Qué dicen las encuestas en Chile antes de las elecciones presidenciales

Descifrando la Guerra
0
137
jara vs kast elecciones chile
Foto: Ilustración: Sandro Baeza / The Clinic

La caída en la popularidad de Milei, tanto por el impacto de sus medidas económicas como por su estilo, ha llevado a que líderes de la derecha chilena como José Antonio Kast, Johannes Kaiser o Evelyn Matthei que otrora no dudaron en asociarse a Milei, incluso incorporando elementos de su retórica a sus discursos en Chile, hoy toman distancia.

Las elecciones presidenciales en Chile están previstas para el 16 de noviembre, con un previsible ballotage el 14 de diciembre. El mapa electoral, en su estado actual, presenta una polarización creciente, con dos grandes figuras destacadas en las encuestas de Chile: Jeannette Jara, ministra de Trabajo y representante de la coalición Unidad por Chile, y José Antonio Kast, líder del Partido Republicano.

Las elecciones presidenciales de 2025 en Chile condensan una serie de tensiones que exceden el ciclo electoral inmediato. No se trata solo de una disputa entre candidaturas, sino de una pugna entre proyectos históricos en reconfiguración: una izquierda que busca reconstruir su legitimidad tras la experiencia de gobierno de Gabriel Boric, y una derecha fragmentada pero con alta capacidad de articulación en segunda vuelta.

Jeannette Jara emerge como síntesis de un oficialismo que se desplaza hacia posiciones más marcadamente de izquierdas, mientras José Antonio Kast consolida un liderazgo que apuesta por la radicalización programática y simbólica de la derecha.

En el trasfondo, se debate el lugar del Estado, la viabilidad de una nueva agenda redistributiva y el papel de Chile en un contexto regional atravesado por modelos iliberales y desafección democrática. Las cifras de intención de voto y las proyecciones no bastan para comprender el escenario: lo que está en juego es la arquitectura política del país y la dirección que tomará su transición post “estallido”.

Encuestas en Chile y el techo de Jeannette Jara

Unidad hace las veces de frente amplio que articula al Socialismo Democrático, al Partido Comunista, al Frente Amplio, al PDC y, en general, a sectores de centroizquierda. Jara proviene específicamente de la facción del PCCh. Por su parte, Kast está nítidamente encuadrado en la derecha radical.

Jeannette Jara ha logrado consolidar una candidatura que equilibra el respaldo institucional del gobierno de Gabriel Boric con una proyección hacia sectores más transformadores de la izquierda. Ha sido capaz de emerger como síntesis de una interna oficialista que no parecía sencilla hace apenas unos meses. Su pertenencia al Partido Comunista ha generado una redistribución interna del poder dentro de la coalición progresista, desplazando parcialmente a las corrientes socioliberales y socialdemócratas, que habían tenido mayor protagonismo en la elección de 2021 y en el gobierno de Boric.

Aunque la candidatura de Jara asume en términos generales el legado de Boric, introduce un nuevo eje: una reafirmación de principios vinculados a la justicia social, el fortalecimiento del Estado y la defensa de la clase trabajadora, con énfasis en políticas redistributivas. En términos estratégicos, esta orientación busca movilizar a un electorado de base popular que, en las últimas elecciones, mostró signos de desafección o abstención.

Jara busca convencer a las capas trabajadoras y a la izquierda descontentas con la política social de Gabriel Boric. A su vez, intenta conservar al electorado centrista que rechaza por encima de todo a figuras de derecha radical como José Antonio Kast, según varias encuestas en Chile.

El porcentaje que obtenga Jara en la primera vuelta será determinante. Si logra un 40%, como han sugerido algunas proyecciones más optimistas con la izquierda como Studio Chile, el impulso hacia el ballotage será significativo. Por el contrario, si su resultado se sitúa más cerca del 30%, será complicado que se imponga en segunda vuelta.

En realidad, la clave estará en identificar si ese eventual 40%, que se perfila como el horizonte máximo de la izquierda en noviembre, representa una base con capacidad de expansión o si, por el contrario, reflejaría una movilización anticipada por el miedo a una victoria de Kast. Este escenario significaría una suerte de ecuatorianización de las elecciones chilenas.

Allí, hace apenas unos meses, la candidata Luisa González obtuvo un resultado inesperadamente alto en primera vuelta, lo que generó una sensación de que estaba en condiciones de vencer en el balotaje contra el presidente Daniel Noboa. No fue así. Hubo una movilización anticipada de su base no fiel ante el temor de una victoria del propio Noboa.

Según las encuestas en Chile, en el país andino podría ocurrir algo similar a lo que ya anticipó Luisa González en Ecuador. Quienes están dispuestos a votar a Jara en el ballotage para impedir una victoria de Kast, pero no votarían orgánicamente a la izquierda en la primera vuelta –es decir, sectores de izquierda radical o centristas institucionalistas– podrían adelantar su voto a Jara en primera vuelta, buscando impedir que Kast se imponga tan temprano como en noviembre. Ello generaría una anticipación del techo electoral de la ministra de Trabajo.

