Djokovic es el gran ausente del US Open por negarse a la vacuna contra la covid. Nadal fue eliminado por el estadounidense Frances Tiafoe. La semana pasada Serena Williams cayó ante la australiana Aila Tomljanovic en su anunciado último match de tenis profesional.
Novak Djokovic, el tenista serbio quedó fuera del US Open por la negativa a vacunarse contra la covid-19. Se pueden alegar muchas cosas, pero no se puede negar la consecuencia del atleta. Al comenzar la temporada 2022 se le tendió una trampa. Se le permitió viajar a Melbourne, Victoria. Allí se le negó participar del Abierto de Australia. Lo trasladaron a un refugio de los bajos; convivió con migrantes que pasaban hambre y dormían en esteras. Se mantuvo una semana bajo acecho y fue devuelto en medio de un largo proceso que derivó en la decisión del ministro Edmund Barton, un político honorable –si es que lo hubiera- del partido proteccionista, que le negó el torneo.
Nole fue encaminado a Serbia con medidas de seguridad como si se tratara de un delincuente. Meses después ganó Wimbledon y de nuevo se le impidió entrar a EEUU para disputar el US Open. Los organizadores del torneo han cometido serias conductas antideportivas: privar a los tenistas rusos -una nutrida delegación de algo más de 20 atletas- del uso de los símbolos patrios. No banderas, nada de colores que hagan alusión al imperio ruso de Putin. Nadal -sin Djoko ni Federer- ícono y máximo representante del tenis dice: “El deporte está por encima de cualquier jugador”. Una frase mal construida. Sin jugador no hay deporte. El español la sostiene.
Nadal perdió la ronda de los octavos contra el estadounidense Frances Tiafoe. Así es que el español se despidió de Nueva York. El cabalístico tenista español, una mano atrás, otra delante, dos muecas, la misma mano a la nariz, a cada lado de sus orejas antes del saque, no pudo ante la diapositividad de su rival. Simplemente perdió en 3´ 33´´ (6-4, 4-6, 6-4, 6-3). El norteamericano estuvo brillante en el servicio y partió el Arthur Ashe Stadium en dos. Tiafoe (24), planteó un partido muy duro desde el principio y privó al español de la posibilidad de conquistar su quinto trofeo en Nueva York, el que hubiera significado su 23º grande. Al finalizar el partido Tiafoe lloró.
Serena Williams, estoica y madre
La semana pasada otra de las grandes del tenis fue eliminada por la australiana Aila Tomljanovic. La derrota significó el fin de su carrera. Serena había declarado antes del torneo su retirada del circuito. Después de una carrera histórica como una de las mejores tenistas de todos los tiempos, Serena Williams anunció el retiro definitivo. En un ensayo escrito para Vogue, la atleta anunció su decisión de “evolucionar” fuera del tenis -piensa que la jubilación es un término demasiado pesado- para enfocarse en expandir su familia y sus negocios.
“No hay felicidad en este tema para mí. Sé que no es lo habitual, pero siento mucho dolor. Es lo más difícil que jamás podría imaginar. Lo odio. Odio tener que estar en esta encrucijada. Sigo diciéndome a mí misma, desearía que pudiera ser fácil para mí, pero no lo es. Estoy desgarrada: no quiero que termine, pero al mismo tiempo estoy lista para lo que sigue”.
Williams reveló que había reflexionado sobre la decisión de alejarse del deporte por un tiempo. Pero fue su hija, Olympia, quien dejó caer indirectas de una hermanita que ayudó a sellar el trato. Porque si alguien conoce el poder de la hermandad, son las hermanas Williams.
“Definitivamente no quiero volver a quedar embarazada como atleta. Necesito estar a dos pies del tenis o a dos de distancia”. Admitió que le molestaba tener que elegir entre tener una familia o una carrera porque no era algo con lo que sus contrapartes atléticas masculinas tuvieran que lidiar. “Si yo fuera un hombre, no estaría escribiendo esto porque estaría jugando y ganando mientras mi esposa hace el trabajo físico de expandir nuestra familia”.
Pero cuando mira su legado, dice que no está tan enfocada en las cosas que no logró, los récords a los que estuvo cerca pero que no rompió. Lo que ya no sirve de nada hacerlo. La tenista recordó a la revista la historia que comenzó en Compton, California, con una niña negra que solo quería jugar al tenis.
La icónica atleta, que se convirtió en profesional a los 14 años en 1995, es siete veces campeona del Abierto de Australia individual femenino, siete veces ganadora de Wimbledon y seis veces ganadora del US Open. También ha ganado el Abierto de Francia tres veces.
La Williams va a extrañar esa frenética carrera.