Gobierno busca dividir a El Alto para solucionar el lío con la UPEA

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Foto: Wilson Aguilar/ Los Tiempos

Cinco ministros de Estado instalaron ayer el diálogo con dirigentes del denominado Pacto de Unidad, afín al MAS, para resolver la demanda de presupuesto de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), pero en ausencia de las autoridades de esa casa superior de estudios. En tanto, el Comité Cívico Potosinista (Comcipo), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas (Conamaq) y colectivos ciudadanos se sumaron al pedido de renuncia del ministro de Gobierno Carlos Romero, por su actuación en el caso del fallecimiento del universitario Jhonatan Quispe.

Ayer en horas de la mañana, el Ejecutivo envió una carta a la universidad y organizaciones sociales alteñas para abrir las negociaciones con la participación de varios ministros, bajo el compromiso de que, una vez se llegue a consensos y acuerdos, se procedería llevar adelante una reunión con el presidente Evo Morales.

Este planteamiento fue rechazado por todo el estamento de la UPEA, por considerar que los ministros no son interlocutores válidos para dialogar, por lo que mantendrán las medidas de presión hasta que el Jefe de Estado los reciba.

Pese al rechazo, dirigentes de la Central Obrera Regional (COR), Fejuve y gremiales ligados al oficialista masista, acudieron a la cita en la Vicepresidencia del Estado, donde, de manera inusual y sin la participación del sector en conflicto, se instalaron las negociaciones con los ministros de la Presidencia, Alfredo Rada; de Economía, Mario Guillén; de Educación, Roberto Aguilar; de Desarrollo Productivo, Eugenio Rojas, y de Culturas, Wilma Alanoca.

A la conclusión del encuentro, el ministro Rada, el dirigente Eliseo Suxo (COR), Rodolfo Mansilla (gremiales) y Sandro Ramírez (Fejuve oficialista) dieron por abierto el diálogo y se determinó un cuarto intermedio a la espera de que se sume la representación universitaria.

“La comitiva de ministros y organizaciones sociales en cualquier momento seremos nuevamente convocados para instalar el diálogo, esta vez sí, con los representantes de la UPEA”, señaló el titular de la Presidencia.

Acotó que, al haberse instalado el diálogo, ya no tienen sentido las medidas de presión y apuntó a la alcaldesa Soledad Chapetón por “politizar” el conflicto.

Después de la reunión, los representantes de las organizaciones alteñas oficialistas criticaron a la UPEA y sostuvieron que revisarán el apoyo a la casa de estudios, toda vez que en el encuentro con los ministros designados se ha visto la predisposición del Gobierno de encontrar una solución.

“Las mesas de diálogo están abiertas. Para nosotros, las organizaciones de El Alto es muy importante llevar el diálogo. Esperemos que se incorporen a las mesas de negociación, a través del diálogo está la solución de los problemas y no creando conflicto”, señaló el dirigente de la Fejuve que responde al MAS, Sandro Ramírez.

“Se hará una evaluación para ver si se va a seguir apoyando el paro, porque si la UPEA no va a asistir, esto ya es político”, acotó.

A su vez, representantes de los trabajadores y estudiantes de la UPEA reprocharon la actitud “servil” de la Fejuve y de otras organizaciones al Gobierno e indicaron que continuarán con las movilizaciones hasta que el presidente Morales los atienda.

“Va a continuar el paro, esperamos que el presidente Evo Morales nos convoque”, afirmó Andy Huanca, secretario ejecutivo de los trabajadores de la UPEA.

 

Dos semanas de paro en UPEA. La medida de presión comenzó el 21 de mayo exigiendo más presupuesto y la modificación de la Ley 195.

 

POLICÍA ACUSADO POR MUERTE DE QUISPE

Los estudiantes, administrativos y docentes coordinan los bloqueos y movilizaciones en la ciudad de El Alto, además de instalar piquetes de huelga de hambre en demanda de un mayor presupuesto, modificación a la Ley 195 y diálogo directo con el Presidente.

El 24 de mayo, pierde la vida el estudiante Jonathan Quispe producto del impacto de una canica.

El 31 de mayo, el ministro de Gobierno, Carlos Romero; el fiscal general, Ramiro Guerrero, y el comandante de la Policía, Faustino Mendoza, presentaron al subteniente Cristhian C. como responsable de la muerte del estudiante.

 

OPINIONES

“Esperamos que la comunidad de la UPEA, sus autoridades y sus dirigentes puedan cambiar de posición y se puedan incorporar a esta mesa de diálogo, que se abrió gracias al compromiso de organizaciones de El Alto”. Alfredo Rada. Ministro de la Presidencia

“Hay una resolución que nos impide poder ir a esta mesa de negociación, estamos solicitando otro que amplíe el tema de negociar con los ministros. La Universidad Pública de El Alto está totalmente predispuesta al diálogo”. Rolando Nogales. Rector de la UPEA

 

EXIGEN RENUNCIA DE ROMERO Y ECHAN CANICAS A SEGUIDORES

Los pedidos de renuncia del ministro de Gobierno, Carlos Romero, suman por considerar que la autoridad tiene cierto grado de responsabilidad en la muerte del estudiante de primer año de Comunicación de la UPEA Jonathan Quispe el pasado 24 de mayo producto del impacto de una canica disparada por un policía.

Las organizaciones que demandan el alejamiento de Romero de la cartera de Gobierno están la UPEA, el Comité Cívico de Potosí, el Conamaq liderada por Gualberto Cusi, además de colectivos ciudadanos que impulsan la recolección de firmas para exigir la renuncia.

“Nos adherimos al pedido del pueblo boliviano por los diferentes antecedentes de abuso de autoridad con Potosí”, aseguró el cívico Jhonny Llally. Asimismo, la familia de la víctima, a través de su abogada Paola Barriga, instauró una querella penal en contra de Romero y otras autoridades policiales ante el Ministerio Público, que, según la legista, la demanda fue admitida y que ahora correspondería realizar las pericias.

Por otra parte, en la ciudad de Santa Cruz se protagonizó un enfrentamiento entre militantes del MAS y defensores de Romero con activistas que piden su renuncia. La marcha partió de la plaza del Cementerio y culminó en la 24 de Septiembre. Allí, un grupo de jóvenes de plataformas ciudadanas dejaba caer canicas como señal de reclamo por la muerte del universitario.

Esta situación desató gritos y empujones, aunque no hubo enfrentamientos.