Magia de la tecnología y belleza del arte para captar una Sagrada Familia que emociona

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El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, obra inacabada del arquitecto catalán Antoni Gaudí, recibe millones de visitas cada año. Pero los ilustres visitantes de esta ocasión han sido dos tecnologías que nos permiten verla como pocas veces se ha visto: desde las alturas, tanto en su exterior como en el interior y acompañadas de un efecto de distorsión temporal time-lapse, que convierte en vídeo miles de fotografias tomadas a lo largo de varias horas.

El proyecto lo llevaron a cabo Alberto Castaño y Luis Caldevilla durante abril de 2012, con la colaboración del Patronato de la Junta Constructora. Durante casi una semana dispusieron de acceso para analizar las mejores zonas en las que realizas las fotografías y grabar los vídeos. Aunque al final las nubes oscurecieron un poco el panorama, el resultado fue espectacular tal y como se puede ver en el montaje final.

Fotografías time-lapse

Las fotografías en time-lapse se graban con cámaras convencionales programadas para disparar cada varios segundos o minutos. Los aficionados pueden hacerlas incluso con sus móviles. Los proyectos de mayor envergadura emplean cámaras profesionales, trípodes, railes y temporizadores especiales. Unos pocos segundos de vídeo pueden requerir horas o incluso días, semanas o meses de trabajo.

Caldevilla, experto en esas lides, afirma que “un gran proyecto sería seguir grabando la Sagrada Familia con esta técnica hasta que se complete, o hasta que nos muramos, que no sé yo qué sucederá antes”.

El formato en que se toman las fotografías (llamado RAW) guarda además toda la información posible en la máxima calidad: luego hay que procesar y ajustar las fotos, casi como si se hiciera un ‘revelado’ a la antigua usanza. El resultado ocupa terabytes y terabytes y requiere semanas o meses de trabajo.

El time-lapse, todo un arte

Caldevilla trabaja desde hace más de seis años en mejorar sus técnicas time-lapse: procura al menos una vez al año hacer un proyecto sin ánimo de lucro como este para dar a conocer el ‘estado del arte’ que han alcanzado sus técnicas. En esta ocasión utilizó un equipo llamado Motion Timer desarrollado por la empresa de su hermano, que también es aficionado a estos temas.

La idea tras el Motion Timer es que cualquiera pueda adquirir el mecanismo y sistema de control, que lo instale en algún lugar emblemático -un edificio en construcción, un lugar con muchos visitantes, un evento- y vaya recibiendo las imágenes a través de Internet, despreocupándose de lo demás.

Un equipo de modelismo a medida

Para las tomas aéreas se utilizó un octocóptero desarrollado por Castaño y apodado ‘mikrokóptero’, un auténtico pájaro para grabar paisajes, como lo denomina su propietario. No es un modelo comercial que se pueda comprar en las tiendas, sino más bien un equipo de modelismo fabricado a medida. Se diseñó y montó teniendo en cuenta la potencia de los rotores, el tamaño y peso de la cámara y las necesidades de estabilización de imagen.

Técnicamente estos ingenios voladores incorporan giróscopos, brújula, sistemas GPS y otras tecnologías. Se pueden pilotar como un avión de modelismo -mientras se mantengan a la vista- o bien utilizando unas gafas de ‘visión en primera persona’ (FPV). Son rudimentariamente inteligentes y cuando están en problemas o hay interferencias son capaces de volver a la base y aterrizar de forma autónoma. El GPS también se puede programar, por ejemplo, para que vuelen a un punto determinado desde el que continuar con una toma.

Desde que se grabaron las escenas de la Sagrada Familia las cámaras digitales han evolucionado hasta el punto de que las últimas pruebas de octocópteros Castaño las está realizado con cámaras RED EPIC como las que se utilizan en la cinematografía profesional, un gran avance desde sus primeras pruebas con pequeñas y ligeras cámaras GoPro y Sony. Para el montaje se utilizó After Efects como software de edición; las tomas están por lo general ralentizadas y estabilizadas durante la postproducción.

Vencer las interferencias en el interior del templo

Uno de los pequeños problemas surgidos durante la grabación fue que en el interior del templo hay un buen número de interferencias, en parte debido a la gran cantidad de hierros y otros materiales de construcción. Esto dificultaba la transmisión de las señales. Y además de eso había que desarrollar un máximo cuidado para esquivar toda suerte de decoraciones y detalles, dirigiendo al octocóptero por los recovecos de la arquitectura interior.

Esto hizo más difícil el pilotaje, pero no hubo que lamentar ninguna colisión: algo a lo que sin duda también contribuyeron los años de experiencia de Castaño, quien además es piloto de Iberia.

En las tomas exteriores muchos pueden preguntarse si se utilizó el octocóptero, una grúa, un globo o un dirigible… Pero las espectaculares tomas las grabó el mismo pequeño octocóptero, que subió grácilmente cerca de la fachada y el se elevó hasta unos cien metros de altura para obtener las espectaculares imágenes del conjunto arquitectónico, así como las de las calles de la Ciudad Condal.

Pero tanta tecnología no debe oscurecer la belleza artística del proyecto: tal y como explica Caldevilla, “siempre hay una lucha entre tecnología y emociones” en una pieza visual de este tipo.

Al igual que los magos o los creadores de efectos especiales, lo ideal es dejar a la gente con la boca abierta y que a nadie le importe cómo se hicieron las tomas: ‘Nos sentimos muy satisfechos con nuestro trabajo si simplemente conseguimos que la gente vea este montaje Sagrada Familia y se emocione”.  Algo que a juzgar por lo rápido que ha circulado el vídeo por Internet y todos los canales de televisión a nivel nacional e internacional sin duda ya han conseguido.

 

RTVE.ES