La violencia en la ciudad porteña de Rosario sería generada por el control de cocaína que llega a la capital desde Bolivia.
El gobierno argentino conformó un Comité de Crisis y el Ejecutivo pedirá la aprobación de una Ley “antimafias” y “antinarco” para combatir a los grupos delincuenciales que están “desangrando” Rosario, según la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
La ministra hizo público un comunicado dirigido a la ciudad de Rosario en medio del contexto de violencia que esa ciudad portuaria vivió en los últimos días, donde fueron asesinados dos taxistas y balearon en la cabeza a un colectivero.
El pasado jueves por la noche, desconocidos atacaron a tiros el frente de una comisaría. “Rosario sangra. Y no necesita un simple torniquete para mejorar. Necesita una cura definitiva. Por eso vamos a ir a fondo. Con firmeza, sin que nos tiemble el pulso”, aseguró Bullrich.
La escalada de violencia la obligó a viajar a la ciudad para reunirse con el gobernador de Santa Fe. Allí se decidió armar un Comité de Crisis con la participación de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Servicio Penitenciario Federal.
En un comunicado Bullrich aseguró que tomarán medidas “para que todo hecho de violencia perpetrado en la vía pública o en el interior de lugares públicos sea inicialmente considerado como un acto de terrorismo”.
La cartera de Seguridad estudia un pedido de apoyo a las Fuerzas Armadas para castigar con penas ampliadas a los autores de estos delitos.
“Rosario no puede esperar más. Los rosarinos no pueden esperar más. Hoy tienen miedo de salir de sus casas. Eso se va a terminar. Vamos a ir a fondo con la ley y la Constitución siempre presentes, y no vamos a titubear para combatir a quienes nos amedrenten”, dice el documento.
La ola de violencia que sacude Rosario
Hace siete días se conoció la noticia de que un colectivo del Servicio Penitenciario santafesino había sido atacado con nueve impactos de bala. El saldo del ataque fue de un herido, que fue rozado por un proyectil y estuvo a centímetros de la muerte. Sería el inicio de días de extrema violencia.
Posteriormente, se registraron los asesinatos de dos taxistas, también muertos a balazos de una manera similar. Posteriormente, la fachada de la comisaría 15º, en la zona sur de Rosario, fue escenario de varios disparos de bala, aunque no se reportaron heridos ni víctimas. Las autoridades locales no descartan que los ataques sean una represalia por el tratamiento que los presos de alto perfil están teniendo en las cárceles locales, a quienes mostraron sentados, esposados y con la cabeza gacha, al “estilo Bukele”, que puede resultar contraproducente por lo ocurrido en Rosario.