La línea dura de Noboa

Por Redacción dat0s con Agencias
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Daniel Noboa, Ecuador, plesbiscito
Foto: ABC

La lucha contra el crimen gana apoyo tras plebiscito en Ecuador.

Caminando con firmeza hacia una versión desenfrenada de la política de tolerancia cero contra los criminales que ha tenido éxito en todo el mundo, Ecuador acaba de aprobar en un plebiscito un conjunto de medidas que endurecen el uso de la fuerza extrema y las detenciones indiscriminadas en el país. El resultado resalta el apoyo popular al presidente, Daniel Noboa, de 36 años, heredero de la familia más rica de Ecuador, quien fue electo y viene haciendo carrera como comandante de una cruzada para acabar con las pandillas que aterrorizan a la población. Entre las medidas aprobadas en el referéndum de once puntos se encuentran la regulación de las Fuerzas Armadas junto con la policía en la lucha contra el crimen organizado, la creación de tribunales especiales y la ampliación de las penas de prisión, lo que podría aumentar aún más la población carcelaria, foco de reclutamiento y coordinación de las pandillas que azotan el país.

Sólo se aprobaron los puntos relativos a la seguridad y casi el 30% de los votantes se abstuvo.

Ecuador, que alguna vez fue una isla de tranquilidad, ha entrado en crisis en los últimos años: una secuencia de gobiernos débiles coincidió con cambios en las rutas del narcotráfico en América del Sur, y de repente los puertos ecuatorianos se convirtieron en el canal preferido para el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos y Europa. Arrestados, los líderes de las pandillas, bajo órdenes de los cárteles mexicanos, establecieron sus cuarteles generales en penitenciarías y la violencia se disparó.

La nueva realidad quedó expuesta al mundo en enero, en vivo y a color, cuando delincuentes invadieron un estudio de televisión estatal y amenazaron a la población sobre las consecuencias de “jugar con la mafia” en el narcotráfico, una acción audaz que llevó a Noboa a declarar “estado de conflicto armado”.

Dotada de nuevos y amplios poderes, a principios de mes la policía entró por la fuerza en la embajada de México en Quito y arrestó a Jorge Glas, un ex vicepresidente ecuatoriano condenado por corrupción que se refugiaba allí. Además de cortar vínculos, México llevará el caso a la Corte Internacional de Justicia.

Pese a la reacción, el gobierno continúa sin tregua en el proceso de “bukelización” del país, en referencia al estilo brutal del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en la guerra contra las pandillas locales, que hoy sirve de inspiración para una creciente lista de líderes latinoamericanos. En dos años, el gobierno salvadoreño llenó las calles de soldados y arrestó a casi 75.000 personas, o el 8% de la población masculina, como se muestra en fotografías y videos de patios llenos de prisioneros semidesnudos. Hasta el momento casi nadie ha sido juzgado.

En Ecuador la violencia ha disminuido, pero está lejos de estar controlada: durante las vacaciones de Semana Santa dos alcaldes fueron asesinados y son frecuentes las denuncias de secuestros y extorsiones. El sistema judicial está colapsando y el número de detenidos aumenta día a día. Noboa, un político de centroderecha, con un 68% de aprobación (ya era del 85%) y en plena campaña de reelección en 2025, anunció la construcción de dos mega penitenciarías y la compra de barcos prisión para albergar a la multitud. de detenidos, prueba de que seguirá apostando por la política de línea dura.