Las fuerzas internas y las disputas personales. El nuevo papel del empresariado y las elites cruceñas en las elecciones generales.
Santa Cruz ha sido sacudida por la fuerza de un turbión que desarticuló lo que sus líderes avanzaron sobre la base del proceso autonómico (2000 – 2005). Desde el “glorioso” cabildo del millón de 2004, liderado por las elites empresariales/políticas cruceñas -léase Branko Marinkovic y el actual gobernador Rubén Costas- ya nada parece ser igual a la Santa Cruz de aquellos tiempos: influyente, liberal, dominante y aparentemente indonable. Instalado el MAS en el poder (2005), la desarticulación del empoderamiento cruceño llegó más temprano de lo que sus elites avizoraron merced a una equivocada visión de la política nacional, pese a que comandaban la fracción de la denominada Media Luna que se convirtió en el brazo ideológico y operativo contra el flamante Gobierno masista.
Fueron tres largos años en los que se gestaron los cambios. El detonante llegó en 2008 con el “golpe cívico institucional” denunciado por el Gobierno para desestabilizar el “proceso de cambio”. La reacción oficial no se dejó esperar. La madrugada del 16 de abril de 2009, fuerzas de seguridad del Estado irrumpieron en el hotel Las Américas y desarticularon un supuesto grupo “terrorista” que aparentemente contratado por las elites empresariales/políticas del departamento, tramaban el desmembramiento del territorio nacional y en consecuencia la ruptura con el Gobierno central.
Seis años después, Santa Cruz no pide ya descentralización y su proceso autonómico ha quedado en segundo plano. La rearticulación de lo único que queda de su fuerza política es conseguir -a como dé lugar- un pacto con el Gobierno del presidente Morales.
En este escenario, en el que los rendidos evocan pleitesías y los pocos que quedan de pie no logran cimentar un camino para enfrentar a las fuerzas centrífugas, el panorama electoral en el departamento es contradictorio e incierto y paradójicamente, nítido y sombrío al mismo tiempo.
Hoy en Santa Cruz se miden los impacientes empresarios para los que el mes que nos separa del proceso electoral es mucho esperar, porque el dinero además de no tener color es impaciente y quienes han decidido apoyar el “proceso de cambio” que lidera Evo, han echado asfalto todavía caliente para acallar lo poco que queda de la resistencia.
La realidad emergente en el Oriente
Insistentes trascendidos, afirman que la estructura política de esta importante región del país, se recompone para las elecciones de octubre. Por un lado están los que estimulados por la cantidad de negocios y la teoría del “Vivir Bien”; esperan ansiosos una nueva reelección del presidente Morales y en el caso de la oposición, la posibilidad aun remota de una segunda vuelta que permita forjar un equilibrio regional sin cabezas visibles. Algunos líderes cruceños buscan afanosamente conseguir algún espacio en las cámaras y/o en el aparato del poder mediante alianzas o adhesiones y, otros, los pocos, apuestan a neutralizar lo que llaman la “judicialización de la política”. Pero en general la percepción del electorado cruceño es que ni en las peores circunstancias quisieran volver atrás.
Los casos Terrorismo I y Terrorismo II:
Es indudable que entre los casos judiciales pendientes en la región, resaltan los denominados “Terrorismo I” y “Terrorismo II”. El hilo pendular del caso -el fiscal en Materia Marcelo Soza- huyó del país y sin su presencia, poco o nada queda para los 38 procesados que deben seguir recluidos sin pena ni gloria y sin que su voto pese en el festivo ambiente preelectoral que se respira en Santa Cruz. Quizá ellos y sus familias, sigan clamando al cielo por mucho tiempo más, una explicación a Dios que no llega.
Lejos, el otrora poderoso fiscal es apenas un atisbo en el recuerdo. Sus declaraciones antes de fugar a Brasil de que se iba “por falta de garan-tías de la Justicia boliviana”, parece a estas alturas un mero pretexto para cubrir los verdaderos motivos de su ausencia. Es imposible creer que una pieza vital del entramado judicial del Gobierno, sea como lo ha declarado el propio presidente Morales un simple y vulgar “delincuente”. Pero además, en torno al caso, se juegan lazos afectivos evidente. Nadie ha respondido, por ejemplo, el clamor de Zvonko Marinkovic, ex prefecto del Departamento e influyente en la CAINCO -la vigorosa organización que reúne a la crema y nata de la sociedad cruceña, aunada por una hermandad a toda prueba-; que desafió a sus otrora amigos, que digan cuánto dinero contante y sonante se jugó para no caer en las manos del fiscal Soza, que mandaba encarcelar a los que no ponían delante una buena suma de dinero. Hasta hoy, se guarda un silencio muy parecido a la complicidad.
