El elefante ausente incendia el debate

Por Redacción dat0s con Agencias
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El expresidente Donald Trump acapara el primer debate republicano, se aleja de DeSantis (segundo) y gana un aliado, el flacucho y descendiente indio Ramaswany (tercero).

Trump no acudió en Milwaukee (Wisconsin 40° celcius) al primer debate de la cúpula republicana a las primarias para las elecciones de 2024. El del jopo amarillo prefirió no asomar nariz, pero resultó la estrella. Los ocho líderes no establecieron reglas sobre la ascendencia a los procesos que rodean al expresidente; tampoco cuando se les pidió levantar la mano para saber si lo apoyarían en caso de una condena que le niegue la postulación. Dos de ocho lo hicieron, pero les valió un sonado abucheo. Otro momento de tensión sobre si en caso de ganar la nominación, los presentes apoyarían a Trump, incluso en caso de ser condenado. Otro cuando el exvicepresidente Mike Pence le dio la espalda a Trump “en defensa de la constitución” el 6 de enero, día del asalto al Capitolio.

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Divididos, había que buscar dirimidores. Las miradas apuntaron entonces al segundo con mayores chances de ganar la nominación, el gobernador de Florida Ron DeSantis. El ultraconsevador, atacó a Biden para evitar atacar a Trump sobre el uso de la “fuerza letal” contra los carteles en la frontera. Pese a su posición no logró convertirse en el centro del debate.

El tercero en las encuestas a la nominación, el emprendedor de origen indio Vivek Ramaswany, atrajó los votos con alabanzas al expresidente, su negacionismo climático y su propuesta de dejar de apoyar a Ucrania. La embajadora de EEUU en la ONU, Nikki Haley, rechazó una ley que prohíba el aborto en el país. Hasta ahí todos en línea.

Solo dos de los candidatos, los exgobernadores Chris Christie y Aasa Hutchinson levantaron la mano a sentar presencia en caso de que Trump sea condenado.

Como se ve Trump ha generado empatías. Nuevamente Ramswany acotó con una defensa cerrada del expresidente. “El mejor de EEUU en el siglo XXI”, disparó –y añadió que el problema es la instrumentalización política de la justicia, justo la tesis de Trump y sus abogados, mientras DeSantis, Halley y Burgum trataban de pasar a otro tema.