particular entre los jóvenes que se convierten en el motor del descontento contra los asentamientos promovidos por el Gobierno en la zona.

Germina una lucha por la preservación de la naturaleza en Santa Cruz que deteriora la expectante relación con el electorado. Bolivia se pone en la mira internacional ya que en el mismo periodo otros focos de incendio se registran en la Amazonia brasileña levantando sospechas de una deforestación a gran escala del bosque considerado el más importante pulmón del planeta. Si bien el BSCH no es parte de la Amazonia las fake news no hacen diferenciaciones sutiles. El Gobierno queda mal parado por la incapacidad de controlar la voracidad del fuego y se niega a declarar la emergencia nacional clamada a gritos en el departamento.

El fenómeno electoral en la Chiquitania y los jóvenes

Poco antes de las elecciones de octubre de 2019 confluyó un movimiento que se concentró en los ya famosos, muy utilizados y polémicos cabildos que en Santa Cruz congregaron a más de un millón de personas. El respiro de aliento del cabildo cruceño no es precisamente la defensa del Medio Ambiente pero esta figura concentra masa y a la temática de los incendios se juntan otras demandas departamentales que exigen el Federalismo y fija plazos al Gobierno para derogar las normas de expansión de la frontera agrícola. Además, se expande un rumor de baja intensidad contra la reelección del binomio del MAS y crece la figura 21F. En ese clima antigubernamental, los bolivianos asistimos a las elecciones de octubre de 2019.

El resultado fractura el apoyo del electorado del MAS en Santa Cruz y la victoria que se daba por descontada resulta una tremenda derrota para sus aspiraciones y planes en ese departamento. La candidatura de Carlos Mesa por Comunidad Ciudadana (CC) obtiene un apabullante triunfo en Santa Cruz con el respaldo del 47% de los votos frente a 33% del MAS. El resultado adverso voltea todos los cálculos del Gobierno.

Hasta un día antes de los incendios se seguía preparando a Santa Cruz a un despegue inusual de crecimiento. Como prueba de esta afirmación el Gobierno y dos poderosos grupos empresariales cruceños celebran en plena emergencia por la quema del bosque la primera exportación de 200 toneladas de carne de primer nivel a los mercados de China Popular.

Nadie en Santa Cruz hablaba de la preservación de sus bosques, sino de seguir creciendo hasta convertir al departamento en el principal polo de desarrollo del país. Las discusiones giraban sobre la construcción de modernos puertos y carreteras en la Hidrovia Paraná – Paraguay, un moderno HUB para el aeropuerto de Viru Viru que convertiría a Santa Cruz en un centro comercial de primer orden; el desarrollo agroindustrial incentivando la siembre de semillas transgénicas; la producción de etanol a gran escala. Hasta ese día los temas de discusión eran la construcción de ciudades inteligentes sobre el Urubo o el Norte Integrado; la Nueva Santa Cruz con sus lagunas artificiales, los World Trade Center. La naturaleza convirtió el sueño en una desencajada pesadilla.

De un día a otro, Santa Cruz definía una crucial elección por el ambiguo manejo estatal para sofocar los incendios en la Chiquitania. En la ocasión, dat0s entrevistó a grupos de profesionales y ecologistas que coincidieron en que “la pesadilla de bosques recién estaba comenzando”. El fuego fue devorando a su paso Concepción, San Xavier, San Matías y otras áreas. En muchos registros la opinión de los jóvenes, eran acompañadas con llanto. El BSCH, el mayor afectado por los incendios tiene una extensión de alrededor 40 millones de hectáreas y junto a la zona del Pantanal y el Gran Chaco, alberga alrededor del 36% de la extensión del departamento de Santa Cruz. En esa inmensidad de territorio se encuentran los parques nacionales Noel Kempff, San Matías, Kaa Iya, y Otuquis –declarados así por su riqueza en biodiversidad– dos parques departamentales: Silvestre Ríos Blanco y Negro y Santa Cruz la Vieja; y  otros tantos de tuición municipal.

Era un momento de reflexión que no se entendió en su magnitud. Un momento para repensar el progreso tan obsesivo de Santa Cruz.