La farmacéutica Eli Lilly recorta 70% el precio de la insulina

Por El País con dat0s
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Foto: FREDERICK FLORIN / AFP

La industria farmacéutica ha sido apuntada- injustamente o no- de manejar un esquema de grandes ganancias sobre todo durante el peor periodo de la pandemia de la Covid 19 lo que las impulsó a organizar programas de recorte para compensar las especulaciones del mercado.

En ese camino la farmacéutica Eli Lilly ha hecho un anuncio que supone una victoria para el presidente norteamericano Joe Biden, que había hecho campaña por la regulación en un mercado que hasta ahora obligaba a gastar cientos de dólares al mes a los insulinodependientes.

El gigante farmacéutico estadounidense Eli Lilly ha anunciado este miércoles la bajada en un 70% del precio de “las insulinas más prescritas” en el país, de las que dependen millones de ciudadanos insulinodependientes. Biden ha peleado durante sus dos años de mandato por poner un límite de 35 dólares mensuales a un tratamiento que en el mercado libre supone varios cientos, y ahora Eli Lilly le ha hecho caso.

“Eli Lilly toma esta medida para facilitar el acceso a las insulinas y ayudar a los estadounidenses que pueden tener dificultades para navegar a través de un sistema de salud complejo [mercado libre], que puede impedirles conseguir insulina a un precio razonable”, ha dicho en un comunicado la farmacéutica, que tiene su sede en Indianápolis y fue la primera compañía que comercializó la insulina en el país en 1923.

Y el anunció no se acabó ahí. La farmacéutica también reducirá el precio de su insulina sin marca a 25 dólares el vial a partir del 1 de mayo, convirtiéndola en la más barata disponible. Su precio de venta actual es de 82,41 dólares por vial.

El elevado precio de la insulina en EEUU ha sido un caballo de batalla, con campañas como la del senador Bernie Sanders, representante del ala más progresista de los demócratas. En 2019 el veterano senador por Vermont organizó varias caravanas a Canadá, donde el precio del insumo es sensiblemente menor, para denunciar el coste prohibitivo de la hormona en su país. Biden ha recogido el guante de la reivindicación, con periódicos llamamientos a ponerle tope a una hormona de la que dependen diariamente más de ocho millones de estadounidenses, según la Asociación de Diabéticos de EEUU.

Según un estudio de la Universidad de Yale publicado en julio, para más del 14% de los insulinodependientes de EEUU el gasto en insulina se lleva más del 40% de la renta postsubsistencia, es decir, la que queda tras el pago del alquiler y la comida. Un monto “catastrófico”, según la citada investigación, que compromete el bienestar de los enfermos, que en numerosos casos abandonaban el tratamiento por imposibilidad material de afrontarlo.

El estilo de vida, el sedentarismo y la mala alimentación, con preponderancia de productos procesados, tienen mucha influencia en la prevalencia de la enfermedad, con más de 30 millones de diabéticos registrados, aunque menos de un tercio del total dependa de la insulina diariamente.