Bolsonaro: “Las FFAA son el último obstáculo para el socialismo”

El presidente de Brasil vuelve a romper el silencio con un recado “duro, dudoso y enigmático” a pocos días del traspaso del mando presidencial.

Los simpatizantes de Jair Bolsonaro -los nada despreciables 49,1 por ciento de los votantes brasileños que apoyaron al presidente en las elecciones de segundo turno- no han dejado de protestar ante el eminente retorno del líder del Partido de los Trabajadores al Planalto el próximo 1ro de enero de 2023. Protestas instaladas al frente de los cuarteles para exigir a las FFAA evitar que Lula da Silva sea empozado en el primer cargo de mando del país.

Este no es un rumor o un trascendido es una realidad incómoda para el Gobierno que ha sido elegido en el segundo turno de las elecciones disputadas el pasado 30 de octubre en las que el presidente Jair Bolsonaro logró descontar algo más de 5 puntos de ventaja que separaban a los contendientes en el primer turno de las elecciones presidenciales (Lula obtuvo el 48,4 por ciento de los votos y Bolsonaro el 43,23 por ciento).

El caso es que Lula será posesionado en medio de una creciente ola de descontento y de fraccionamiento político que hace pensar en que desde inició será una gestión plagada de dificultades sobre todo por una fuerte y marcada oposición en el Congreso donde la oposición está mejor posesionada que el oficialismo.

Tras la apretada derrota Bolsonaro permaneció en silencio y cuando habló pidió a los transportistas que lo apoyaron despejar las carreteras que habían bloqueado en señal de protesta por el resultado desfavorable. Bolsonaro les pidió desbloquear al poderoso sector por qué estaban perjudicando la economía.

Bolsonaro jamás aceptó el resultado ni exteriorizó algún gesto que tranquilizara a Lula. Por el contrario, sus principales colaboradores argumentaron que el Supremo Tribunal Electoral (STE) había cometido infracciones y apuraron nuevamente las teorías de un fraude. Llegaron más lejos y presentaron un amparo de repetir las elecciones en algunos centros de votación presentado evidencias de que la votación electrónica había fraguado los resultados.

Pero el TSE se mantuvo firme y frenó cualquier interferencia política, aunque el malestar estaba instalado. Este domingo el presidente volvió a la palestra con un mensaje “enigmático, dudoso y golpista” como lo describe alguna prensa en el país, indicando que el jefe de Estado rompió el “mimimi” (un palabreo burlón que personaliza a Bolsonaro) que lució tras su derrota en las elecciones y surgió diciendo “que las Fuerzas Armadas son el último obstáculo para el socialismo”.

Palabras que el líder del PT deberá valorar en su relación con el componente militar con el que Bolsonaro mantiene un gravitante peso político.