Bukele el dictador moderno

Por Redacción dat0s
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bukele el salvador
Foto: AP

El mandatario salvadoreño consuma su rango de perpetuidad con una ley aprobada en el Congreso.

Todos veían en Nayib Bukele un joven outsider como la reencarnación de los contrarios, aquellos presidentes que se fueron multiplicando en la región para consumar su perpetuación en el poder; sonaban casos como el de los esposos Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y alguno que otro que se resistía a abandonar las mieles del poder. Todos ellos deberían ser un ejemplo de lo que significa pretender quedarse en el poder eternamente. Con Evo Morales (el caso de estudio que nos interesa) sucedió que por su pretensión de eternizarse en el poder ha caído en desgracia. No aceptó el resultado de un referéndum que lo revocó para su repostulación en 2016. Aun así, volvió a presentarse desoyendo la voluntad del soberano y se vio forzado a abandonar el país en 2019 tras unas elecciones fraudulentas. Cristina Fernández ha sido condenada seis años por una causa de corrupción, detenida en su domicilio y proscrita de por vida a ejercer cualquier cargo público. Morales tiene mandamiento de aprehensión y se encuentra refugiado para evitar su encarcelamiento.

El autogolpe de Nayib

El gobierno de Nayib Bukele en El Salvador acaba de impulsar una ley congresal para la reelección indefinida. El jueves de la semana pasada la Asamblea Legislativa, controlada por su partido, aprobó una reforma a la Constitución que permite la reelección presidencial indefinida, prohibida desde 1983. La enmienda fue aprobada en menos de seis horas y un día antes de que la población salvadoreña se fuera de vacaciones con motivo de las fiestas de San Salvador.

El legajo de reformas fue presentado por la bancada del partido gobernante Nuevas Ideas y aprobada con 57 votos a favor y solo tres en contra, de los únicos diputados de oposición en el Congreso. Estos cambios no solo desbloquean la elección presidencial indefinida. Además, amplían el periodo presidencial de cinco a seis años y adelantan las elecciones generales a 2027, dos años antes de que termine el actual mandato presidencial. Ambas disposiciones violan la Constitución, tal y como está redactada actualmente.

Los diputados y funcionarios fieles a Bukele han salido a defender la reforma, al asegurar que se trata de un mecanismo para ahorrar dinero público. El argumento es que, al celebrar votaciones cada tres años para alcaldes y diputados y cada cinco para elegir a un presidente, el país convoca constantemente elecciones. Los cambios recientes en la Constitución, sin embargo, se perfilan como los últimos pasos de un largo camino emprendido por Bukele con miras a una apuesta más grande: quedarse en el poder.

Quienes pretender perpetuarse en el poder esgrimen argumentos de las formas más variopintas. El caso del boliviano Evo Morales viene a colación ya que para habilitarse tras perder el revocatorio en 2016 invocó un derecho humano ante la Organización de Estados Americanos, figura bastante particular, que coronó un amargo legado de su mandato que acabó vulnerando cualquier derecho que hoy se encuentra buscado por la justicia a rendir cuentas por los abusos cometidos en la más larga gestión de un presidente boliviano. Morales gobernó ininterrumpidamente de agosto de 2006 a noviembre de 2019.

 


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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