El sucio secreto de la inteligencia artificial

Por Redacción dat0s
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ChatGPT

Nada de lo que brilla en el planeta es oro, a propósito del auge de herramientas como ChatGPT.

En otra magistral nota del periodista, Manuel Pascual, para el diario El País de España asegura que, en otro campo, el auge de las herramientas como ChatGPT disparará el consumo de energía de los centros de datos que podrían hasta quintuplicarse. Manuel Pascual afirma que acciones cotidianas para consultar la mejor ruta para llegar a determinado lugar, traducir un texto o redactar con la orden de tu voz requiere grandes cantidades de recursos energéticos, hidráulicos y minerales. Se calcula –dice Pascual – que en la actualidad el consumo energético de los centros de datos supone entre el 1 % al 2% del total mundial.

“La IA generativa, la que hace posible los chatbots inteligentes como ChatGPT, así como las herramientas que generan ilustraciones originales o música a partir de texto, necesita mucho poder de computación. Las grandes tecnológicas, con Microsoft y Google a la cabeza, han decidido integrar estas funcionalidades en los buscadores, en los editores de texto o en el email. Nuestra relación con los programas de uso habitual va a cambiar: hasta ahora, apretábamos una serie de comandos para llevar a cabo ciertas actividades; dentro de poco nos encontraremos conversando con la máquina, pidiéndole tareas que antes hacíamos nosotros.

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¿Qué efecto tendrá en el medio ambiente este cambio de paradigma? Nadie lo sabe, pero todas las estimaciones son al alza. “La IA puede parecer etérea, pero está moldeando físicamente el mundo”, sentencia Kate Crawford en Atlas of AI. La australiana, investigadora principal de Microsoft Research y directora del AI Now Institute, alertó hace dos años de que los “costes planetarios” asociados a esta tecnología no paran de crecer. Algunos científicos calculaban hace cuatro años que el sector tecnológico supondría el 14% de las emisiones mundiales para 2040; otros, que la demanda energética de los centros de datos se multiplicará por 15 hasta 2030.

Todas esas previsiones pueden quedarse cortas. Son de antes de la irrupción de ChatGPT. Google y Microsoft acumulan centenares de millones de usuarios. ¿Qué pasa si todos ellos empiezan a usar herramientas apoyadas en IA generativa? El canadiense Martin Bouchard, cofundador de los centros de datos Qscale, cree que se necesitaría al menos cuatro o cinco veces más potencia computacional por cada búsqueda. Preguntados por sus niveles de consumo actuales y por sus previsiones de crecimiento en la era de la IA generativa, Google y Microsoft han preferido no aportar a este periódico datos concretos, más allá de reiterar su intención de alcanzar la neutralidad de carbono para 2030. Para Crawford, eso “significa que compensan sus emisiones comprando el crédito de la gente” a través de acciones de maquillaje medioambiental, como plantar árboles u otras acciones similares.