
Las políticas de ajuste aplicadas por la administración de Javier Milei agrietan su relación con los argentinos.
El apoyo del 54% con el que Javier Milei llegó a la presidencia argentina se han revertido casi por igual que el descontento de la población que siente el peso de las medidas económicas dictadas por la administración del presidente Javier Milei, acosado por una seguidilla de escándalos que mantienen a la familia del mandatario en permanente estado de afección. A esto se suma la paliza que ha recibido en las elecciones legislativas hace dos domingos en la provincia de Buenos Aires.
El CEO de editorial Perfil Jorge Fontevecchia con quien Milei tiene una controversia en la justicia, ha señalado en un editorial que el gobierno del presidente argentino padece del mal del miércoles en alusión al día que han escogido los jubilados para salir a protestar a las calles. El periodista argentino tomó el lunfardo miércoles para expresar una comparación con un día de mierda; el malestar de los sectores afectados por la crisis económica. Y en general por la descomposición que puede devenir en peores cosas.
El mismo Fontevecchia señala que Milei gozaba de lo que se denomina efecto “carro ganador”. Por ser artificial, se corre el riesgo de pasar sin etapas al efecto “carro perdedor”, a partir de un punto llamado schwerpunkt por el afamado general Clausewitz. Se convirtió en teoría militar cuando una derrota genera un efecto dominó. Si esto se confirma en octubre, el Gobierno entraría en una zona complicada.
Las turbulencias financieras
El riesgo país elaborado por el banco JP Morgan, que mide el diferencial que pagan los bonos de un país por encima de los de Estados Unidos, la semana pasada en 1.453 puntos básicos, un 16,6% más que en la anterior. La disparada del índice es el mejor indicador de la pérdida de confianza de los inversores en el gobierno de Javier Milei para llevar adelante el ajuste fiscal que le permitiría cumplir sus compromisos externos. En enero de este mismo año, el riesgo país argentino había rozado los 500 puntos. Aunque todavía alto, reflejaba el interés de los mercados en el proyecto económico de la ultraderecha en Argentina. Ocho meses después, el panorama ha cambiado dramáticamente.
Los títulos en moneda extranjera argentinos se derrumbaron hasta un 14%. El banco central, en tanto, debió vender 379 millones de dólares de sus reservas para contener la disparada del tipo de cambio, que por segundo día consecutivo alcanzó el techo de la banda de flotación de 1.474 pesos. El miércoles, la entidad emisora ya había desembolsado 53 millones de dólares, en la primera intervención desde el rescate de 20.000 millones que le otorgó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en abril pasado. El dólar minorista oficial que se vende en bancos cerró en 1.509 pesos por unidad, casi un 1% por encima de la víspera. Los dólares financieros, que flotan sin intervención del Estado, subieron hasta los 1.564 pesos, casi un 4% más que el miércoles. Las acciones cayeron cerca de un 9% en la Bolsa de Buenos Aires.
Las turbulencias económicas sumadas a la derrota electoral han puesto al gobierno en situación de apremió ya que esperaba llegar a esos comicios en buena forma, suficiente para sumar poder en el Congreso, donde está en minoría desde el inicio de la gestión, en diciembre de 2023. Sin esos votos, la duda es cómo hará para sostener el superávit fiscal, acumular reservas y avanzar en las reformas estructurales que prometió.