El City apabulla sin atenuantes al Madrid 4 a 0

Por Carlos Rodriguez San Martín
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Manchester City Champions league
Foto: AFP

Una lección sin límites de Manchester City al Real Madrid que acabó desorientado y goleado, salvo un travesaño despachado con Kross y el disparo de Militao que despejó el robótico Edersor.

No soy hincha del City, me parece la composición del fútbol al fútbol de la exageración, un concepto que no se puede tolerar en el fútbol cuando uno a partido como Maradona por los lugares más pobres de la ciudad. El City es todo lo contrario a ese concepto callejero del fútbol, ha dado lugar a la antiestética del fútbol callejero en la que un jugador puede marcar 26 tantos en 13 encuentros es un estímulo a la semiperfección que no es aceptable en ningún deporte.

El City ayer se clasificó a la final de la Champions League demostrando con vitalidad asombrosa que el fútbol ha pasado a un segundo nivel de tecnicismo que cuesta entender. A los 89 minutos cuando apague el televisor renegando contra ese concepto del nuevo fútbol las consecuencias de un 3 – 0 dejaban claro quién era el ganador. Pero en los escasos minutos que faltaban del cronómetro oficial –se deberían haber jugado dos minutos a tres- el City marcó uno más no fue del fenómeno Haaland, el indiscutido goleado porque había sido sustituido por el argentino Julián Álvarez (“campeón del mundo” los llaman los argentinos a los jugadores de su selección que obtuvieron la Copa del Mundo el 2022) que fue quien convirtió el cuarto gol, para el pesar de Haaland vuelvo a él.

El final, un triste y desmoronado, Madrid acabó siendo presa fácil de ese fútbol de la perfeccción, fulgurante de recontra estrellas que se juega hoy en el que un solo equipo puede congregar a todas las estrellas de este deporte por el que se desviven fanáticos de las villas más pobres.