La elección de Lula no es una gran noticia, pero así trasciende por los mensajes de felicitación de los principales presidentes al brasileño. El estrecho margen de menos de 2 puntos, deja a Bolsonaro muy fuerte en el plano congresal y territorial.
“Me intentaron enterrar vino y aquí estoy”, dijo Lula cuando anunciaron que había ganado las elecciones. El socialista que acaba de ganar las elecciones de este domingo en el gigante latinoamericano ha usado frases conmovedoras para referirse al triunfo electoral que le permitirá gobernar otros cuatro años sumando a los anteriores ocho en los que acabó enjuiciado por una galopante corrupción que lo llevó a la cárcel. Olvidando el pasado de sombras, Lula no tiene márgenes muy grandes para hacer una gestión autónoma por la apretada diferencia de menos de dos puntos que le sacó en el resultado final de segunda vuelta al presidente Jair Bolsonaro, que intentó de todo para evitar que Lula vuelva al Planalto.
El jefe de Estado que ha ganado simpatías en la misma magnitud que rechazos ha permanecido en silencio. Se creería que el excapitán lanzaría un par de afrentas que ya las había estado haciendo sobre la desconfianza que generó al Tribunal Supremo Electoral y las instituciones independientes que siempre en el periodo preelectoral sostenían un triunfo de Lula incluso en el primer turno por más de 9 puntos de ventaja.
Superando este clima de incertidumbre un par de días antes de las elecciones Bolsonaro aceptó a regañadientes ante la insistente consulta de una periodista de Globo que sí respetaría el resultado. Ya habíamos señalado aquí que el giro de esta elección permitirá una mirada de largo alcance a la nueva administración. Bolsonaro sostenía lazos muy fuertes con Rusia y era amigo por igual de Trump como del presidente turco Tayyip Erdoğan. Ellos, de tendencia nacional populistas, habían sido muy críticos al distanciamiento social y al uso de mascarillas por la pandemia. Incluso así, si es cierto que el virus “é uma gripezinha”, como la había calificado Bolsonaro, el respaldo que le otorga su electorado cautivo del 49.1% de los votos dice mucho de la fuerza que mantendrá incluso estando fuera del Gobierno.
Este lunes Jornal Nacional de la red Globo mencionó a varios presidentes que felicitaron el retorno de Lula. Uno de los más expresivos: Joe Biden, no ocultó su satisfacción. Lo mismo el canadiense Trudeau, el francés Macron como el británico Rishi Sunak, se inclinaron por hablar de fortalecer la democracia con Lula. Bolsonaro, en cambio tenía una extraña proximidad con el expresidente Trump y no había dejado de sostener permanentes contactos con Putin. El último incidente que irritó a la diplomacia norteamericana fue su presencia en Moscú un par de días antes de que declarara la guerra a Ucrania.
Casi sin excepción la Globo leyó los mensajes de los mandatarios latinoamericanos el “Viva Lula” de Petro, el “Lula. Alegría” de Boric; el argentino Fernández no esperó y fue el primero en reunirse con Lula en Sao Paulo. Pero entre todas las felicitaciones no se mencionó la del boliviano Arce.
Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a la Revista dat0s digital para continuar disfrutando del contenido exclusivo que tenemos para ofrecer.