El país que transitamos

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El valor útil de las encuestas. Ocho chaves para entender dónde estamos

 

1. En Enero de 2013 me atreví a afirmar la existencia de una profunda insatisfacción respecto de la democracia y el modelo económico imperante. Los datos de los estudios realizados mostraban un deterioro de la confianza en las instituciones democráticas, una población polarizada en posiciones radicales y enfrentadas, sumado a un ambiente que paulatinamente se configuraba para producir un cambio significativo. Nadie escuchó.

 

2. En Junio del 2007 sobre la base de una encuesta Nacional de E&E e información secundaria de CELIN, CEDLA y la Fundación Milenio concluí en el siguiente análisis político social: Los tradicionalmente grupos excluidos estaban en plena insurgencia, el Estado Unitario y su institucionalidad estaban prácticamente quebrados.  Se había llegado a una politización extrema, donde la ideología superaba la realidad.

 

3. En Julio de 2007 sobre las mismas fuentes plantee el siguiente análisis económico: El país comenzaba a vivir una contradicción económica: 1) El incremento de los precios internacionales había producido datos macro económicos positivos y por ende un incremento de la masa monetaria, sin embargo de ello, la inalterable estructura bi productiva boliviana (80% de las exportaciones basada en dos rubros: hidrocarburos y minerales) tendía a hacerse cada vez más mono productiva (exclusivamente gas), 2)  si bien mejoraban los indicadores de pobreza por transferencias directas (bonos) los indicadores de calidad de vida eran peores; 3) Mientras se potenciaban ciertos sectores informales los sectores empresariales veían una reducción de su capacidad productiva y competitividad. En resumen: Mientras se producía un recambio en el poder económico, la estructura económica permanecía inalterable mientras la percepción ciudadana valoraba cada vez mejor la situación económica del país.

 

4. Para Septiembre de 2009 sobre la base de otra encuesta de E&E comenté que los signos del país señalaban una mayor intolerancia y vocación autoritaria junto a una proclividad centralista colectivista. El empoderamiento de los grupos informales (2007) se traducía en un aumento de la criminalidad (42% respecto dos años atrás), del índice de corrupción INC (37% respecto 2005) y de los montos involucrados en la corrupción (+50% respecto del 2005). El tráfico de drogas y el consumo presentaban también incrementos significativos. Como consecuencia de la inseguridad el apoyo a la democracia se había reducido en 30% y la legitimidad institucional en 47%. Asistíamos impávidos al quiebre de valores.

 

5. Si el 2009 se comparaba la tasa de crecimiento del PIB Boliviano con países vecinos o similares, era evidente que no se había aprovechado la bonanza internacional en la misma magnitud ni se habían hecho inversiones que permitieran una sostenibilidad en el largo plazo. Sin embargo la percepción ciudadana de la situación económica le permitía al presidente Morales obtener la mejor calificación de los últimos presidentes (4.22 sobre 7). Morales para Noviembre del 2009 era un ícono vs una imagen difusa de sus oponentes, tenía proyecto, discurso, dinero, comunicación y estructura. Sus oponentes ni siquiera percibían que lo que estaba en juego no era la presidencia sino la democracia.

 

6. A Septiembre del 2014 y desde las mismas fuentes podemos decir que se ha consolidado el recambio del poder (56% de los entrevistados creen que el país está gobernado por cocaleros, 53% por sindicatos o movimientos sociales, sólo 21% señala que la izquierda es quien gobierna). 65% aprueba las nacionalizaciones del gobierno, 58% atribuye a éstas el éxito de la actual gestión. El índice de gestión gubernamental es de 40% (porcentaje de personas que califican como excelente y muy bueno al trabajo que realiza el gobierno), siendo sus calificaciones más altas hidrocarburos, carreteras y comunicación y sus notas más bajas en seguridad ciudadana, control de precios, empleo y relaciones internacionales. El Presidente Morales obtiene una mejor calificación (4.57 sobre 7) y 71% de los respondientes señalan que no hay oposición.

 

7. Hoy un 54% de hogares dicen haber sido víctimas de algún acto criminal o delincuencial, 45% percibe que la corrupción ha aumentado en los últimos 12 meses, 37% percibe que el narcotráfico ha aumentado en el último año, 57% cree que en un año ha aumentado el contrabando, 54% dice que sus barrios no son seguros. Pero nada de eso importa. El principal predictor de la aprobación del presidente es la percepción de desempeño económico del gobierno y hoy, un 63% cree que la situación económica del país es mejor que hace 8 años.

 

8. Nadie duda de la victoria del Presidente Morales por un nuevo periodo presidencial. Puede discutirse de si obtendrá o no mayoría en el parlamento para seguir gobernando bajo la misma lógica o no. Lo que parece indiscutible es la severidad de la crisis que se avecina y la forma en que todo cambia y nada cambia.