Elecciones en Guatemala: Manuel Baldizón, el manual del perfecto populista

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El fenómeno del populismo latinoamericano vive un nuevo capítulo, esta vez en Guatemala. Y lo hace de la mano de Manuel Baldizón, quien ya hiciera su debut en unas elecciones presidenciales en 2011. Ese año logródisputar la segunda vuelta ante Otto Pérez Molina y desplegó todas sus artes populistas que reemergen ahora de nuevo en esta campaña (personalismo desaforado, demagogia y desprecio a las normas).

Baldizón, en realidad, acumula cuatro años seguidos haciendo campaña desde que perdió las elecciones presidenciales de 2011. Gracias a que posee una abundante capacidad financiera ha mantenido su presencia pública por todo el país con vallas publicitarias y anuncios que hablan de la existencia por detrás del candidato de un muy fuerte respaldo económico.

Eso le ha permitido en este tiempo crear un consorcio de medios de comunicación a su servicio integrado por tres medios escritos (La Tribuna, Es Primicia y La Nación) y uno televisivo (NTV).

Pero, ¿por qué Baldizón encarna el manual del perfecto populista? Por varias razones:

1-. Por su fuerte liderazgo mesiánico y personalista

Las características que Flavia Freidenberg (académica experta en este tipo de fenómenos políticos) otorga al populismo (“un liderazgo personalista y paternalista”) se dan plenamente en Manuel Baldizón.

En lo que al alto grado de personalismo se refiere, su partido, Libertad Democrática Renovada, Líder, gira en torno a su figura y es un cascarón sin ideología, más allá del baldizonismo.

Ese estilo de hacer ha sido descrito así por el analista político Pedro Trujillo: “Los populistas son ególatras y circunscriben el mundo a su entorno personal… Fuera de él, Líder es una horda de diputados tránsfugas que deberán explicar la razón por la atracción roja… Se ha hecho con una extensa red de radios locales, un canal de TV, dos panfletos escritos y una revista que nadie compra. Todo financiado con dinero de procedencia indeterminada y sin ganancias, puesto que la publicidad está ausente y las ventas se desconocen”.

Efectivamente, Baldizón carece de ideología definida ya que su curriculum evidencia que no es otra cosas que un aventurero de la política.

Su carrera política empezó en 2003 cuando fue elegido diputado al Congreso (2004-2008) cuando pertenecía al Partido de Avanzada Nacional (PAN). Posteriormente renunció para formar parte de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), del exmandatario Álvaro Colom Caballeros (2008-2012).

Luego, Baldizón, de 45 años, diputado entre 2004 y 2011, decidió fundar su propia fuerza, la mencionada LIDER, solo cuanto dentro de la UNE no encontró posibilidades de crecer. Y desde esa plataforma es con la que se ha lanzado a la conquista la presidencia primero en 2011 y ahora en 2015.

2-. Por su tendencia a la demagogia

Un líder populista se caracteriza por despreciar las instituciones y aplastarlas con su personalismo. Y además para conquistar el poder (desde el cual cooptar y controlar a esas instituciones) apela a la demagogia.

Ese es el perfil que mejor define a Manuel Baldizón.

“Es un demagogo y un hombre peligroso para la democracia, incluso más peligroso que Alfonso Portillo. Es la suma de todos los vicios y todo lo negativo que ha llegado a entenderse como política en Guatemala”. Así definía al personaje en la revista Crónica Marco Antonio Barahona, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep).

Manuel Baldizón, que aparecía en 2011 en sus mítines con la Biblia en una mano y la constitución en la otra, apela directamente a los instintos más primarios.

A mensajes sencillos y efectistas para una población, asustada por la inseguridad ciudadana, que espera medidas rápidas y contundentes.

Y Baldizón sabe ofrecerlas. Su respuesta es sencilla: aplicar la pena de muerte.

En un discurso en 2011 decía: “Me pregunta qué voy a hacer con los mañosos, a mi no me va a temblar el pulso para aplicar la pena de muerte. El unico que garantiza que va a seguir la bolsa solidaria soy yo…Pero quiero que entiendan que “Baldi” no puede solo muchá, tienen que apoyarme con su voto…Dios va a hacer que los malos se aparten de mi lado”.

Baldizón encarna el nuevo populismo latinoamericano dispuesto a todo por alcanzar el poder con promesas poco efectivas (la pena de muerte) o escasamente viables (la decimoquinta paga).