La pandemia del nuevo coronavirus provocó nuevos comportamientos en la elección de cómo, por dónde lees y qué lees.
Desde la invención del internet y los ordenadores, las preferencias de lectura fueron cambiando potencialmente, por lo que no podemos afirmar que la lectura en pantallas sea algo nuevo. Lo noticioso es que ahora son los medios impresos los que se están ajustando a los lectores para cualquier lugar y desde cualquier soporte. Años atrás, leer en pantalla digital era únicamente un tema de mejora de técnica y comodidad. Con la emergencia sanitaria por la pandemia los hábitos de lectura digital se incrementaron, arrastrando a las nuevas generaciones que crecen rodeadas de medios digitales más que de medios impresos. Lo cierto es que podemos leer ya sea en folletos de bolsillo o en dispositivos móviles.
Las preferencias son los modos singulares de proceder de cada persona debido a repeticiones instintivas. La escritora Silvana Salazar, en su libro Claves para pensar la formación del hábito lector, define el hábito de lectura como una manera organizada e intencional que hace que la persona lea frecuentemente por motivación personal.
Según la escritora Irene Vallejo, los lectores siempre fueron una minoría. Pero, ¿qué significa realmente leer? Esa minoría de lectores habituales de la que hablamos, sabe que leer no es únicamente pasar la vista por los signos de una palabra o texto escrito para interpretarlos mentalmente, sino que también se trata de sentarse en el sofá preferido con una iluminación y locación adecuada. Es en este contexto que analizamos la transformación de los hábitos de lectura y si realmente existe una diferencia -no necesariamente buena o mala- al momento de elegir un libro o un dispositivo (con el mismo contenido).
Este altercado comienza al querer diferenciar los hábitos de lectura de antes y los de ahora. Como punto de partida es importante definir los contrastes que existen entre los tipos de contenido y de soporte para poder comprenderlos mejor.
Si hablamos de contenido impreso nos referimos a los tipos de lectura, entre ellos la prensa; que la limitamos a obviar y leer información en relación a nuestro interés personal, totalmente diferente a leer una novela o ensayo que surge netamente por elección y decisión propia. Por otro lado, si hablamos del soporte digital nos referimos a las páginas web, aplicaciones, dispositivo u ordenador en general. Es elemental resaltar -como cliché romántico de novela-, que uno no podría existir sin el otro ya que todo tipo de contenido necesita ser plasmado en impreso o digital. Será finalmente el lector quien escoja el tipo de contenido que desee leer, tanto como dónde leerlo.
Dat0s realizó una consulta para aproximarse a un padrón de comportamiento sobre cuánto tiempo le dedican a la lectura los ciudadanos paceños. Los resultados extraídos señalan que el 78% de los entrevistados aseguran leer diariamente 30 minutos, el 12% afirma leer 1 hora al día, el 8% hasta 2 horas y un 2% alega no leer nada diariamente.
Durante el encapsulamiento, producto de la pandemia a nivel mundial y nacional, la gente acrecentó su interacción entre sí a través de las redes sociales, pero también empezó a leer de diferentes maneras desarrollando mayor aproximación con la lectura. Es así que, con base en la misma consulta, el 34% de la población acostumbra leer noticias, 8% lee textos o ensayos investigativos y el 58% se inclina por la lectura de libros.
“Para tener una lectura digital exitosa es necesario tener voluntad, disciplina y concentración sea en el soporte que sea”.
Años atrás era parte de la rutina esperar al cartero con el periódico impreso del día, actualmente las personas ya no tienen la costumbre de comprar un periódico porque ahora las noticias se encuentran a un clic en los móviles u ordenadores. El docente de redacción, de la Universidad Mayor de San Andrés y la Universidad Católica San Pablo, Andrés Gómez Vela nos dice al respecto “…hace cinco o más años que ya no compró periódicos en soporte papel”. Leer prensa en soporte digital se convirtió una corriente a nivel mundial. Según un estudio realizado por el periodista Juan Quiroga en el año 2017, el periódico más leído en la web es El Deber. Más de dos tercios (72.2%) de los cibernautas que leen la versión digital de El Deber son de Bolivia, 5,1% de Argentina, 3.8 % de los Estados Unidos, 3.0% de España y el resto de otros países.
En la consulta realizada por la revista dat0s, se concluye que el 92% de las personas lee las noticias diarias en soporte digital y solo un 8% en periódico impreso.
El periódico no es el único medio escrito que comenzó a migrar a los soportes digitales, el fenómeno se expandió a libros, revistas y manuales. A diferencia de los periódicos estos formatos tienen contenidos más trabajados y especiales razón por la que los lectores los prefieren si es que tuvieran que elegir una suscripción. Entre las aplicaciones que lideran este ámbito está Kindle, Wattpad, Google Play Books, Scribd, etc. Un claro ejemplo es el colegio particular Calvert (ACS La Paz) que, durante el encapsulamiento, impulsó el hábito de la lectura en sus estudiantes a través de aplicaciones monetizadas como Raz-Kids, Epic!, entre otras.
