La ira de Dios

Los EEUU han puesto en mira al esquema corrupto del presidente de Venezuela Nicolás Maduro.

Qué más se podría pensar de un presidente que ha puesto contra las cuerdas de la censura a todo un país, de que una vez terminen sus fechorías, que para él son obra social para el pueblo, recrudece la esperanza de que superado el pleito (ya que no se puede por el voto) lleguen tropas y se carguen con el menor ruido posible al impostor. El mundo aplaude de fondo sentado en primera fila. La amenaza es tan normal que lleva en este caso el sello del creador: “La ira de Dios caerá sobre ti”, le han dicho desde la Casa Blanca al presidente Nicolás Maduro.

Muchas cosas se han especulado en las últimas semanas, primero con un ataque fatal a una embarcación pequeña en la que de acuerdo al Departamento de Estado de los Estados Unidos viajaban narcotraficantes con carga prohibida. Una buena manera de luchar contra las drogas, saliéndose de todos los marcos establecidos en las convenciones internacionales. De ese ataque se dijo que era falso de que un creador de contenidos de IA había ideado la maniobra para prevenir que podría ser cierto. Mientras se discutía la procedencia verdadera del contenido de esas imágenes saltó algo despeinado el mandatario estadounidense a poner menos charla al asunto. Consultado si pensaba lanzar un ataque dentro del territorio venezolano en su lucha contra el narcotráfico, respondió con un “ya verás”, acompañadas sus declaraciones con movimientos corporales que los psicólogos describen como lenguaje corporal, aunque en este caso se trataba de gesticulaciones faciales y labiales de manera bastante veraz.

Lo cierto es que las operaciones del ejército de EEUU en el mar del Caribe han generado una guerra psicológica que busca hacer creíble la amenaza contra Nicolás Maduro y ejercer presión dentro de su círculo íntimo. Luego del ataque a la primera embarcación se sucedieron otros dos nuevos videos en los que al menos dos fueron destruidas con sus tripulantes adentro, siempre según la versión de la Casa Blanca, y la presencia militar en aguas territoriales frente a las costas venezolanas, la tensión bilateral crece como parte de una guerra de narrativas y discursos intimidatorios de la que el chavismo ha acusado recibo.

“No es tensión, es una agresión militar”, ha estado repitiendo el presidente de Venezuela. Trump ha mostrado los videos de las lanchas explotadas por sus militares. Desde el chavismo, al menos del primer caso ocurrido a principios de septiembre, aseguran que fue una imagen hecha con IA y Maduro ha pedido que se investigue lo ocurrido, pero ha calificado los movimientos de Estados Unidos como una agresión de carácter militar.

En el terreno y el discurso el conflicto ha escalado a niveles que hacen temer que lo peor podría pasar. Nadie hasta el momento ha salido a decir algo sobre el general Noriega durante la invasión de los Estados Unidos a Panamá. Las cosas en esta nueva dimensión parecen moverse con rastros de IA y luego se hacen genuinas, como en el caso de la Riviera en Gaza.