Real fuerte, dólar débil: Contradicciones de un equilibrio imperfecto

Por Veja con edición dat0s
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real de brasil vs dólar

La caída del dólar en Brasil reduce la presión sobre los precios y las tasas de interés, pero supone un reto para los exportadores.

Aunque el dólar esté cayendo, Brasil no celebra con su tipo de cambio. Según Alex Agostini, economista jefe de Austin Ratings, la clave está en no dejarse llevar por la volatilidad del tipo de cambio. La reciente apreciación del real —que ya ha alcanzado cerca del 15% este año— tiene muchas más implicaciones que simplemente aliviar la carga económica de los consumidores.

La buena noticia es que un real más fuerte trae beneficios directos tanto para los consumidores como para la política monetaria. “Un tipo de cambio más bajo elimina la presión inflacionaria sobre los productos que se comercializan internacionalmente”, explica Agostini. Los combustibles, fertilizantes y otros artículos cotizados en dólares tienden a bajar, lo que ayuda a contener el IPCA (índice de inflación brasileño) y, de paso, abre margen para la reducción de las tasas de interés. “Esa sería la mayor ganancia”, resume el economista: el famoso efecto dominó positivo que tanto gusta al mercado.

Pero toda moneda tiene dos caras. Un dólar más barato perjudica a la agroindustria y las exportaciones industriales, que pierden competitividad en el extranjero. “Los productos brasileños se encarecen para los compradores extranjeros”, advierte Agostini. Encontrar el punto de equilibrio es una tarea casi artesanal: cada sector tiene su propio límite. En definitiva, el tipo de cambio ideal es aquel que no genere complacencia entre los inversores ni inquietud entre los exportadores.


"La realidad no ha desaparecido, se ha convertido en un reflejo"

Jianwei Xun
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