Cardona se ratifica y dos ministros le dicen loco
El Gobierno a través de sus ministros trata de descalificar los fundamentos del militar que se fue a España en busca de refugio y lo tilda de sufrir de serios trastornos mentales.
Dos ministros de Estado pusieron en duda la salud mental del coronel de Ejército Germán Cardona, que salió del país rumbo a España en busca de refugio, mientras que Este ratificó sus denuncias contra el Gobierno de someterlo a una persecución para que se retracte de un informe ultrasecreto que elevó al Comando General del Ejército sobre el retiro irregular de armas.
El ministro de Defensa, Reymi Ferreira, en rueda de prensa en La Paz junto con el comandante del Ejército, negó de forma categórica las denuncias de Cardona de que las armas usadas en el caso terrorismo 1 fueron retiradas de la Octava División de Ejército por orden de personeros del Gobierno. ”Hay que aclarar que el Ministerio de Defensa no tiene ambulancias y que cuando habla de informe ultrasecreto, no existe un informe sobre el traslado de armas, eso está en su cabeza.
Es una denuncia falsa, él puede volver (al país), tiene todas las garantías”, dijo Ferreira. Por su parte, el ministro de Gobierno, Hugo Moldiz, tildó a Cardona de “fantasioso y esquizofrénico”, y que antes de refugiarse en España, dejó cuatro denuncias en contra de autoridades nacionales. Además relató una serie de causas abiertas contra el militar dentro de las FFAA y en la justicia ordinaria.
Ratifica su denuncia Mientras tanto el coronel Cardona, en contacto con varios medios de comunicación, ratificó que las armas del caso terrorismo fueron retiradas el 9 de marzo de 2009 por el entonces ministro de Defensa, Juan Ramón Quintana, y la diputada Gabriela Montaño en una ambulancia de Defensa Civil del Minisetrio de Defensa y que ese arsenal fue presentado el 16 de abril del mismo año como pruebas dentro del caso terrorismo 1. Cardona señaló que el Gobierno no tiene argumentos y por eso le dice que está demente. “Me haré exámenes aquí y los enviaré a Bolivia para que vean si estoy loco o no”, dijo. El militar afirmó que está en permanente contacto con sus familiares y que uno de sus hijos ya fue ostigado por sospechosos pero que lamentablemente nadie les brinda las garantías. Juan Ramón Quintana y Gabriela Montaño dijeron que no emitirían ningún criterio sobre la denuncia de Cardona porque el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, se iba a referir al tema.
Soza dice que todo es cierto Desde Brasil, Marcelo Soza, exfiscal del caso terrorismo 1, se refirió a las declaraciones hechas por el coronel Cardona al señalar que existió un montaje de armamento en las intervenciones del hotel Las Américas y en el estand de Cotas, en la Fexpo.
“Es un dato cierto, ya existían rumores dentro de la misma Policía de que el armamento que se encontró en el hotel Las Américas y en el estand de Cotas había salido de un operativo anterior al caso terrorismo”, manifestó el exfiscal a radio Erbol. Dijo que en repetidas ocasiones solicitó revisar las pruebas y tomar declaraciones a todos los efectivos que realizaron ambos operativos. “Estos detalles hacen ver que el coronel Cardona dice la verdad y el Gobierno va a tratar de desacreditarlo”, agregó. Soza reiteró que no lo dejaron investigar y que el caso estuvo “controlado” desde el Ministerio de Gobierno. “Es evidente que se encontró bastante munición en el estand de Cotas, pero la mayoría corresponde al Ejército, pero no se encontró ningún arma que corresponda a ese calibre”, reveló.
El exfiscal, que tramita su refugio político en el vecino país, manifestó que “evidentemente hubo una situación de plantar evidencias y por eso no me convocaron para que yo intervenga en los operativos”. Agregó que “las municiones estaban en cajas que dicen Cofadena, que pertenece al Ejército y esa munición pertenecía al Ejército (…) Había munición que no era compatible y traté de investigar, pero desde el Gobierno y la Policía nunca se me proporcionó información”. Finalmente, Soza reveló que desde el Gobierno le pagaban a él y a los uniformados involucrados en las pesquisas. Se negó a revelar el monto que recibía como aliciente para su trabajo, pero admitió que era cuantioso