Las elevadas tasas de interés a largo plazo en el mundo han aumentado el riesgo de un brusco incremento de los ratios de deuda pública, según Olivier Blanchard, miembro sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional.
Blanchard, execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional, teme que la diferencia entre tasas de interés y crecimiento se haya reducido después de un reciente aumento en los rendimientos a largo plazo. Eso significa que, mientras los Gobiernos tengan déficits primarios —como ocurre actualmente con casi todas las economías avanzadas—, el ratio de deuda aumentará.
“Si los mercados tienen razón sobre las tasas reales a largo plazo, los ratios de deuda pública aumentarán durante algún tiempo”, escribió en una nota. “Debemos asegurarnos de que no se disparen”.
Esto es un vuelco con respecto a la postura anterior de Blanchard, de que los números rojos de los Gobiernos deberían ser una preocupación menor mientras las tasas de interés de esa deuda se mantengan por debajo del crecimiento general de la economía. El economista ha dicho anteriormente que una población que envejece y vive más, ahorrará más, lo que ejerce presión a la baja sobre las tasas de interés, por ejemplo.
En la nota de esta semana, Blanchard escribió que “no es descabellado” que algunos de los factores detrás del reciente aumento de los rendimientos sean transitorios. Sin embargo, reconoce que los Gobiernos deben financiar sus presupuestos a los actuales costos de endeudamiento y no pueden depender de un retroceso.
“Una vez que la deuda actual haya sido refinanciada y el interés promedio de la deuda refleje las tasas más altas a largo plazo, si no hay cambios en la política monetaria, los ratios de deuda aumentarán”, escribió.
En Estados Unidos, los rendimientos de los bonos a 10 años se encuentran en su nivel más alto desde 2007 y el mes pasado superaron brevemente el 5%. En Europa, el rendimiento del bund ronda el 2,70%, cerca de los niveles más altos observados desde la crisis de la deuda soberana de 2011.
Camino difícil
Blanchard advirtió que lograr el camino necesario de consolidación fiscal sostenida no será fácil y que los inversionistas deberían aceptar que los ratios de deuda podrían aumentar aún más antes de empezar a caer. Tomando como punto de partida un déficit primario de 3%, podría llevar casi una década estabilizar la deuda, añadió.
Esto se debe a que los Gobiernos que actúan demasiado rápido, por ejemplo mediante la introducción de estrictas medidas de austeridad, corren el riesgo de tener resultados económicos y políticos catastróficos. También existe una clara necesidad de impulsar el gasto a largo plazo en la transición energética y la defensa.
“Está claro que el ajuste debe ser constante, pero igualmente claro es que debe ser lento”, escribió Blanchard. “Para que los inversionistas crean en ello y no pidan un diferencial más alto, tiene que haber un plan creíble”.