La reunión del G7, que comenzará este viernes y se extenderá hasta el 21 de mayo, tendrá la guerra en Ucrania y el papel de China en el mar Pacífico como temas centrales en la agenda. El encuentro se realizará en la ciudad japonesa de Hiroshima. Los líderes ya se encuentran en el lugar. Como invitados especiales estarán el mandatario brasileño, Luis Inácio ‘Lula’ da Silva, y el primer ministro indio, Narendra Modi.
La reunión de las siete naciones más ricas del mundo está a punto de comenzar. La ciudad escogida es Hiroshima en Japón. Un lugar lleno de simbolismo por el ataque nuclear del 6 de agosto de 1945 ordenado por el expresidente de Estados Unidos, Harry Truman. En la actualidad, con la guerra en Ucrania de telón de fondo, la no proliferación de armas nucleares será justamente uno de los temas centrales. Los líderes de los países miembros del grupo ya arribaron a Japón.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió este jueves con su homólogo japonés, Fumio Kishida, con el objetivo de estrechar la cooperación frente a una China en ascenso y a una Rusia impredecible, que consideran una amenaza para el orden de la posguerra.
Los otros cinco países miembros del G7: Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá también han expresado su preocupación por lo que ven como políticas económicamente coercitivas de China y su rápida acumulación de tecnología sensible, así como por las reiteradas advertencias del Kremlin sobre el uso de armas nucleares.
Un encuentro paralelo
China es la actual segunda economía del mundo por detrás de Estados Unidos, pero no pertenece al Grupo de los Siete. En paralelo al encuentro entre Biden y Kishida, los jefes de Estado de Asia Central se reunieron en la ciudad china de Xi’an para hablar cara a cara con el líder de dicho país, Xi Jinping. Una visita que buscaba sellar sus promesas de amistad “duradera” y allanar el camino para una cumbre que, se espera, resulte en un pacto regional con Beijing.
Las conversaciones bilaterales preparan el escenario para una reunión grupal el viernes, la primera reunión en persona de los seis líderes, donde Xi pronunciará un discurso “importante” y se firmará un documento político “clave”, según afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
La guerra en Ucrania como eje central del G7
Los ministros de Exteriores del G7 se comprometieron a intensificar sus sanciones contra Rusia. En días previos, el canciller alemán Olaf Scholz afirmó que el G7 está dispuesto a “apoyar a Ucrania durante todo el tiempo que sea necesario”.
En una declaración conjunta adoptada este jueves, al término de la reunión de Exteriores, el grupo condenó “la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, que constituye una grave violación del derecho internacional” e instó al Kremlin a retirar sus tropas del territorio del país vecino.
Así, uno de los principales objetivos del G7 será la adopción de un nuevo conjunto de sanciones contra Rusia, en especial sobre las importaciones de petróleo y diamantes. Algunos funcionarios del grupo han reconocido que el objetivo de las represalias contra Moscú sería reducir el comercio de diamantes rusos en el plazo inmediato.
Pero sancionar los metales preciosos no es una decisión fácil de tomar en materia económica para el G7, particularmente para los miembros que también pertenecen a la Unión Europea.
Si bien algunos Estados del bloque comunitario han pedido sanciones, Bélgica —que alberga el centro de comercio de diamantes más grande del mundo en Amberes— ha rechazado las restricciones. El Centro Mundial de Diamantes de Amberes ha dicho que las sanciones le quitarían alrededor del 30% de su negocio y beneficiarían a los centros comerciales rivales, y agregó que los clientes deberían poder decidir por sí mismos si quieren gemas rusas.
En ese sentido, a las naciones del G7 les preocupa que una reducción en el comercio de diamantes pueda causar que otros centros de venta de materiales preciosos, como Emiratos Árabes Unidos e India, tomen la iniciativa del lucrativo negocio.
Asia, en el foco del G7
Japón, como anfitrión del G7, ha encendido las alarmas en China, que está gravemente preocupada por las recientes señales de medidas “negativas” relacionadas con Beijing en la cumbre. El gigante asiático instó a Japón a no convertir el encuentro en un “espectáculo político” contra China, informó la embajada del país en territorio nipón este jueves.
“La parte japonesa debe impulsar una comprensión equilibrada de los asuntos relacionados con China en la cumbre para evitar mayores obstáculos y conmociones en las relaciones chino-japonesas”, dijo Yang Yu, encargado de negocios interino de la embajada china en Tokio, en un comunicado.
La creciente tensión en Taiwán y en el mar Pacífico por ejercicios militares conjuntos de Filipinas y Estados Unidos han puesto en la agenda el papel de China en la región. En el encuentro de este jueves entre Biden y Kishida se discutió especialmente el “ánimo expansionista” de Beijing. El primer ministro japonés declaró que velará por “mantener el orden internacional ya establecido”, un guiño a la hegemonía militar de Estados Unidos en el mundo y a la postura de Washington en cuanto a problemáticas regionales como la amenaza nuclear de Corea del Norte.
“Nos oponemos vehementemente a cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza o por coacción. No existe ninguna base legal para las reclamaciones expansionistas marítimas de China en el mar de la China Meridional y nos oponemos a las actividades de militarización de China en la región”, señalaron los ministros de Exteriores del G7 en una declaración conjunta.
Con Reuters, AP y medios locales