Bolsonaro su juego es a todo o nada

Una multitudinaria concentración en la Avenida Paulista en São Paulo convocada por partidarios del expresidente superó la presencia de 500.000 personas. A pesar de haber sido anunciada por Telegram la presencia de Javier Milei y Donald Trump, no asistieron al acto, que reafirmó, sin embargo, la fuerza política que el expresidente representa entre los brasileños.

Alejado del Palacio del Planalto, tras la derrota ante Lula, el expresidente Jair Bolsonaro empezó a acumular una serie de problemas judiciales. No era elegible debido a una decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) y ahora es el principal objetivo de una investigación sobre un intento de golpe de Estado para impedir que su oponente asumiera el cargo.

El pasado jueves 22, el expresidente guardó silencio en su declaración ante la Policía Federal sobre el caso, luego de que el intento de postergar la audiencia, realizado por sus abogados fuera negado por Alexandre de Moraes, relator del caso. El expresidente se cree víctima de persecución por parte del ministro, quien pidió que le confiscaran su pasaporte durante la misma investigación, y lo atribuye a venganza por los insultos y amenazas que Moraes y su familia recibieron por parte de las turbas bolsonaristas.

Utilizando este tipo de termómetro, el ex presidente sabía de antemano que una manifestación exitosa a pesar de que no cambiará el humor del STF, pero apostó toda su artilleria para tener una foto de la concurrida Avenida Paulista y demostrar su capacidad de movilización.

Lo que ocurrió este domingo fue la confirmación del hecho con una concentración de simpatizantes que, según cálculos del Gobierno del Estado de São Paulo, superó los 500.000 simpatizantes con los que el expresidente, Bolsonaro logró hacer gala de una fuerte fuerza política. La manifestación reunió por primera vez en una misma plataforma a algunos de los exponentes más relevantes de la derecha en el país.

El discurso del expresidente

Bolsonaro dijo ser víctima de persecución, negó cualquier intento de golpe de Estado y habló sobre el llamado borrador golpista. “¿Qué es un golpe? Es un tanque en la calle, es un arma, es una conspiración. Es poner de tu lado a las clases políticas, a las clases empresariales. Eso es lo que es un golpe. Nada de eso paso en Brasil”, afirmó. También clasificó el documento que circuló en su gobierno con instrucciones de anular los resultados de las elecciones –que pasó a ser conocido como el “borrador golpista”– como simplemente un decreto de estado de defensa que no podía instituirse sin la autorización del Parlamento.

Además de negar la conspiración para un golpe de Estado, Bolsonaro apeló al Congreso un proyecto de amnistía para los detenidos por participar en los atentados del 8 de enero de 2023, cuando cientos de sus seguidores invadieron y destruyeron los edificios de los Tres Poderes. en Brasilia. “Cualquiera que haya destrozado una propiedad, y no estamos de acuerdo con eso, debe pagar, pero estas sanciones van más allá de lo razonable”, afirmó. El expresidente evitó en su discurso ataques directos al STF.

El acto fue inaugurado por la primera dama Michelle Bolsonaro, quien es vista por el PL como una fuerza política para futuras elecciones. Ella hizo una oración y se emocionó durante su discurso al que cargo contenido religioso. A la manifestación también asistieron varios aliados políticos del excapitán, como los gobernadores Tarcísio de Freitas (SP), Romeu Zema (MG), Ronaldo Caiado (GO) y Jorginho Mello (SC), así como el alcalde de São Paulo, Ricardo Nunes.

El evento contó con discursos del propio Bolsonaro, Michelle Bolsonaro, Silas Malafaia (presidente de la poderosa congregación cristiana Associação Vitória em Cristo), entre otros

Telegram fue otro vehículo muy utilizado, con derecho a difundir noticias falsas “confirmando” la presencia de autoridades extranjeras, como el presidente argentino, Javier Milei, y el precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, algo que no ocurrió.

Bolsonaro está trazando planes para el peor de los casos: pretende hacerse pasar por víctima de persecución y sueños de solidaridad incluso de gobiernos extranjeros. Bajo una enorme presión, siempre tiene que aumentar sus apuestas políticas. Cada vez más, su juego es todo o nada.