Petrobras rompe récord de ganancias

Por V/C SA con dat0s
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La estatal del petróleo de Brasil PETROBRAS anunció anoche que cerró 2022 con una ganancia de R$ 188.328 millones (unos 38.000 millones de dólares) 76,6% más que en 2021.

Se pronosticó -y estuvo en línea con las proyecciones de los analistas- porque el precio del petróleo pasó 2022 en máximos históricos, como bien saben. El barril de Brent alcanzó cerca de US$ 130 el año pasado, apalancando en la misma medida las ganancias de las petroleras y la inflación mundial.

Este repunte hizo que Petrobras vendiera su jugo de dinosaurio a un precio un 43% superior el año pasado en comparación con 2021. A un promedio de US$ 101,19 por barril. Considerando todos los productos comercializados por la empresa, incluidos los combustibles, el aumento fue del 51,9%. Además de la apreciación del Brent, la compañía también impulsó sus ganancias por la venta de activos, como los campos petroleros.

La combinación hizo que Petrobras registrara la ganancia anual más alta de la historia para una empresa en la bolsa de valor brasileña, según datos de TradeMap. El número supera el récord de Vale (principal empresa brasileña del sector minero y metálico) R$ 129,1 mil millones en 2021 (unos 24.5 mil millones de dólares).

Son estos impresionantes números, combinados con una agresiva política de distribución de utilidades, los que hicieron que Petrobras cerrara el año como el segundo mejor pagador de dividendos del mundo, solo detrás de la empresa minera BHP.

El caso es que, el año pasado, el Gobierno de Bolsonaro decidió subir los pagos para impulsar el flujo de caja de la Unión, el mayor accionista de la compañía y, por tanto, quien más se beneficia de una generosa política de reparto de resultados.

La nueva gerencia tiene una visión diferente. El gobierno de Lula cree que la ganancia “exagerada” de la empresa estatal tiene efectos adversos en el bienestar social, ya que ocurre a expensas de los altos precios de los combustibles. También se cree que la empresa debe retener una mayor parte de sus utilidades para invertir en la transición energética, tema que ha sido descuidado en los últimos gobiernos.

De ahí vienen los anuncios de rebaja del precio de los carburantes -ayer se decidió una rebaja del 14% en el queroseno de aviación- y la tasación temporal de las exportaciones de petróleo, medida que ha sido muy criticada por los más ortodoxos.

Es decir, los números de 2022 no deberían repetirse en 2023. Y no habrá necesidad de una intervención del Gobierno en la petrolera. Según el Departamento de Energía de EEUU, el Brent debería tener un precio promedio de US$ 83 por barril en 2023 (el rango actual), lo que significa un potencial de ingresos 18% menor.

Por ahora, los inversores se aferran al impresionante resultado. Los recibos de acciones negociados en EEUU subieron un 3,44% esta mañana. Decepción que incluso los inversores encontraron en otro lugar: en Tesla.