‘Las barreras han desaparecido’: Europa intenta blindarse ante un regreso de Trump

France 24
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Trump y la UE
Foto: Eric Vidal | Reuters

Trump ha prometido perseguir determinados objetivos si vuelve a ser presidente de Estados Unidos, y sus propuestas, por descabelladas que sean, generan inquietud en el extranjero.

Ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania “en 24 horas” negociando con el presidente de Rusia, Vladimir Putin; pedir a Europa que pague la factura de miles de millones de dólares en ayuda estadounidense a Ucrania; retirarse del Acuerdo de París sobre el clima (otra vez) e imponer fuertes aranceles a las importaciones extranjeras, de hasta el 200% en algunos casos.

En vísperas de lo que se espera que sean unas elecciones estadounidenses extremadamente reñidas el 5 de noviembre, los líderes del otro lado del Atlántico están tomando medidas. Europa se encuentra ahora en una situación más vulnerable que durante el primer mandato de Trump, con la invasión rusa a gran escala de Ucrania en 2022.

Además, el expresidente ha prometido continuar con su enfoque aislacionista y de “América primero” en política exterior, planeando incluso una versión más extrema que no pudo aplicar durante su primer mandato. Algunos desconfían aún más de un escenario “Trump 2.0”.

“Trump no estaba realmente preparado para ganar las elecciones de 2016, por lo que tuvo que apoyarse mucho en figuras del establishment del partido, así como en generales del Ejército que añadió a su Administración para proyectar ‘fuerza’, pero estas personas no estaban tan dispuestas a comprometerse con sus normas como él. Eran los ‘adultos de la sala’, por así decirlo, y frenaron algunos de los cambios más perturbadores que quería hacer”, explicó Oscar Winberg, especialista en política estadounidense del Instituto de Estudios Avanzados de Turku, Finlandia.

“Pero ahora ha tenido cuatro, o incluso ocho años para prepararse, y planea llenar la Administración de conservadores y (figuras que le son) leales, y despedir a funcionarios que no han sido nombrados políticamente. Así que las barreras– los cinturones de seguridad y los airbags que había antes – han desaparecido”.

Resurge la ‘amenaza rusa’

Ante la perspectiva de que Trump llegue de nuevo al poder, hay dos cosas que le quitan el sueño a Europa: La guerra en Ucrania y el compromiso de EE. UU. con la OTAN.

Al parecer, Trump ha prometido no “dar ni un centavo” a Ucrania si gana y, en su lugar, buscará un “acuerdo de paz” negociando con Putin. Pero cualquier acuerdo de este tipo obligaría probablemente a Ucrania a hacer algunas concesiones muy dolorosas – incluida la cesión de partes de su territorio oriental – y se teme que tal consentimiento pudiera aumentar la amenaza rusa en Europa.

Para contrarrestar esta posibilidad, se han tomado medidas a ambos lados del Atlántico para “blindar” el apoyo a Ucrania, proporcionándole suficiente ayuda financiera y militar para que pueda seguir resistiendo la invasión rusa a largo plazo.

La OTAN anunció este verano que establecía una misión especial, conocida como Asistencia y Entrenamiento de Seguridad de la OTAN para Ucrania (NSATU, por sus siglas en inglés), que tendría su sede en Alemania. Su creación significa esencialmente que a partir de ahora será la propia OTAN, en lugar de su mayor contribuyente, Estados Unidos, la que coordine el adiestramiento de las tropas ucranianas y el suministro de material militar.

El Grupo de los 7 – que reúne a Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Canadá y Japón – ultimó un préstamo a largo plazo de 50.000 millones de dólares a Ucrania que se financiaría en gran parte con los intereses de los activos rusos congelados en Europa.

El presidente saliente de Estados Unidos, Joe Biden, ha respaldado a sus aliados europeos adelantándose al riesgo potencial de una retirada estadounidense del acuerdo en caso de que Trump sea reelegido, asegurando que la contribución estadounidense, de 20.000 millones de dólares, empezará a estar disponible a finales de año.

El Congreso ha aprobado cinco proyectos de ley de ayuda a Ucrania desde el inicio de la guerra por valor de 175.000 millones de dólares, de los que 106.000 millones se han destinado directamente al Gobierno de Ucrania. En una conferencia de prensa celebrada en Riga a mediados de octubre, James O’Brien, subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, afirmó que Biden “vaciará” los fondos que el Congreso estadounidense ha destinado a Ucrania antes de que finalice su mandato.

La Unión Europea (UE) también está tomando medidas para apuntalar sus sanciones a Rusia en caso de un regreso de Trump. Pero aquí también hay un obstáculo que superar, ya que el líder húngaro, Viktor Orban – pro-Vladimir Putin y pro-Trump –, ha amenazado con bloquear la ayuda de la UE a Ucrania y ha dicho que quiere que se levanten las sanciones. Las medidas sancionadoras de la UE deben ser aprobadas por unanimidad por los 27 miembros.

