Ataques de grueso calibre se escucharon en la reunión partidista contra el ex presidente Donald Trump.
Las dos primeras noches de la Convención Nacional Demócrata han sido duras contra Donald Trump. Uno de los montajes lo describió como un tramposo serial que “abusa sexualmente de mujeres”. Mostraron esa foto de él relacionándose con Jeffrey Epstein, el multimillonario (que aparentemente se quitó la vida en una cárcel en Nueva York) que congregó en su isla privada a un grupo bastante amplio y destacado de demócratas, entre los que se enlistaban figuras de primer nivel del partido como Bill Clinton.
Claro que la CND alastró sus garras de ataque contra el expresidente. Cuando llegó el momento Hillary Clinton sonrió y asintió mientras la multitud estallaba en un cántico de “enciérrenlo”. Es probable que las sonrisas de Hillary hayan tenido que ver con el proceso de impeachment contra su marido (que no prosperó) cuando ocupaba el Salón Oval después del escándalo de las felaciones con una becaria de la Casa Blanca. Entonces la Clinton tuvo que mostrar la misma sonrisa junto a su marido cuando quedó confundido en el rabo de la discordia.
La política aquí en los Estados Unidos o en cualquier parte del mundo tiene la memoria frágil.