La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos presentó el martes 26 de septiembre una demanda antimonopolio contra Amazon y pidió al tribunal que considere obligar al minorista en línea a vender activos para liberar el mercado.
Amazon nació en un garaje en 1994. Hoy vale 1,3 billones de dólares en bolsa y domina, junto con la china Alibaba, el comercio electrónico mundial. Pero a medida que crece su negocio, también lo hace su exposición al escrutinio público.
Al inicio del juicio por monopolio hace apenas dos semanas contra Google, considerado el más grande de su estilo en la historia reciente de Estados Unidos, se suma una demanda interpuesta por el regulador de la competencia de Estados Unidos contra Amazon.
Google y Amazon no son competidores directos, pero sí hacen parte de las llamadas Big Tech, aquellas multinacionales tecnológicas que han aprovechado por años el auge de Internet para fortalecer sus negocios y que ahora están en la mira de las autoridades.
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A Amazon y a otros gigantes tecnológicos, las autoridades los han perseguido por años, acusándolos de mantener un poder monopólico que va en contravía de las leyes y, más aún, de los consumidores.
El Gobierno de Estados Unidos las ha señalado repetidamente de acaparar sus lucrativos negocios y restringir el acceso de competidores más pequeños.
Cuatro años de investigación terminan en demanda
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC por sus siglas en inglés) acusó a Amazon de frustrar los esfuerzos de los vendedores de su mercado en línea por ofrecer productos más baratos en otras plataformas.
“Amazon obliga a los vendedores a utilizar sus almacenes y servicios de entrega, inflando los costos para consumidores y vendedores”, señaló la FTC en su acción legal, a la que se sumaron 17 fiscales estatales.
“Mediante el impedimento de la competencia en materia de precios, selección de productos y calidad y evitando que sus actuales o futuros rivales accedan a una masa crítica de compradores y vendedores, Amazon se asegura de que ningún rival pueda amenazar su dominio”, agregó.
La demanda aduce que en los porcentajes mensuales que cobra por cada producto vendido, Amazon ha llegado a cargar a muchos vendedores con el 50% de lo que ganan en la plataforma, lo que supone un daño tanto para comerciantes como para consumidores, que deben pagar más.
Además del Gobierno Federal, los estados de Connecticut, Delaware, Maine, Maryland, Massachusetts, Míchigan, Minnesota, Nueva Jersey, Nuevo Hampshire, Nuevo México, Nevada, Nueva York, Oklahoma, Oregon, Pensilvania, Rhode Island y Wisconsin son los otros demandantes.