El poderoso ministro alemán que quiere a Grecia fuera del euro

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Wolfgang Schaeuble es bien conocido por refunfuñar que las normas de la eurozona tienen que ser obedecidas. De hecho se ha convertido en algo que lo ha distinguido en las innumerables reuniones que la Unión Europea ha celebrado para resolver la crisis del bloque.

El ministro de Finanzas de Alemania es el pilar del partido gobernante, la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Tiene tres hijas y un hijo y es uno de los políticos más experimentados del país.

“A la edad de 72 años y confinado a una silla de ruedas desde un intento de asesinato hace 25 años, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, tiene la energía política de un hombre más joven”, señala The Economist en el artículo “Firm elder statesman” (“Firme viejo estadista”).

El 12 de octubre de 1990, cuando tenía 48 años, un hombre con problemas mentales le disparó en la columna vertebral.

Quedó paralizado de la cintura para abajo, pero a los tres meses del atentado ya estaba de regreso en su trabajo.

Schaeuble nació en Freiburg, en el suroeste de Alemania, en 1942. Comenzó su carrera en leyes y administración tributaria.

De acuerdo con The Economistsu imagen, como encarnación de la dureza hacia un miembro de la Unión Europea, es de varias maneras sorprendente.

En su país siempre ha sido percibido como alguien preparado para ceder la soberanía alemana por una integración más profunda, señala la revista.

De hecho, por sus esfuerzos proeuropeos se le concedió en 2012 el Premio Carlomagno de la Unión Europea.

Ha hablado de su infancia durante la posguerra en la Selva Negra, en el suroeste de Alemania, cuando ese territorio estaba ocupado por los franceses. “La familia acogió a un soldado francés en su casa y de esa forma él estableció su primera amistad francoalemana”, indica The Economist.

La crisis del euro

En medio de los periodos más turbulentos que la moneda única ha atravesado desde su creación en 1999, Schaeuble ha sido un aliado a prueba de todo de la canciller alemana Angela Merkel.

Pero para muchos griegos, este ministro se ha convertido en un personaje para odiar, un símbolo del programa de austeridad impuesto a su país desde 2010 para obligarlo a pagar sus colosales deudas.

“Por cinco años él se ha bebido nuestra sangre. Díganle No”, decía una pancarta a propósito del referendo que se celebró en Grecia el 5 de julio.

En Atenas lo llaman un “chupasangre” y en un cartel con el diseño del hombre más buscado, aparece su foto con el bigote que caracterizó a Hitler.

Quizás pasará a la historia como el hombre que planeó la salida de Grecia del euro.

Schaeuble estuvo detrás de la propuesta de ofrecerle a Grecia pasar cinco años fuera de la eurozona si un rescate creíble no era acordado.

La proposición fue recibida como una bomba en la cumbre de emergencia de la eurozona, la cual finalizó el 13 de julio.

Se trató de un fin de semana de intensas conversaciones diurnas y nocturnas.

El acuerdo final establece una estrategia para mantener a Grecia en la zona del euro y el plan que apuntaba a su salida del bloque no estuvo en la agenda de los países de la eurozona.

Merkel señaló que la salida de Grecia solo hubiese sido una opción si el propio país la hubiese pedido, pero la nación mediterránea insistió en mantener el euro como moneda.

“Alivio”

De acuerdo con el plan de Schaeuble, la salida de Grecia de la zona euro hubiese permitido darle a ese país -desesperado por su inmensa deuda- alivio, algo que no está en sintonía con las actuales normas de la eurozona.

Después de la reunión en la que se acordó el tercer rescate para Grecia, fue que el cartel de Schaeuble como el más buscado apareció en Atenas.

Al final, la prioridad de mantener la eurozona intacta opacó cualquier conversación sobre una salida griega.

En las horas de las conversaciones más difíciles, los nervios de los funcionarios estaban de punta. En un momento, indican los reportes, Schaeuble espetó al presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi: “¿Me toma por tonto?”

La reunión obligó a Schaeuble a ceder un poco. Hay nuevos planes para extender el cronograma de pagos de la deuda griega. Y muchos creen que mil millones de euros adeudados por Grecia nunca serán recuperados.

De acuerdo con el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, quien renunció tras el referendo, Schaeuble quería que Grecia fuera “empujada fuera de la moneda única para poner asustar a los franceses y hacerlos aceptar su modelo de una eurozona que impone disciplina”.

“Ejecutor de Europa”

Schaeuble asumió la cartera de Finanzas en 2009, en medio de la crisis financiera global. Previamente fue el ministro de Interior y líder del CDU.

En su rol clave en el corazón de la eurozona, con Alemania como el mayor contribuyente de los rescates de la Eurozona, el funcionario ha participado en un acto doble con Merkel para imponer disciplina presupuestaria.

Argumentan que el relajamiento de las normas solo alienta un “riesgo moral” que puede conllevar a situaciones como el endeudamiento irresponsable de los años previos a la crisis financiera de 2008.

En 2003 tanto Francia como Alemania rompieron las normas sobre déficit presupuestario de la Unión Europea.

Los críticos han dicho que es injusto que Alemania intente dar lecciones de moral cuando se benefició de un inmenso alivio de su deuda después de la Segunda Guerra Mundial.

El rol de Schaeuble como “ejecutor de Europa” se debe en parte a la necesidad de mantener a los escépticos políticos del CDU y de la Unión Social Cristiana a bordo, según reporta el sitio de noticias en internet Wirtschaftswoche.

Hay mucha oposición en Alemania a los rescates de la eurozona.

En el pasado, Schaeuble fue un rival de Merkel. Ella lo sustituyó como líder del CDU en 2000, cuando su reputación se vio afectada en un escándalo de financiamiento del partido en el momento en ue Helmut Kohl estaba en el poder.

Schaeuble admitió que se había reunido con Karlheinz Schreiber, el traficante de armas y cabildero que estaba en el centro del escándalo, y que había aceptado una donación de US$56.000 en efectivo que no declaró.

Sin embargo, negó haber adulterado registro alguno dentro del CDU o cualquier otro delito.

15 años después, es una de las voces más poderosas en Europa.