Soy un experto en ajedrez y estos son los aciertos (y errores) de Gambito de dama

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La serie de Netflix sobre una jugadora prodigio del ajedrez en los años cincuenta y sesenta es una de las mejores adaptaciones audiovisuales que se han hecho del juego. Pero hay algunas jugadas equivocadas.

 

En la serie de Netflix Gambito de dama, el personaje Benny Watts se acerca a Beth Harmon, la heroína de la historia, al comienzo del Campeonato de Ajedrez de Estados Unidos de 1967. El lugar es un pequeño auditorio en el campus de la Universidad de Ohio.

Después de exclamar un improperio, Benny se queja de las condiciones del torneo: advierte que los mejores jugadores del país están compitiendo y, sin embargo, el lugar es de segunda categoría, los tableros y piezas de ajedrez son de plástico barato y los pocos espectadores parecen aburridos en el mejor de los casos.

Como un maestro de ajedrez que creció en la era justo después de la que tiene lugar la serie, y que escribió la columna de ajedrez para The New York Times durante ocho años, puedo dar fe de la casi dolorosa autenticidad de la escena. Muchos torneos de esa época se jugaban en lugares extraños y a veces mugrientos. Incluso el campeonato de Estados Unidos no era inmune; la competencia de 1964-1965 ni siquiera se llevó a cabo.

El intercambio entre Beth (interpretada por Anya Taylor-Joy) y Benny (Thomas Brodie-Sangster) refleja el conocimiento desde dentro del ajedrez en Estados Unidos en el momento en que se desarrolla el programa y es una de las muchas razones por las que la serie es una de las mejores y más exitosas adaptaciones del juego para la pantalla, una breve lista que incluye la película de 2016 Queen of Katwe y Searching for Bobby Fischer, de 1993.

Los creadores del programa también han hecho un buen trabajo al capturar y dramatizar la alta tensión de los torneos de ajedrez y la obsesión a veces absoluta que el juego puede inspirar. Aunque se interpreta para un efecto cómico, hay más de un gramo de verdad en la escena en la que Harry Beltik (Harry Melling) saca una gran caja de libros de ajedrez de su coche y empieza a pasárselos a Beth en su sala, solo para descubrir que ella ya ha leído la mayoría. Y la mayoría de los jugadores de ajedrez expertos probablemente han jugado al menos unas pocas partidas completamente en sus cabezas gritando las jugadas mientras iban a toda velocidad por la autopista, como hacen Beth y Benny.

A lo largo de las décadas, se ha convertido casi en una broma entre los aficionados al ajedrez señalar los errores en las representaciones del juego en la pantalla. Dan Lucas, uno de los altos funcionarios de la Federación de Ajedrez de Estados Unidos, ha mantenido una lista no oficial durante años. Entre las transgresiones más comunes: tableros mal orientados (siempre debe haber una casilla blanca en la esquina derecha), arreglos incorrectos de las piezas (como invertir los reyes y las damas en sus casillas de salida) y personajes que no saben cómo mover y manejar las piezas.

Al trabajar con dos consultores, Garry Kasparov, el excampeón mundial, y Bruce Pandolfini, un conocido entrenador de ajedrez de Nueva York, los creadores de Gambito de dama han evitado esos errores. (Pandolfini incluso tiene un papel de cameo como el director de torneos de Kentucky). Los actores fueron entrenados en cómo jugar y mover piezas como expertos, lo cual se hace generalmente con movimientos rápidos, casi como de ametralladora. De hecho, Taylor-Joy desarrolló su propio estilo, más fluido, que se basó en su entrenamiento como bailarina, como explicó en una entrevista con la revista Chess Life. En la serie, ella recoge las piezas y luego las voltea suavemente.

Los juegos retratados en la serie no solo son realistas, sino que son reales, basados en competiciones reales. Por ejemplo, el juego en que Beth derrota a Harry por el título estatal de Kentucky fue de una partida en Riga, Letonia, en 1955; la última partida de ajedrez de velocidad en que derrota a Benny se jugó en la Ópera de Paris en 1858; y la partida en la que se enfrenta al campeón ruso Vasily Borgov (Marcin Dorocinski) en el final de la serie se jugó en Biel, Suiza, en 1993.

A pesar de los esfuerzos por hacer creíbles las escenas de ajedrez, todavía hay áreas en las que la serie se queda corta. La más evidente es la rapidez con la que los jugadores se mueven durante los torneos. Como un director de torneos le dice a Berth antes de una competencia en Cincinnati, cada jugador tiene dos horas para hacer 40 movimientos, lo que era, y sigue siendo, un control de tiempo estándar para este tipo de partidas. Pero en cada partida, Beth y sus oponentes hacen cada uno de sus movimientos después de tomar solo unos segundos para pensar en ellos. A tal ritmo, terminarían sus juegos en minutos, no en horas. La velocidad es comprensible para las filmaciones, porque ver a los jugadores sentados en un tablero durante horas, apenas moviéndose, no es fascinante. Pero tampoco es preciso.