El panorama electoral cruceño
En este escenario, el ingreso a la política de dos archiconocidos abogados Otto Ritter (PDC) y Juan Carlos Subirana (MAS), señalan el norte de una disputa electoral que tiene a las claras esos dos componentes. Ritter denominado cariñosamente “el Batman”, (abogado del acusado Gral. Gary Prado Salmón), que se postula como candidato a Diputado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), afirma que el esclarecimiento del caso terrorismo es de gran importancia para los cruceños y que no se extingue porque el MAS quiere continuar utilizándolo como instrumento de amedrentamiento: “Hay gente que le tiene miedo al Gobierno. Se ha demostrado la brutalidad, sadismo y falta de humanidad con la que actúa…”, afirma el abogado en certidumbre de quién es él y de que su papel no cambiará por altruismo alguno.
Por su parte, el también abogado cruceño Carlos Subirana, conocido en el MAS como “el Pitbull” y ahora también candidato a diputado por ese partido, afirma que las referencias al caso terrorismo que hace Ritter son “propaganda política”. En su opinión, sí hubo en la capital oriental, “un intento de terrorismo y separatismo” financiado por terceros. Es natural -sostiene- que esas personas no quieren que el caso concluya puesto que cuando “haya sentencia, ahí se va a ver quién fue y quién no”.
Unidad Demócrata (UD): Es notoria, la labor sistemática de Unidad Nacional (UN), que finalmente logró presentarse conformando el frente Unidad Demócrata (UD) en alianza con el Movimiento Demócrata Social (MDS) de Rubén Costas Aguilera, Gobernador cruceño. Las fuentes reconocen la habilidad del empresario para arribar a un acuerdo, ubicando en la candidatura para la vicepresidencia, al beniano Ernesto Suárez Sattori, popular ex gobernador beniano. Según ciertos disidentes internos, al disgregarse el Frente Amplio que había sido originalmente concebido para unificar a la oposición; Unidad Demócrata ya no representaría la institución para la democracia que se planteó como una alternativa programática e institucional a largo plazo.
Pese a las críticas -no pocas- Unidad Demócrata se constituye en una alternativa electoral en Santa Cruz, donde el partido de Rubén Costas Aguilera tiene largo y reconocido arrastre y popularidad. Pero esta alternativa de éxito enfrenta sus propias limitaciones. El abogado y analista Antonio Coca Suarez afirma que si la UD “da un paso en La Paz, en Santa Cruz tiene que dar tres”.
Movimiento Sin Miedo (MSM): El MSM desplegó todos sus esfuerzos para modificar sus anteriores y fracasadas posturas de presentarse en Santa Cruz con sigla propia, pero sin el acompañamiento de un sólido candidato local de arraigo y peso propio; concluyendo con la incorporación en la postulación a la vicepresidencia, de Adriana Gil Moreno, ex masista fervorosa y ex diputada por Convergencia Nacional del exiliado Manfred Reyes Villa. Las recientes presentaciones públicas del candidato del MSM y de su vicepresidenta, no han conmovido al electorado cruceño por lo que analistas opinan que no tiene mayor impacto ni voto de la mujer y de la gente joven en Santa Cruz.
No queda claro sin embargo, si debido a la inexorable marcha del rodillo de la ley o a una genial movida política del MAS-IPSP, el primero se encuentra -según sus propias denuncias- a punto de ser detenido por un caso de supuestos malos manejos de fondos públicos en la construcción de los “Puentes Trillizos” en La Paz. La segunda, descarga sobre los hombros de Gil; el aparente cuanto mañoso incumplimiento de su madre de un voluminoso crédito impago en la Cooperativa “San Luís”, intervenida y declarada en quiebra por el alegre -por decirlo eufemísticamente- manejo de los recursos de sus depositantes, giro que se cree tendrá un efecto altamente negativo para la candidata y obviamente para el MSM.
La Democracia Cristiana (PDC): El inequívoco representante de la derecha nacional, afirma que Bolivia “no quiere más delincuencia y quiere decirle no al despilfarro, no a la corrupción y no a la persecución política”; asegura que con ese propósito, incorporó a su fórmula “jóvenes candidatos y personajes de gran trayectoria que con su experiencia, aportarán al país”. No resulta claro si al hacer estas declaraciones, Quiroga se refiere al abogado Otto Ritter que ha manifestado estar decidido a darle un serio cuanto enérgico cambio al manejo discrecional, abusivo y corrupto de la Justicia en Santa Cruz y en todo el país.
El panorama general
Luego de una brutal caída de la influencia cruceña en el país, precisamente por las implicaciones de los casos Terrorismo I y II, la innegable realidad es que la evidente ineficacia de este embrollado doble proceso y el enorme desprestigio de sus corruptos impulsores y encubridores, han dado lugar a la iniciación de una nueva etapa en el comportamiento de la región que poco a poco, se atreve nuevamente a adoptar posiciones contestatarias de toda índole, incluida la votación a favor de una fórmula opositora en las próximas elecciones generales. Obviamente que tampoco cabe descartar la victoria de Morales para un tercer periodo de Gobierno, que según todos los pronósticos, será el más difícil y complicado de todos, si logra concluirlo.
A todas luces, Santa Cruz se constituye en una fuerza electoral impaciente por conocer a sus nuevos líderes abogados, políticos y empresarios.