El triste escenario electoral
El papel de los candidatos a ocupar gobernaciones y alcaldías es tan pobre como la reacción para enfrentar la salud. Chacotas, bailes folclóricos, entrevistas intrascendentes que acaban generando arcadas, quién es más importante, el candidato, el entrevistador o el elector. En ese orden, el elector de quien reclaman el voto es el último importante en la contienda. Los votantes paceños quieren saber cómo se frenará la destrucción del patrimonio urbanístico y cultural que ha sido una constante en la gestión edil de Sol.bo. Los votantes no escuchan nada de eso. En los dos últimos años se han destruido alrededor de 200 edificaciones consideradas patrimonio intangible de la ciudad, construidas en el periodo colonial; cómo se frenará la patética destrucción del patrimonio paisajista de La Paz, dos temas centrales que son subyacentes, vacíos en el debate.
En Santa Cruz se ha llegado al extremo de desafiarse entre candidatos y periodistas que no se les toque los bolsillos, en asuntos personales y deleznables la gente se debe tragar sapos dejando la sensación de que el periodismo que interpela y el cargo edil se han conformado logias de comercio abiertas a los oídos de las audiencias. Triste espectáculo es saberse.