Tampoco lo es que los competidores hablen durante algunos de los juegos. Aparte de ofrecer tablas -esencialmente acordar que el partido termina en un empate- los jugadores no se hablan durante los partidos. No solo se considera mala conducta deportiva, también va contra las reglas. Pero en varias ocasiones, como en el juego de Beth contra Harry en el segundo episodio, en el que se regodea cerca del final, y en su juego contra un joven prodigio ruso en Ciudad de México en el cuarto episodio, Beth y sus oponentes mantienen intercambios verbales. El diálogo hace que los juegos sean más comprensibles y condimenta el drama, pero, una vez más, no es fiel a la realidad.

Aunque Gambito de dama es una obra de ficción y los personajes que aparecen en ella no existieron, hay referencias pasajeras a jugadores reales, entre ellos los campeones mundiales José Raúl Capablanca, Alexander Alekhine, Mikhail Botvinnik y Boris Spassky.

También hay un momento curioso cuando Harry compara a Beth con Paul Morphy, un estadounidense, que jugó esa famosa partida en la Ópera de París en 1858 y que es ampliamente considerado el mejor jugador del siglo XIX. La comparación parece un error de orientación. A pesar de sus tendencias autodestructivas, Beth no se parece a Morphy. Está más cerca de ser una versión femenina de otro campeón: Bobby Fischer.

Esto puede no ser accidental. Walter Tevis, quien escribió la novela de 1983 en la que se basa la serie, era un apasionado y bien informado jugador amateur. Al convertir a la protagonista en una mujer que jugaba un juego que durante mucho tiempo había estado dominado por los hombres -y que sigue estándolo hoy en día, aunque nadie sabe la razón- Tevis puede haber expresado la esperanza de que algún día pudiera haber una verdadera igualdad de sexos en el tablero.

El propio Fischer había sido muy despectivo con las jugadoras, diciendo en una entrevista de 1963 que eran “terribles” y que una razón probable era que “no son tan inteligentes”. Hacer que Beth nos recordase a un Fischer en versión femenina puede haber sido una forma furtiva y maravillosa de parodiar esa valoración.

Los paralelismos entre Beth y Fischer son numerosos (menos su consumo de drogas que, por cierto, solo habría disminuido, no mejorado, su juego).

Gambito de dama abarca un periodo de 1958 a 1968. Coincide con el punto álgido de la carrera de Fischer, que transcurrió desde 1957, cuando ganó el campeonato de Estados Unidos a los 14 años, hasta 1972, cuando ganó el campeonato mundial a los 29 años y dejó de competir.

Beth gana el campeonato de Estados Unidos de 1967. Ese fue el año en que Fischer ganó su octavo, y último, título estadounidense.

Tras la muerte de su madre adoptiva en Ciudad de México, Beth, que está en la adolescencia, se encuentra viviendo sola. Poco después de que la hermana mayor de Fischer, Joan, se casara y se mudara, su madre, Regina, también lo hizo para obtener un título de médico. Eso dejó a Fischer, a los 16 años, viviendo solo.

Fischer era un tanto antisocial y unidimensional, había poco de lo que le gustase hablar fuera del ajedrez. Beth es más simpática, una necesidad para un personaje principal en una serie, pero tiene algunos rasgos similares.

Aprende ruso para estar preparada para enfrentarse a los jugadores soviéticos; Fischer aprendió de manera autodidacta ruso para poder leer las revistas de ajedrez rusas, que eran las mejores fuentes de información.

A diferencia de los otros jugadores principales del programa, Beth es capaz de ganarse la vida en el ajedrez. Incluso Benny, un antiguo campeón de Estados Unidos, vive en un sótano mugriento. Fischer fue un pionero como jugador profesional a tiempo completo en Estados Unidos. Kasparov ha dicho a menudo que fueron las exigencias de Fischer de mejores condiciones de juego y mayores premios las que profesionalizaron el juego.

Cuando Beth necesita dinero para ir a Rusia, pide al gobierno que pague el viaje. La madre de Fischer protestó frente a la Casa Blanca para recaudar dinero para el equipo de ajedrez de Estados Unidos.

Una de las razones por las que Beth no tiene suficiente dinero para el viaje es porque ha comprado demasiados vestidos. Fischer, aunque a menudo tenía que andar contando los centavos, tenía trajes y zapatos a la medida.

Finalmente, Beth y Fischer tienen estilos de juego similares y agresivos. Y cuando juegan con blancas y se enfrentan a la defensa siciliana, ambos juegan con el mismo sistema: el ataque Fischer-Sozin.

Cuando se trata de cómo se representa el ajedrez en la pantalla, los jugadores de ajedrez son notoriamente exigentes e implacables. Nos abalanzamos sobre cualquier error. Aunque Gambito de dama tiene sus defectos, al final la serie es una clara ganadora.

 

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