Una patada al trasero de Jeanine Añez

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Luis Fernando Lopez y añez
Foto: ABI

Una noticia que podría ser noticia en Brasil, no es. Aparece en las páginas marginales de los diarios relegada a una columna. El presidente Jair Bolsonaro que este domingo disputa con Lula la presidencia en Brasil, es torpe en su relación con Bolivia. No se las jugó como el expresidente argentino por el Gobierno de Añez. El condescendiente Mauricio Macri envió munición para defender ese Gobierno en un vuelo protegido Hércules de las FFAA. De nada sirvió porque a los chicos de Añez poco les importó mientras robaban y bravuconeaban en apariencia con meter a la cárcel a Quintana y compañía. No cumplieron nada de lo que decían mientras saqueaban las arcas. Para eso habían sido buenos.

El caso es que Bolsonaro trata de generar reacción en el electorado indeciso -unos 15 millones de brasileños- que decidirán la elección del domingo, las más peleada de la historia en el país de la samba y el futebol. Será que a esos 15 millones les interesa realmente si Luis Fernando López que escapó a la vuelta de tiro al saber que el MAS volvería al poder, será extraditado o no. Será que a esos 15 millones de electores a los que Bolsonaro seduce con una apuesta electoral tan distópica les interesa si López esta asilado en su país; si los federales agarran o no a un corrupto boliviano para ponerlo tras las rejas. En los hechos, a los electores brasileños, les interesa más que Neymar diga: “ganaremos el mundial, yo apoyo a Bolsonaro”.

Un boliviano asilado por corrupto les interesa tan poco como Alberto Jefferson, otro disfuncional diputado que el domingo les metió bala y granadas a los agentes de la policía que cumplían una orden de la justicia de arrestarlo por corrupto. Bolsonaro negó que tenga alguna relación con este, pero luego aparecieron fotos de los dos juntos. Esa fotografía tampoco le importa al elector brasileño. La gente quiere comer, reír y saber que habrá trabajo mañana o un plato de feijao y arroz en la mesa.

Que López debería estar en la cárcel en lugar de Añez o acompañándola nadie duda. Al menos Bolsonaro es sincero: “está asilado y ofrecí el mismo beneficio a Añez”, dijo. Cuando Evo nacionalizó el gas, los bolivianos dejamos de ser interesantes para los brasileños. “Evo Morales le dio un chute en el trasero a Lula”, titularon los diarios al día siguiente. Las patadas son lo más fácil de recibir en la política. Con Bolsonaro o sin él, López ya se la ha dado a su presidenta, la patada en el trasero. Bolsonaro tiene muy poco que ver en esa historia.

 

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