Las elecciones a Gobernador en el Departamento del Beni se han convertido en un tema crucial para el Gobierno del presidente Morales por la enorme pugna y rivalidad entre su partido y las fuerzas de la oposición que no han podido unificarse buscando enfrentar al Movimiento Al Socialismo (Mas) en los comicios generales que se celebraran en el país en 2014. Hay varios factores internos que han determinado que esta elección sea vital en los planes políticos del Gobierno y en los cálculos electorales a futuro. Se sabe que todo el aparato del MAS ha mantenido reuniones al más alto nivel para definir una estrategia de “no pierde” en el Beni. El elenco estelar de estrategas de campaña del oficialismo se ha puesto en forma y ha sido convocado a reuniones casi de emergencia donde se han definido los lineamientos de los comicios en el Beni que se celebrarán en el mes de enero de 2013. “Es una elección crucial”, dicen los estrategas de la campaña de la candidata oficialista Jessica Jordan. Una de las menciones que se hacen en el equipo de campaña de la joven candidata es que este Gobierno -como ninguno otro- ha canalizado obras a favor de los sectores más necesitados-. Dicen, sin embargo, que los funcionarios de la actual administración no han sabido dosificar la propaganda sobre la cantidad de entregas. “Ese debe ser el punto de partida para disparar la campaña en el departamento del Beni y saber engranarla en el plano nacional mirando el 2014”, disparan los estrategas de campaña del MAS. Si bien en el oficialismo se comparte esa decisión: extenuar con más propaganda política hasta la saciedad para sumar votos, por otro lado no se quieren reconocer los errores que la actual administración ha cometido en cadena que han provocado una especie de división en sectores donde se podría pensar que el MAS tenía a su electorado cautivo.
Es lo que ocurre precisamente en el Oriente del país donde se ha atrincherado una fuerte tendencia a la resistencia oficialista tanto en sectores “indígenas” como los de la propia clase trabajadora. Curiosamente, el análisis también articula el importante apoyo de los sectores de la clase media de la población y más allá -en la mira- el apoyo de los sectores más acomodados. Se dice que los sectores urbanos podrían ser los más desencantados con la gestión del presidente Morales, pero es indudable que hay empresarios, que con este Gobierno han ganado como nunca antes y que están dispuestos a “secretamente”, continuar apoyando al Gobierno. Sumados estos aportes, el sector cocalero de las tierras bajas así como el vigoroso poder de los cooperativistas se convierten en los principales factores del laboratorio en el que se ha convertido la elección en el Beni.
Jessica Jordan, así como todo lo que sucede en el Gobierno tiene negativos y positivos. Su juventud puede sumarse entre los atributos de la candidata. Ha aprendido a hacer campaña con los lobos de la política, pero su discurso renovador, de nueva sangre, quizá no sea suficiente para borrar los desatinos del Gobierno y los de ella misma en una campaña que podría dar lugar al de una verdadera “guerra sucia” entre oficialistas y opositores. Esta vez sí pesará la denuncia: autoritarismo, abusos, manejos administrativos y la propia forma de gobernar. “Hasta ahora hemos estado en silencio por temor a que se nos hagan represalias”, dice un opositor que completa: “esta vez la guerra es de vida o muerte para enfrentar la parafernalia estatal”.