
El expresidente de Brasil confesó que intentó quemar su tobillera electrónica por un estado de ansiedad.
El pasado viernes el expresidente de Brasil Jair Bolsonaro fue trasladado a una prisión federal tras cumplir casi un año de detención domiciliaria. Bolsonaro explicó que intentó manipular el dispositivo en su domicilio mientras estaba acompañado por su hija, su hermano y un asesor. Señaló que, al darse cuenta de su error, contactó de inmediato a los agentes responsables del monitoreo.
Bolsonaro, declaró este domingo en una audiencia judicial en Brasilia que intentó manipular la tobillera electrónica que llevaba como medida cautelar durante un episodio de “paranoia” y alucinaciones provocado por un episodio de “paranoia” causado por medicamentos que estaba tomando, y negó que se tratara de un intento de fuga. A partir de un presunto intento de golpe de Estado tras las elecciones presidenciales de 2022, se le impuso la medida, ya que el Supremo Tribunal Federal (STF) consideró que existía un riesgo concreto de fuga y una amenaza al orden público.
Según el acta de la audiencia, presidida por la jueza Luciana Sorrentino, Bolsonaro sospechó que el dispositivo podía contener un sistema de escucha y decidió intentar abrirlo con un soldador, uso que atribuyó a conocimientos técnicos adquiridos previamente. Explicó que el episodio ocurrió cerca de la medianoche y que desistió poco después, cuando, según sus palabras, “recuperó la razón”, y añadió que nunca había experimentado una alteración similar.
A través de una videoconferencia, respondió a preguntas sobre las condiciones de su arresto tras pasar su primera noche en prisión preventiva en la sede de la Policía Federal en Brasilia. También admitió que se encontraba en su domicilio junto a su hija, su hermano y un asesor durante el incidente, y que intentó manipular la tobillera sin asistencia. Señaló que, al percatarse de su error, se comunicó de inmediato con los agentes responsables del monitoreo.
El líder ultraderechista aseguró ante la jueza que el dispositivo no llegó a ser cortado ni removido en ningún momento y que no existía intención de escapar de su régimen de prisión domiciliaria. Al analizar los procedimientos, la magistrada confirmó que la prisión preventiva, dictada inicialmente por el ministro del STJ Alexandre de Moraes, se mantendrá vigente, al considerar que se realizaron conforme a la ley y que no presentaron denuncias por irregularidades ni abuso de autoridad.
Sin asistencia de las tres personas presentes en su domicilio, Bolsonaro reiteró que la manipulación se debió a un estado de ansiedad provocado por pregabalina y sertralina, recetados por distintos médicos. Además, relató que la alteración le generó sensación de persecución y lo llevó a creer que el sistema de monitoreo funcionaba como una ‘escucha’.
Por procedimiento judicial, este lunes el pleno de la Primera Turma del Supremo Tribunal Federal evaluará si ratifica o revoca la prisión preventiva, y la audiencia se realizará sin la participación del ministro Moraes, autor de la decisión. Al mismo tiempo, los abogados de Bolsonaro preparan un recurso contra la pena de 27 años de cárcel impuesta por la tentativa golpista, que fracasó por falta de apoyo de altos mandos militares, cuyo plazo para presentarlo vence el lunes.












