El presidente de Baisa SA, Marcelo Claure, que controla Bolívar, se refugió unos días en Bolivia con motivo de arrancar la obra del estadio del club en la zona de Tembladerani y luego pasar revista al primer compromiso del equipo para los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Tras esos compromisos deportivos fue invitado a las redacciones de algunos medios que dieron rienda suelta a consultarle acerca de su fortuna, a cuánto asciende la misma y para cerrar con broche de oro preguntarle su opinión sobre la situación económica del país y hasta dejaron traslucir la posibilidad de una candidatura para la presidencia de Bolivia.
El empresario se manejó con extrema cautela y si bien abordó algunas recomendaciones habló bien de todos y dijo que cree que la misma opinión que dice tener de la economía la tendrán seguramente los actuales mandatarios del Estado Plurinacional.
Pero más allá de forzar en las entrevistas un matiz político poco se habló de fútbol, motivo central de su presencia en los medios. Por ejemplo, se dejó abierta la duda enorme que sufre la hinchada bolivarista sobre la fragilidad defensiva del equipo. Los nervios del guardameta; inseguro con los pies y los brazos y de una línea de centrales muy vulnerables cuando deban medirse con equipos que han demostrado ser superiores a los del fútbol boliviano.
Es loable el resultado del último compromisos en el Siles donde la Academia derrotó por 3 goles contra 1 a Athletico Paranaense de Brasil, en un partido vibrante en el que los celestes dejaron todo en la cancha, como se debe. El estado emocional del equipo estaba en extremo alto por el acto en Tembladerani que derivó en una caravana enfervorizada de hinchas que recorrieron las arterias de La Paz (desde Tembladerani al Siles); que influyó notoriamente en rendimiento del equipo.
Les faltó preguntar a los entrevistadores si a escasos días del compromiso de vuelta en Brasil se podrá pensar en relevos en esas zonas frágiles y si de verdad cree y porqué, el DT del Bolívar es la mejor opción para dirigir a la selección.
Nos habría gustado que Claure hable de las glorias celestes del pasado Issa, Parra y el propio Trucco (garantía bajo los tres palos) o de Óscar Sánchez, Sandy y el mismo Troncone que cerraban una línea defensiva resistente y madura.
Esperemos que los ánimos de los futbolistas sigan atentos con el mismo impronte, que haga soñar que de verdad tenemos finalmente los bolivianos un equipo para pelear en las grandes ligas.
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