El asedio extremista pone el riesgo la integridad nacional

Por El Grand Continent con Redacción dat0s
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Charlie Kirk, eeuu
Foto: Reuters

Desde 2021 EEUU ha registrado cinco asesinatos o intentos de asesinato de figuras políticas, la cifra más alta desde la década de 1960.

El asesinato del activista de extrema derecha estadounidense Charlie Kirk, el miércoles 10 de septiembre, durante un acto en el campus de la Universidad de Utah Valley, en Orem, ha reavivado los temores relacionados con una ola de violencia política que parecía —en apariencia— haber remitido desde los dos intentos de asesinato de Donald Trump en 2024.

Según el Violence Project de la Universidad de Hamline, cinco figuras políticas han sido asesinadas o han sido objeto de un intento de asesinato en Estados Unidos desde 2021, la cifra más alta desde la década de 1960. Este recuento excluye el asesinato de Charlie Kirk, quien, aunque era muy influyente dentro del movimiento MAGA, no ocupaba ningún cargo oficial ni era candidato a ninguna elección.

Estados Unidos ha sido escenario de numerosos actos de violencia política desde el intento de asesinato de Trump en Butler, en Pensilvania, el 13 de julio de 2024, como el incendio en abril de la residencia del gobernador demócrata de Pensilvania, Josh Shapiro, cuando este se encontraba en su interior con su familia.

El 14 de junio, la presidenta de la Cámara de Representantes de Minnesota, Melissa Hortman, y su marido fueron asesinados. Unas horas antes, el senador estatal John Hoffman fue víctima de un intento de asesinato junto a su esposa.

El 11 de agosto, un hombre disparó más de 180 balas contra la sede de los CDC, la agencia federal encargada de la protección de la salud pública. El tirador, que protestaba contra las vacunas contra el Covid-19, se suicidó tras el ataque.

El peligro de esta escalada de violencia política puesta en foco en perspectiva para comprender otros aspectos de análisis en torno al hecho y sus consecuencias. Habrá que remontarse a la violencia ejercida por simpatizantes de MAGA, la organización ultra conservadora que apoya al presidente Trump, durante la toma del Capitolio en enero de 2016 para evitar la posesión del gobierno demócrata, una acción de fuerza casi delincuencial en la que cientos de congresistas estuvieron presentes a riesgo de sus propias vidas.

Recientemente la orden del mandatario en desplegar a la Guardia Nacional en Washington o las tensiones en el estado de California instruidas para asediar a miles de migrantes. En el sur de California residen aproximadamente 1,4 millones de inmigrantes indocumentados. Muchos de ellos viven con tanto miedo que evitan salir a trabajar, llevar a sus hijos a la escuela o incluso hacer las compras básicas.

En el caso de Washington el anuncio llegó después de que el presidente catalogara a la ciudad como una de las más peligrosas y que pidiera a las personas sin hogar irse a otro lugar. “Nadie quiere ser asaltado, violado, tiroteado y asesinado”, dijo el presidente.

Entretanto en Los Angeles el “zar fronterizo” de Trump, Tom Homan echó la culpa a las leyes santuario de Los Ángeles impiden que las fuerzas del orden locales cooperen con los agentes de inmigración dentro de las cárceles, donde podrían detener a inmigrantes infractores sin la mirada del público.

Estas medidas de seguridad tienen su propio correlato en el Congreso norteamericano para promover reformas que permitan a los republicanos articular cambios constitucionales destinadas a incrementar el número de sus congresales. El impacto de dichas medidas ha dado lugar a comentarios sobre la ruptura del sistema de derecho en desmedro de la democracia y la ley.

Hay quienes afirman que el verdadero peligro no es que las elecciones cesen, sino que dejen de ser importantes. Un partido puede perder el voto popular estatal y aun así controlar la mayoría de los escaños. La representación ya no refleja la voluntad del electorado. El resultado es un gobierno elegido no por el pueblo, sino por quienes estaban en el poder cuando cambiaron los mapas. La mayor amenaza para Estados Unidos no es un rival externo, sino un colapso interno: una implosión geopolítica interna.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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