Deben centrarse en las necesidades de la persona, más que en las enfermedades
Al hablar de cuidados paliativos se piensa en ofrecer tratamientos terapéuticos centrados en el alivio del sufrimiento del paciente en estado de gravedad. Hay una relación cultural muy fuerte respecto a esos cuidados y la muerte, y eso ha llevado a identificar al enfermo con necesidades paliativas como terminal; sin embargo, esa identificación es falsa e inadecuada.
Se ha visto que muchos pacientes se pueden beneficiar de las atenciones centradas en las necesidades de la persona, más que en las enfermedades. Este cambio de enfoque hace que los cuidados paliativos se puedan ofrecer para cualquier mal que limite o amenace la vida, sin importar que no se encuentre en una etapa terminal, refirieron integrantes del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la UNAM.
En la mesa redonda El Tiempo Adecuado para los Cuidados Paliativos, (realizada en el marco de la Sexta Feria del Libro de las Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina de la UNAM de México, en agosto pasado), David Fajardo Chica, investigador del Grupo de Trabajo del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Facultad de Medicina, explicó que ese modelo de atención terapéutica, que tanto tiene para ofrecer, no es aprovechado a cabalidad. “Eso da un mal resultado y nos deja con formas de sufrimiento muy graves que podrían ser aliviadas, pero no lo son”.
Este tipo de acercamiento al sufrimiento relacionado con la enfermedad, puede ser de mucho beneficio para todas las partes involucradas: pacientes, cuidadores, profesionales de la salud y comunidad en general.
Además, abundó Fajardo, se trata de un asunto de interés público, porque todos somos pacientes con necesidades paliativas en potencia. “Cada vez somos mejores en la tarea de ganar años de vida, pero esto trae consigo el sufrimiento de más años de enfermedad”.
Enfoque temprano
Mónica Osio Saldaña, también asesora externa de la Secretaría de Salud y del Consejo de Salubridad General en la materia, y parte del Grupo de Cuidados Paliativos del Seminario, recordó que al inicio esa atención tenía que ver con el trabajo que se hacía con pacientes moribundos y únicamente de cáncer, en la décadas de 1960 y 1970. En este tiempo ha habido una transición.
Por ejemplo, en el mal de Parkinson o demencia senil, su evolución podría llevar 10 o más años. Son padecimientos que no se curan, pero evolucionan y limitan las expectativas de vida; con el tiempo, además, aumentará la carga de cuidados para los familiares. Pero “con un enfoque temprano de los cuidados paliativos podemos mejorar muchas de esas condiciones”, señaló.
Naciones Unidas, dijo la experta, estableció que todos los Estados miembro deben adoptar los cuidados paliativos como un componente central del sistema de salud. En México se establecieron como parte de la atención médica desde 2009, en la Ley General de Salud, mas eso no significa que se lleven a la realidad; hacen falta equipos capacitados en el área y ese es uno de los grandes obstáculos para tener un tratamiento adecuado para los pacientes.
Nayeli Vianey Salazar Trujillo, coordinadora del Grupo de Cuidados Paliativos del Seminario de Estudios sobre la Globalidad, expuso que la Organización Internacional de Hospicios y Cuidados Paliativos habla del cuidado activo, holístico (como un todo), de personas de todas las edades con sufrimiento grave debido a una afección severa, especialmente de quienes están cerca del final de la vida.
El objetivo general de todos los modelos de cuidados paliativos, ahondó, es mejorar las condiciones de vida de los pacientes, sus familias y cuidadores; en su mayoría se orientan a la prevención e identificación temprana de los síntomas para mejorar la calidad de vida, con una intervención de un equipo de psicología, para detectar y apoyar las necesidades espirituales y sociales de los pacientes.
Esos modelos “no tienen el objetivo de apresurar el fallecimiento ni posponerlo; en todo momento se reafirma la vida y se reconoce a la muerte como un proceso natural”. En todo caso se requiere el abordaje con un equipo multidisciplinario.
Susana Ruíz Ramírez, del Seminario de Calidad al Final de la Vida de la FM, afirmó que ofrecer cuidados paliativos tempranos ayuda en la mejoría del control de síntomas físicos como dolor, náusea, vómito o debilidad, y mentales, como tristeza y depresión. En esta área “nos enfocamos en evaluarlos y ofrecer intervenciones que puedan aliviarlos”.
La psicóloga apuntó que en la planificación de los cuidados médicos “debemos basarnos en los valores del paciente, sus creencias, principios y deseos, que en caso de agravarse podría no tener la capacidad de manifestar”; ello también influye en una muerte digna.
Los cuidados paliativos tempranos, finalizó la universitaria, mejoran el control de síntomas, la relación médico-paciente y la calidad de vida.