Así, el riesgo para Jara radica en interpretar un buen resultado inicial como un suelo cuando en realidad podría ser un techo anticipado. En cambio, Kast tiene más posibilidades de ampliar su electorado en segunda vuelta, capitalizando la fragmentación de la derecha y su potencial para reagruparla.

Aunque no cuente con una mayoría propia en la primera vuelta, podría beneficiarse del voto estratégico o resignado de sectores de centro-derecha que, aunque no lo apoyen con entusiasmo, lo prefieren ante una eventual continuidad del oficialismo de izquierdas, según varias encuestas en Chile.

La hipótesis de José Antonio Kast

El líder del Partido Republicano llega a esta elección como un candidato consolidado dentro del espacio de la derecha. Su desempeño en 2021, donde fue derrotado por Boric en segunda vuelta, le permitió construir una identidad política clara, asentada en el discurso securitario, conservador y económicamente liberal.

El republicanismo chileno busca capitalizar las frustraciones securitarias y migratorias de la clase media chilena y la percepción de estancamiento económico de sectores de las clases trabajadoras nacionales. Su retórica dura le permite agrupar a un núcleo duro de en torno al 20%, pero limita su crecimiento entre el electorado moderado.

La derecha tiene más opciones. De un lado, Evelyn Matthei, ex alcaldesa de Providencia, representa un perfil tecnocrático. Su candidatura, con el sello de Unión Demócrata Independiente (UDI), busca ser la anternativa “moderada” entre el oficialismo de izquierdas y las expresiones de derecha radical.

De otro lado, Johannes Kaiser, lidera al Partido Nacional Libertario, con un discurso alineado con los postulados económicos del presidente argentino Javier Milei. Finalmente, Franco Parisi sigue teniendo una base de apoyo significativa, sobre todo en sectores descontentos con el sistema político.

La combinación de estas candidaturas de derechas podrían sumar entre el 55% y el 60% de los votos, según indican las encuestas en Chile. Frente a ello, la izquierda, articulada casi exclusivamente en torno a Jara, tiene un techo en primera vuelta del 40%, según las encuestadoras. Este desequilibrio numérico, en apariencia, sugiere un escenario adverso para la izquierda en el balotaje.

En este punto, conviene subrayar que Kast es una figura polarizadora. Su candidatura moviliza con fuerza a su base, pero también genera rechazo tanto en la izquierda como en parte del electorado de centro y derecha moderada. Por tanto, no es automático que todos los votantes de Matthei, o Parisi se alineen con Kast en una eventual segunda vuelta. Quizá los de Kaiser sí.

Algunos podrían optar por la abstención, otros por el voto nulo, e incluso un pequeño segmento podría inclinarse por Jara si perciben que representa estabilidad institucional frente a una alternativa más disruptiva. Sin embargo, los antecedentes electorales en América Latina invitan a pensar que, en numerosos casos, el votante de centro-derecha teminará apoyando al candidato de derecha radical frente a la opción de izquierda, aun cuando esta sea más o menos moderada.

El efecto Milei en las elecciones de Chile

En la coyuntura política chilena, resulta llamativo observar la evolución en las actitudes de diversas figuras de la derecha respecto al presidente argentino Javier Milei. Durante sus primeros meses en la Casa Rosada, cuando conservaba una imagen pública positiva, actores como José Antonio Kast, Johannes Kaiser o Evelyn Matthei no dudaron en asociarse con su figura, incluso incorporando elementos de su retórica a sus discursos en Chile.

Hoy, sin embargo, el escenario ha cambiado. La caída en la popularidad de Milei, tanto por el impacto de sus medidas económicas como por su estilo, ha llevado a estas mismas figuras a tomar distancia.

No obstante, su figura no ha desaparecido del debate político chileno: sigue operando como referencia simbólica y como recurso discursivo, especialmente dentro de un sector de la derecha que busca activar emocionalmente a su base electoral. En ese sentido, si bien no puede afirmarse que Milei sea un actor determinante en la campaña chilena, sí constituye un elemento influyente que está siendo utilizado por la izquierda en el ámbito digital.

En este escenario, la elección no se resolverá exclusivamente en términos estrictamente ideológicos, sino también en torno a variables como la participación electoral, la capacidad de movilización territorial, el clima económico y la narrativa dominante en la campaña de segunda vuelta. Aunque una porción de votantes de la derecha no republicana pudieran no apoyar a Kast, cuesta creer que la disrupción pueda ser tan grande como para impedir la derrota de Jara en el ballotage.

A pesar de las incertidumbres propias de todo proceso electoral, el escenario más probable según las encuestas en Chile es un balotaje entre José Antonio Kast y Jeannette Jara. La potencial articulación de bloques favorecería nítidamente al republicano de cara a la segunda vuelta, aunque el margen puede ser más estrecho que en ciclos anteriores. La clave estará en identificar si la izquierda chilena logra evitar el “escenario Ecuador”.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
Si quieres apoyar nuestro periodismo aporta aquí
Qr dat0s