Tuto revela chats de Salvatierra y de Rivero en los que clamaban por ayuda

El Deber
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Foto: El Deber

El expresidente Jorge Quiroga reveló una serie de chats que muestran que las ex asambleístas Adriana Salvatierra y Susana Rivero (ambas del MAS), que estaban en la línea de sucesión constitucional, rechazaron asumir el mando tras la renuncia y salida del país del expresidente Evo Morales, en noviembre de 2019. En los mensajes de WhatsApp pidieron la colaboración de Quiroga para apurar la salida hacia México del exmandatario y candidato a la reelección por el MAS, cuando se conoció el informe de la OEA que evidenciaba irregularidades en las elecciones generales.

Este medio intentó comunicarse con ambas exlegisladoras para obtener su versión de los hechos, pero no respondieron. Quien sí contestó con furia fue Evo Morales, a través de Twitter: “Tuto Quiroga, el pichón del dictador trata de limpiar con insultos sus manos manchadas con la sangre de hermanos indígenas masacrados por el gobierno de facto que él forzó, para ser su embajador de facto”.

Luego complementó que “ahora frente a la justicia tartamudea y se contradice para justificar que controló la Fuerza Aérea para atentar contra nuestras vidas. Se inventa cuentos que nadie cree”. Y siguió: “Eterno perdedor. Nunca nos ganó una elección y entró a Palacio Quemado con golpe, como su mentor Banzer”.

La acusadora y exdiputada del MAS Lidia Patty no piensa igual. Para ella, la actuación de Salvatierra y Rivero al negarse a la sucesión fue traición. “Tomando tecito, no se pueden sentar con un enemigo (por las negociaciones con Tuto, Carlos Mesa, Samuel Doria Medina y otros en 2019). El vicepresidente debió asumir (la Presidencia cuando Evo se fue), no podemos perdonar, todo eso es traición”, dijo.

Quiroga dio a conocer que la mañana del 12 de noviembre de 2019, tras una reunión cerrada en la que participaron el entonces asambleísta de Demócratas, Óscar Ortiz y el fallecido sacerdote Eugenio Scarpellini, ambas apoyaron que un opositor tomara la transición, sugirieron a Víctor Hugo Zamora, lo que era inconstitucional, aunque recalcó que en ningún momento se opusieron a Áñez.

A las 21:09 del lunes 11 de noviembre Quiroga recibió cinco mensajes de Adriana Salvatierra: “No”. “No está bien”, “está tomando altura de nuevo”. “Ah no”. “Sí” y “aterrizando”. Así, a las 21:10 Salvatierra explicaba que “es que estamos monitoreando”, y se refería al aterrizaje del avión mexicano que se iba a llevar a Morales a México.

A las 22:46 le llegó otro mensaje de Salvatierra, que decía: “No están dejando salir el avión”. Y a las 23:05, el último que señalaba “ya despegó”. El expresidente Quiroga señaló que le sorprende que ahora Salvatierra y Rivero mientan “y digan que yo me encontraba en la Universidad Católica viendo quién subía, quién bajaba de ese avión, autorizando y no, como si hubiéramos tomado el control de la Fuerza Aérea, eso es mentira”.

Por eso indicó que se guardó las capturas de los mensajes de ambas “porque sé cómo son los masistas, que primero dicen que si pierden un referéndum se retirarán, y luego buscan cualquier forma para repostularse”, aludiendo a Morales. Advirtió que tiene el registro de todas las conversaciones, solo mostró un par. Pero, en su momento, añadió que se los dará a las autoridades y recalcó que Salvatierra y Rivero buscaban su colaboración y “estaban muy angustiadas”.

A las 14:03 del 12 de noviembre de 2019, Susana Rivero le escribió el siguiente mensaje: “Soy Susana Rivero. Te escribo para contarte que han intensificado amenazas contra mí y mi familia. ¿Cómo puedo operar con serenidad así? Si somos Adriana y yo las que buscamos los encuentros”.

Samuel Doria Medina, quien declaró como testigo en el caso Golpe I, por vía virtual, reforzó que los masistas fueron los que buscaron la reunión auspiciada por la Unión Europea y la Iglesia católica.

En una sesión virtual, señaló que su participación en las reuniones de la Universidad Católica se debió a una “súplica” de altos dirigentes del Movimiento Al Socialismo preocupados por la suerte del expresidente Evo Morales. “Estaba en mi casa y veía por televisión las renuncias de todos los miembros de la línea de sucesión, la violencia en las calles, los videos con amenazas”.

“Estaba preocupado por el futuro de la democracia. En eso me llamó el entonces ministro de Justicia, Héctor Arce Zaconeta, y me suplicó que asistiera a las reuniones que iba a convocar la Iglesia católica y la Unión Europea. Fui a ellas porque creo que todos, inclusive algunos masistas, teníamos en ese momento la obligación de impedir que la democracia que tanto nos costó se perdiera por culpa de un expresidente que desordenó completamente el país con su obsesión por el poder”, señaló Doria Medina en su exposición.

Ante la pregunta de este medio, Jorge Quiroga señaló que lejos de ponerles una pistola a la sien a ambas para que se hagan a un lado, fueron Salvatierra y Rivero las que no querían asumir la Presidencia. Reiteró que “por la mañana, en esa reunión con Ortiz y Scarpellini, dijeron que estaban de acuerdo con que un opositor asuma la presidencia. Pero, por la tarde, Evo Morales ya había llegado a México, y desde allá, él las llamó y les ordenó que no avalen nada y que todos renuncien”, orden que no fue ejecutada por toda la bancada masista.

En la memoria que entregó ayer a los medios, Quiroga señaló: “Entiendo la tarea ingrata que recibieron la senadora Salvatierra y la diputada Rivero, porque tuvieron que renunciar a sus cargos en la directiva, a una sucesión presidencial automática e incuestionable para la primera de ellas, condicionar todo a la fuga, al asilo del expresidente Morales y sufrir momentos tensos que las tenían muy nerviosas”.

Aseguró que el Monseñor Scarpellini, el embajador de la UE, León de la Torre, y después el delegado de Naciones Unidas, Jean Arnault, “realizaron una tarea diplomática extraordinaria. También los parlamentarios del MAS, que tenían dos tercios en la Asamblea. Es una pena, por la obsesión orwelliana de Morales de borrar la historia para imponer sus mentiras como posverdad, que muchos dirigentes del MAS hoy renieguen de lo que hicieron para complacer al fraudulento que fugó”.

En estos encuentros, que se realizaron del 10 al 12 de noviembre en la Universidad Católica, “siempre busqué evitar que Bolivia colapse; contribuí con la mejor buena voluntad por Bolivia, hasta para ayudar a la diputada Rivero que me contactó directamente después que nos retiramos de la UCB pasado el mediodía del 12 de noviembre, a través de su colega Salvatierra. Me expresó la angustia que le causaban los insultos soeces que recibía, porque ella pensaba que algunos venían de sectores institucionales. Ellas saben que aborrezco los insultos y que ayudé hasta el final en todo lo que pude. Lamento que ahora tengan que calumniar, mentir y descalificar a todos los que trabajamos de buena fe por el país, solo por satisfacer al jefe que las usó, las abandonó, y ahora las sigue usando”.