Tabaré Vázquez y el desafío de gobernar Uruguay después de Mujica

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El presidente electo de Uruguay, Tabaré Vázquez, ya sabe lo que es recibir la banda presidencial, pues fue mandatario desde 2005 hasta 2010.

Pero ésta es la primera vez que sucede a un jefe de Estado de su propio partido, el Frente Amplio.

No obstante, la tarea de Vázquez no será sencilla, ya que reemplazará a quien seguramente ha sido el mandatario uruguayo más famoso del mundo: José “Pepe” Mujica, quien generó enorme interés internacional por su estilo sencillo y poco dado al protocolo.

Aplaudido en el extranjero por su franqueza al hablar y su forma de vida humilde, en su país no conquistó el corazón de todos -de los que esperaban mayores reformas y de los que no se sintieron cómodos con un presidente de estilo tan informal-. Pero Mujica abandona su cargo con una aprobación del 65% y con el consenso de que puso a Uruguay en el mapa del mundo.

Leyes como la que regula el mercado de la marihuana, la del aborto o la del matrimonio entre personas del mismo sexo hicieron que muchos rebautizaran a la pequeña nación sudamericana como “la más progresista” de América Latina.

Pero algunas de estas medidas podrían traerle un dolor de cabeza a Vázquez, que no coincide con su antecesor en todas sus políticas.

Así, mientras que seguramente el flamante presidente se sienta aliviado por recibir una economía en buen estado de salud, con un crecimiento anual en torno al 3%, desempleo del 6,7% y 11 años seguidos de expansión, también tendrá que lidiar con asuntos no resueltos por Mujica.

Algunas de las iniciativas aprobadas por su antecesor y que le tocará poner en marcha son consideradas positivas, como la inauguración de una nueva universidad pública en el interior -la UTEC- o acuerdos de estado para fomentar las energías renovables y reducir la dependencia energética de Uruguay.

Pero Vázquez también tendrá que hacerse cargo de algunas políticas más polémicas que heredó o que continúan sin solución incluso desde su gobierno anterior.

1. Educación y Seguridad

Éstas son las dos principales preocupaciones de los uruguayos y los temas que dominaron la campaña electoral el año pasado.

Por un lado, Uruguay tuvo los peores resultados desde 2003 en la última prueba PISA, una evaluación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que mide los niveles educativos de jóvenes de 15 años en 65 países.

El país ha sufrido en los últimos años paros docentes y altas cifras de repetición de año, que en algunos colegios secundarios alcanzaron más del 57,4% de alumnos no promovidos.

Hasta el punto que el propio Mujica reconoció que éste fue uno de los fracasos de su gestión.

Para reflotar el antaño prestigioso sistema educativo uruguayo Vázquez propone “becas o bonos” que permitan a los alumnos de colegios administrados por el Estado continuar su escolarización en establecimientos gestionados por privados.

Además, propone sistemas de apoyo para los alumnos, fortalecer la autoridad del Ministerio de Educación y dar mayor asistencia en la transición de la Primaria a la Secundaria.

Por otro lado, en el país existe una creciente sensación de inseguridad, aunque las estadísticas sugieren que Uruguay se mantiene como uno de los países más seguros de Sudamérica.

La tasa de homicidios es de ocho por cada 100.000 habitantes y el número de asesinatos se redujo en el último año, según el gobierno de Mujica.

Eso sí, está entre los cinco países con más robos, según datos de Naciones Unidas, y éstos aumentaron en un 10% en el último año en la capital.

El nuevo presidente apuesta por seguir las políticas del actual gobierno en materia de seguridad, “tratando de dignificar la función de la policía, la reducción del hacinamiento carcelario y el apoyo a las víctimas”.

2. Ley de la marihuana

Una de las apuestas políticas de Mujica que más controversia causó dentro y fuera del país fue la de la regulación del cultivo, distribución y venta de la marihuana, aprobada en diciembre de 2013 aún con la oposición de la mayoría de los uruguayos.

La reglamentación estipula que la venta se hará a través de farmacias autorizadas, algo que es cuestionado por Vázquez.

“Vamos a ver muy atentamente qué resultados da eso. Va a haber una evaluación muy estricta y muy de cerca sobre el impacto que tenga en la sociedad esta ley”, dijo el nuevo presidente.