La regla de oro de la OTAN

Lo segundo que debe hacer Europa para ayudar a Ucrania y protegerse de la amenaza rusa es aumentar sus propias capacidades de defensa. Al no saber si podrán contar con Estados Unidos durante mucho más tiempo, varios países europeos han aumentado el gasto en defensa e incrementado drásticamente la producción nacional de armas.

El otro quebradero de cabeza europeo es la OTAN.

Durante su primer mandato, Trump dijo en repetidas ocasiones que quería salir de la alianza. Según el comisario europeo Thierry Breton, Trump llegó a decírselo en términos inequívocos a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

“Trump le dijo a Ursula: ‘Tienes que entender que si Europa es atacada, nunca vendremos a ayudarlos y a apoyarlos. Y por cierto, la OTAN está muerta. Y nos iremos, abandonaremos la OTAN'”, citó Breton las palabras del expresidente.

Trump argumentó que estaba harto de los “aprovechados” (europeos) que se beneficiaban de la protección estadounidense, a pesar de no cumplir el objetivo de la OTAN de gastar el 2% de su PIB en defensa. En aquel momento, solo tres de los 32 miembros de la alianza lo cumplían.

Desde entonces, probablemente espoleados por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, 23 miembros han alcanzado ese objetivo.

Pero aunque las contribuciones han mejorado, Trump sigue sin estar contento. En un mitin en Carolina del Sur a principios de este año, dijo que dejaría que Rusia “hiciera lo que le diera la gana” con los miembros de la OTAN que no hubieran alcanzado el objetivo del 2%.

Aunque no es posible que un presidente estadounidense saque unilateralmente al país de la OTAN -el Congreso aprobó el año pasado una ley por la que una decisión así necesita la aprobación del Senado-, la amenaza de Trump sigue siendo muy real al poner en cuestión la regla de oro de la Alianza sobre defensa mutua.

“No hace falta salirse de la Alianza (para hacerla ineficaz)”, dijo Winberg. “Basta con que Trump diga abiertamente que ya no va a cumplir el compromiso. En la práctica, eso es lo mismo que retirarse, y como presidente tendría autoridad para hacerlo”.

Según la revista ‘Politico’, el temor a que eso ocurra ha llevado a una oleada de diplomáticos europeos a intentar acercarse y cortejar a Trump y a sus asesores para tratar de suavizar su postura sobre la alianza militar.

“Trump le dijo a Ursula: ‘Tienes que entender que si Europa es atacada, nunca vendremos a ayudarlos y a apoyarlos. Y por cierto, la OTAN está muerta. Y nos iremos, abandonaremos la OTAN'”, citó Breton las palabras del expresidente.

Trump argumentó que estaba harto de los “aprovechados” (europeos) que se beneficiaban de la protección estadounidense, a pesar de no cumplir el objetivo de la OTAN de gastar el 2% de su PIB en defensa. En aquel momento, solo tres de los 32 miembros de la alianza lo cumplían.

Desde entonces, probablemente espoleados por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, 23 miembros han alcanzado ese objetivo.

Pero aunque las contribuciones han mejorado, Trump sigue sin estar contento. En un mitin en Carolina del Sur a principios de este año, dijo que dejaría que Rusia “hiciera lo que le diera la gana” con los miembros de la OTAN que no hubieran alcanzado el objetivo del 2%.

Aunque no es posible que un presidente estadounidense saque unilateralmente al país de la OTAN -el Congreso aprobó el año pasado una ley por la que una decisión así necesita la aprobación del Senado-, la amenaza de Trump sigue siendo muy real al poner en cuestión la regla de oro de la Alianza sobre defensa mutua.

“No hace falta salirse de la Alianza (para hacerla ineficaz)”, dijo Winberg. “Basta con que Trump diga abiertamente que ya no va a cumplir el compromiso. En la práctica, eso es lo mismo que retirarse, y como presidente tendría autoridad para hacerlo”.

Según la revista ‘Politico’, el temor a que eso ocurra ha llevado a una oleada de diplomáticos europeos a intentar acercarse y cortejar a Trump y a sus asesores para tratar de suavizar su postura sobre la alianza militar.

Los economistas han advertido de que podría desencadenarse una guerra comercial.

Winberg afirmó que, aunque Europa intente llegar a nuevos acuerdos comerciales con otros países para desligarse de su dependencia de los consumidores estadounidenses, “no importa realmente cuánto te prepares cuando tienes a una persona poco fiable en la Casa Blanca”.

Europa no dispone tanto de una estrategia preventiva como de un plan de actuación en caso de tener que responder.

El plan es tomar represalias, hasta el punto de obligar a Trump a sentarse a la mesa de negociaciones.

“Devolveremos el golpe rápido y lo devolveremos con fuerza”, dijo un alto diplomático europeo a ‘Politico’.

Pero a pesar de las medidas europeas a prueba de Trump, Wingberg dijo que una victoria del republicano sería, en general, “muy mala” para los partidarios liberales y democráticos del Viejo Continente.