El Movimiento Al Socialismo (MAS) acentuó los últimos días la denuncia de un presunto “complot” urdido por la Embajada de Estados Unidos contra el mandatario Evo Morales para afectar su imagen de cara a las elecciones presidenciales de octubre, situación que para dos analistas políticos es una prueba de que el oficialismo tiene el temor de perder estos comicios, y que también busca fortalecer su voto duro y atraer el apoyo de los indecisos con la ayuda de un “enemigo externo”.
El presidente Morales dijo, el sábado en una entrevista al medio argentino La Pizarra, que la Embajada de EEUU preparó el caso Zapata, que le hizo perder el referendo del 21F de 2016, y que ahora mismo el país del norte está tramando otro complot.
“Sé que la Embajada de EEUU está preparando, estamos convencidos de eso. Qué me estará preparando en base a la mentira, ésa es la estrategia del imperialismo, del capitalismo, nunca dicen la verdad, montan por redes, medios de comunicación”, mencionó Morales.
En la misma línea, el ministro de la Presidencia, Juan Rmaón Quintana, dijo que “éste es un año muy difícil y complejo para nosotros, nos vamos a las elecciones más difíciles y desde afuera nos quieren tumbar”.
Al respecto, el analista político Rolando Tellería explicó que estas reacciones son clásicas en Gobiernos “populistas”, “la apelación a las amenazas externas, sobre todo las que vienen del imperio, cuando enfrentan complicadas circunstancias internas donde se juegan cruciales momentos en mantener y estabilizar el poder, es decir, el statu quo”.
En este sentido, el docente de la UMSS aseveró que, como dice Quintana, las elecciones de 2019 serían las más difíciles, pues, ahora, “ellos están conscientes de aquella posibilidad potencial de perder el poder en las urnas. Ante esos riesgos que amenazan el ‘statu quo’, el discurso que enfatiza amenazas externas, tiene el objeto de convocar a la unión, de ‘cerrar filas’ internamente para enfrentar y resistir al enemigo externo, en este caso al capitalismo e imperialismo”.
La denuncias de un complot, explica Tellería, buscan “abrir el paraguas” frente a eventuales denuncias y escándalos de corrupción. “Como en el caso Zapata, descalificarán las denuncias sobre sus actos de corrupción, calificándolas de mentiras, que formarían parte de ese ‘complot'”, dijo.
Asimismo, la analista política Erika Brockmann dijo que azuzar el discurso del complot “no es una estrategia casual”, que “quizás quieren reafirmar su voto duro en las áreas rurales que está siendo de alguna manera permeada por partidos de oposición”.
“No creo que este discurso del enemigo externo cale hondo en las clases medias; está dirigido a sus clases duras, pero la fidelidad de este núcleo es bastante fuerte y no necesita de discursos de esta naturaleza porque cree todo del Presidente”, dijo.
20 de octubre serán las elecciones presidenciales en todo el país, según el TSE, y una probable segunda vuelta será el 15 de diciembre.
VEN ESTRATEGIA CUBANA EN EL MAS
Para la oposición, la presencia del ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quntana, y el conocido “talibán cubano” Hassan Pérez dictando cursos a la fuerza de seguridad presidencial es una muestra del peso de La Habana en las decisiones políticas del Gobierno del MAS.
El diputado de UD, Gonzalo Barrientos, dijo en su momento que Cuba está detrás de la estrategia del MAS para las elecciones y por ello envió a expertos en temas de seguridad y otros para asesorar al oficialismo boliviano. También se denunció la presencia de asesores venezolanos.
“EL DISCURSO AMIGO- ENEMIGO YA NO SEDUCE”
Para la politóloga Erika Brockmann, el discurso “amigo-enemigo” que el MAS está utilizando “no es nuevo” y no tendrá los resultados que el oficialismo espera.
“(El MAS) quiere convencer a los que ahora están dudando de Morales y que votaron por el No (en el 21F), y esa gente no es sensible a discursos radicales. Y no es que recién el MAS ha exacerbado sus discursos, ya son varios años de esto. Este discurso del amigo-enemigo no es nuevo; cambia de énfasis y es persistente, pero no es ésa la manera de seducir a las clases medias que ahora están indecisas”, dijo la analista.
En este sentido, ratificó que el discurso tiene el objetivo de afianzar el núcleo duro del MAS, específicamente de las zonas rurales, donde este tipo de relato es utilizado por el oficialismo desde hace varios años con resultados favorables.