La consulta nos reveló que cuando se trata de leer libros, un 56% de la población prefiere hacerlo desde su celular u ordenador y un 44% de la población prefiere hacerlo desde un libro. Con estas cifras podemos comprender que existe una división no tan marcada como en el caso de las preferencias en leer la prensa en soportes digitales.
Esta notoria división se debe a diversos factores contradictorios que varios estudios señalan sobre este nuevo hábito de leer en pantallas. Lo que la mayoría afirma es que la lectura online es fragmentaria (dedica menos atención al texto y más al conjunto de ideas) y que genera distracción y problemas en la vista. Por otro lado, científicos afirman que la lectura en pantallas incrementa el índice de alfabetización, razonamiento complejo y el pensamiento crítico. Ante estas dos afirmaciones tan opuestas solo queda darle una perspectiva neutral y equilibrada desde la preferencia personal. Una de las conclusiones derivadas de la consulta es que el problema no es el soporte sino la disciplina en las preferencias de elección. Andrés Gómez recomienda:“para tener una lectura digital exitosa es necesario tener voluntad, disciplina y concentración sea en el soporte que sea”.
Cómo afecta a los ojos la luz de los ordenadores. La inhibición de melanina y por qué debemos evitarla
Dat0s entrevistó a la oftalmóloga Ana Gabriela Arze Cerruto, del Instituto Nacional de Oftalmología que nos aclara conceptos importantes a tomar en cuenta.
Varios estudios señalan que la inhibición de melanina en los ojos puede ocasionar problemas oculares severos. La melanina es un pigmento que tenemos en varias partes de nuestro organismo, en este caso nos referimos a la melanina de la retina (la retina es la parte sensitiva del ojo que recibe los rayos de luz y que posteriormente los envía por el nervio óptico hacia el cerebro); la cual se refiere a una alteración de la síntesis de este pigmento que ocasiona diferentes patologías en la persona.
Al respecto, la oftalmóloga Ana Gabriela Arze, afirma que “se debe evitar la inhibición a la melanina porque, a nivel de la retina, nos ayuda a reducir la toxicidad que tienen algunas luces. Este pigmento es muy favorecedor al nivel de las células del epitelio puesto que sabemos que hay varias luces que tienen longitudes de onda peligrosas para el ojo y la melanina es la que se encarga de disminuir la toxicidad de este tipo de luces a las que estamos expuestos muchas veces sin darnos cuenta. Por esta razón, se debe evitar la inhibición de melanina en el globo ocular”.
Consultamos si el avance de la tecnología trata de solucionar el impacto contraproducente al haber desarrollado las pantallas mixtas (tinta electrónica y retroalimentación). “Hay un estudio del 2013 que nos indica que efectivamente la tecnología que usan estas pantallas las asemeja a la lectura de un libro impreso en tinta y papel. Esto es muy beneficioso para el globo ocular porque no lo expone constantemente a las luces que emite una pantalla ya que disminuye la cantidad de luz que va proyectar, además que trata de que los colores y los contrastes que se utilice no sean muy grandes en relación al contraste de una imagen o un texto impreso”, añade la oftalmóloga.
Es importante complementar que, el globo ocular siempre trata de acomodarse a los objetos que tiene en frente para percibirlos correctamente. Lo que dificulta esta acción es leer con mala iluminación, mala postura, sin pausas y a corta distancia. Al respecto la profesional aclara: “no se trata del tipo de bombilla, sino que la proyección de la luz apunte el objeto (libro) que se va leer”.
La Asociación Americana de Oftalmológica recomienda las siguientes medidas para prevenir cualquier tipo de patología como el síndrome de ojo seco o cansancio ocular:
- La regla 20 – 20, que consiste en realizar una lectura de 20 minutos y posteriormente hacer un descanso de 20 segundos observando un objeto que se encuentre aproximadamente a 20 pies de distancia. Esto permite que la retina descanse de observar un objeto de cerca, de forma constante y durante un tiempo prolongado.
- Utilizar un lubricante o lágrima artificial que nos ayude a hidratar mejor la superficie del globo ocular.
Para concluir, la doctora Ana Gabriela aconseja realizar un examen oftalmológico una vez al año en adultos y en niños cada 6 meses, esto para evaluar si es que el paciente necesita una nueva medición de lentes, una mejor lubricación o si es que puede desarrollar otro tipo de técnica para descansar el proceso acomodativo que sufre el ojo cuando se lo somete a lecturas prolongadas.
Como mencionamos en la apertura, todos leemos, desde que abrimos lo ojos hasta que nos vamos a dormir e incluso en los sueños. Lo cierto es que, sin importar el avance de la tecnología, los lectores deben ser responsables en cómo leen, desde la postura e iluminación que eligen. A modo de cierre Andrés Gómez nos dice: “la comprensión no depende del soporte, sino de la concentración…. Ayer, hoy o mañana, la lectura fue, es y será parte de una vida disciplinada”.