La debilidad de Alemania es mala para Europa

Por Ana Palacio (PS)
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Olaf Scholz, Alemania, caricatura

Alemania escapó de la crisis económica posterior a la reunificación gracias a la acción decisiva de líderes decididos. No está nada claro si sucederá lo mismo hoy.

Alemania, que alguna vez fue el “hombre enfermo de Europa”, parece estar nuevamente enferma. Podría ser decirlo suavemente: al igual que a finales de los años 1990, Alemania se enfrenta al barril de la “estanflación: alta inflación y desempleo combinados con una demanda estancada y un bajo crecimiento. La falta de un liderazgo político eficaz oscurece aún más las perspectivas para Alemania y para la Unión Europea que depende de ella.

Francia puede ser la segunda economía más grande de la UE, una potencia nuclear y el único estado miembro con un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero Alemania es su potencia económica, habiéndose beneficiado durante años del barato gas ruso, la alta demanda china de automóviles y bienes de capital, y una factura de defensa baja, cortesía de Estados Unidos (a través de la OTAN). Además, ha sido el más alto de las instituciones europeas. La ex canciller alemana Angela Merkel fue tan influyente en la dirección de la política de la UE que fue apodada la “reina de Europa”.

Pero a Merkel nunca le gustó ser el centro de atención y a menudo se mostró reacia a liderar. Su sucesor, Olaf Scholz, es aún más reticente, hace declaraciones públicas sólo cuando es necesario y evita tomar medidas decisivas, especialmente cuando podrían ser controvertidas. El término recientemente acuñado “Scholzing” –que ha estado circulando en las redes sociales– describe “comunicar buenas intenciones, sólo para usar/encontrar/inventar cualquier razón imaginable para retrasarlas y/o evitar que sucedan”.

Nadie se ve más afectado por Scholzing que Ucrania, que repetidamente se ha visto esperando que Scholz se resista a entregar sistemas de armas alemanes, como los tanques Leopard 2, para apoyar su lucha contra Rusia. Hoy, Ucrania necesita que Alemania envíe misiles de crucero de largo alcance Taurus, ya que ningún otro país tiene la capacidad de proporcionar una cantidad sustancial de armas comparables en el corto plazo. Pero Scholz hasta ahora ha resistido la presión para hacerlo.
La principal prioridad de Scholz parece ser evitar una escalada del conflicto, especialmente una confrontación directa entre la OTAN y Rusia. En su opinión, enviar misiles aumenta ese riesgo, porque requeriría también enviar soldados alemanes para ayudar a operarlos. Una grabación filtrada de una llamada en la que cuatro oficiales de alto rango de la fuerza aérea alemana discutían posibles escenarios de despliegue del Taurus reiteró esta evaluación , aunque los expertos han refutado la afirmación de que sólo el personal alemán en tierra puede operar los misiles de manera responsable.

La negativa de enviar misiles a Ucrania

Al negarse a enviar misiles Taurus a Ucrania, Scholz choca con miembros de su propio gobierno de coalición. El mes pasado, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, una voz destacada del Partido Demócrata Libre, decidió romper filas y votar a favor del envío de misiles a Ucrania.

La fragilidad del gobierno tripartito de Alemania ha socavado la capacidad de Scholz para llegar a acuerdos con sus homólogos de otros países de la UE. “La coalición alemana avanza más lentamente que los debates dentro de la UE”, lamentan los expertos de Bruselas.

Más allá de ser frágil, la coalición de Scholz es profundamente impopular. En una encuesta de diciembre, sólo el 17% de los encuestados expresaron su satisfacción con ello. El propio Scholz tiene el índice de aprobación más bajo de cualquier canciller alemán desde al menos 1997 (cuando se creó la encuesta).

Lejos de incitar a Scholz a ceder en cuanto a los misiles Taurus, su débil posición política podría alentarlo a mantenerse firme. Apodado el “canciller de la paz”, Scholz ha cultivado una imagen pacifista que resuena entre los votantes. En una encuesta reciente, el 61% de los alemanes expresaron su apoyo a su negativa a suministrar misiles a Ucrania.