“Lo vamos a analizar con mucho cuidado. Y si en algún momento vemos que no funciona, no dudaremos un instante en hacer las correcciones necesarias”, añadió.

Sin embargo, se mostró dispuesto a buscar alternativas a la tradicional guerra a las drogas llevada a cabo en otros países de América Latina:

“La ley está ahí y habrá que manejarse con ella. No hay que perder de vista que las políticas que se aplicaron en todo el mundo para enfrentar al narcotráfico fracasaron. Hay que intentar alguna cosa”, dijo.

3. Llegada de presos de Guantánamo

Mujica anunció en marzo de 2014 que su país acogería temporalmente a un grupo de presos que serían enviados desde la prisión de la base estadounidense de Guántanamo, en la isla de Cuba.

El anuncio tomó por sorpresa al país, que en su mayoría se mostró contrario a la idea, según reflejaron las encuestas.

La oposición también cuestionó la medida, por considerarla una sumisión al gobierno de Estados Unidos.

No obstante, en diciembre pasado seis exprisioneros de Guantánamo llegaron a Montevideo, donde recibieron atención hospitalaria debido a su delicado estado de salud.

Cuatro de los liberados son sirios, uno tunecino y uno palestino, y llegaron a Uruguay en calidad de refugiados.

Todos habían sido detenidos por presuntos vínculos con grupos insurgentes y permanecieron retenidos en Guantánamo desde 2002, pero nunca fueron acusados, según informó el Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Vázquez dijo que entendía a quienes se oponían a la llegada de los presos, pero rechazó que pudieran poner en peligro a los uruguayos.

“Tienen preocupaciones lógicas. Yo las tuve y las pude evacuar. La seguridad que me dio la embajadora es que no son personas de peligro”, aseguró.

Se desconoce cuánto tiempo estarán en Uruguay.

En un principio se especuló con la posibilidad de que permanecieran al menos dos años allí pero Mujica señaló antes de su llegada que “se pueden ir al otro día si quieren”.

También dijo recientemente que uno de los exreos ya pidió irse de Uruguay y que el país está gestionando con “alguna embajada de algún país árabe que lo reciba”.

Uno de los refugiados de origen sirio, Jihad Ahmed Diyab, realizó una visita a Argentina en febrero para pedir a ese país que también acepte recibir a prisioneros de Guantánamo.

4. Los refugiados sirios

Además de recibir a los expresos de Guantánamo, Mujica también abrió las puertas de Uruguay a un grupo de refugiados sirios que huían de la guerra en ese país.

En octubre llegaron las primeras cinco familias (42 personas en total).

Fueron recibidos por el propio Mujica, quien contó a la prensa que los niños “ya están jugando al fútbol”.

Sin embargo, el arribo de un segundo contingente de refugiados, previsto para febrero de este año, se postergó en medio de una controversia por denuncias de supuestos abusos domésticos intrafamiliares.

Si bien el presidente Mujica dejó en claro que el país no aceptará costumbres culturales que avalen la violencia doméstica, funcionarios del gobierno aseguraron que la postergación no tenía relación con esa polémica.

La Justicia uruguaya investigó y desestimó las denuncias, y Vázquez dijo que definirá después de asumir si mantiene la política de reasentamiento de familias sirias en suelo uruguayo.

5. Juicio con Phillip Morris

Tabaré Vázquez, médico oncólogo de profesión, hizo de la lucha contra el tabaquismo una de sus banderas durante su primer mandato.

Tanto que en 2006 entró en vigor bajo su mandato una prohibición para fumar en espacios públicos cerrados, con lo que Uruguay se convirtió en el quinto país del mundo “libre de humo”.

También ese año aparecieron las primeras y llamativas advertencias sanitarias sobre las consecuencias de fumar.

En 2009 estas advertencias llegaron a cubrir por ley el 80% de los paquetes, más que en ningún otro país. Y desaparecieron de las cajas palabras como “light” o “mentolado” o “gold”, dejando una sola presentación por marca de tabaco.

Pero estas dos últimas medidas enfrentaron al estado uruguayo con el gigante tabaquero Philip Morris, que las considera un ataque a los inversionistas.

La multinacional llevó el caso hasta el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), un organismo dependiente del Banco Mundial, que deberá decidir sobre la demanda presentada en 2010 por la empresa.

Se espera que en 2015 haya novedades sobre el litigio.