La granja de los animales 2

0
611

Una nimiedad que en cualquier parte del mundo -y mucho más en Bolivia- en la que se oyen sandeces todos los días, fue convertida por el gobierno en una montaña, arrojándola desatinadamente contra los hombros de un periodista de 90 años, que durante medio siglo, ha dado cátedra de corrección, sindéresis y objetividad en la Agencia de Noticias Fides. Esta interpretó el adjetivo flojo que usó el presidente Morales, refiriéndose a los habitantes del oriente, por el sustantivo flojera. El escándalo armado proviene no de la buena intención del padre Gramunt, sino de la justa reacción de la prensa y de la opinión pública cruceña que se sintieron aludidos, con razón. Y eso que no se comentó ya, el sacrificio de terneros para hacer parrilladas, que también “algunas familias” hacen en el oriente o la venta de ventanas y techos de viviendas recién construidas para destinar esa plata presumiblemente a libaciones, conceptos que formaban parte también, del discurso presidencial. Recién ante esa reacción, el gobierno apresuró una acción penal, ampliándola a “Página 7” y “El Diario”,  (pero no a los periódicos cruceños que la han publicado en titulares mayores), indicando que es racista, que fomenta el odio entre regiones y que parte de una conspiración para dividir a Bolivia, sazonándola además con adjetivos de éste calibre para calificar la modesta nota de ANF: “premeditada, alevosa, cobarde, inescrupulosa, antiética” y la ministra Dávila, ha añadido que es “tendenciosa y perversa”.

* * *

No valdría la pena ni la acción penal ni los insultos, pues la Academia de la Lengua, por boca de su presidente Mario Frías, dice que los dos conceptos tienen la misma raíz. “En realidad, de flojo, deriva flojera, entonces en cuanto a significado no es apreciable la diferencia”, … yo diría que es menos duro poner flojera que flojos. Al decir son flojos es una condición permanente, en cambio la flojera sería por una causa temporal, momentánea”.  De manera que el racista y el divisionista sería, no Gramunt ni los directores de los periódicos, sino el propio Presidente con lo que sus feroces defensores quedan en el ridículo.

* * *

Aquí se está siguiendo la corriente de Chávez que ha cerrado varias televisoras y 40 radioemisoras y de Correa, que hizo aplicar a un periódico, una multa de varios millones de dólares, para después hacerse el magnánimo y perdonarlo. Lástima que en período electoral se levante un garrote, buscando aplastar a los periodistas para que en el futuro no digan “pío”, ante cualquier barbaridad

* * *

Los países eligen para embajadores en Naciones Unidas, a sus mejores y más experimentados diplomáticos. Es una especie de culminación de la carrera en todas partes del mundo, pero no en Bolivia. Aquí se ha escogido a alguien que no ha pasado jamás por la Academia Diplomática ni por una oficina consular y que es acusado formalmente por los indígenas de tierras bajas de la desconsiderada golpiza a hombres y mujeres, que no estaban haciendo daño a nadie, en la localidad de Chaparina. Se dice que el delito que cometieron (que el gobierno calificó de “intento de homicidio”), fue el de haberse hecho acompañar por el Canciller por un kilómetro para evitar precisamente un cerco que les querían tender. Ciertamente que el canciller no fue de buena voluntad, pero tampoco sufrió ningún castigo ni vejamen y todo terminó en paz. El nombramiento del beneficiado, autor de un libro contra la prensa independiente, en el que ha dedicado una sola línea de simple información a ANF, por lo que cae, por su propio peso, la acusación de “conspiración” que le endilga a esa Agencia, el gobierno, no ha caído bien en la opinión pública y al beneficiado se le conoce ahora como el “Mariscal de Chaparina”, pues él es, por acción u omisión, responsable de esa paliza, que en su momento dio la vuelta al mundo.

* * *

Seguramente, hablando en broma, en otro discurso anterior, el presidente Morales dijo que las Fuerzas Armadas debían ser “amadas por el pueblo” y “temidas por el imperio”. Fue justamente el día en que el imperio hizo llegar a Marte, en un recorrido de 570 millones de kilómetros y que duró 8 meses, la aeronave “Curiosity”, que ha enviado de vuelta fotografías de una nitidez impresionante y que continuará haciendo investigaciones científicas para enviarlas de vuelta a la Tierra. Con todos sus problemas a cuestas, el imperio además, continúa siendo poseedor del mayor arsenal nuclear del mundo. ¿Cómo podremos impresionarlo desde nuestra mediterránea fortaleza, para que nos tema?

* * *

Y hablando de desmesuras, en una de sus interminables peroratas, (con una de ellas fatigó al Congreso venezolano, con nueve horas y media de oratoria), el comandante Chávez acaba de decir, que la elección presidencial en Venezuela, el 7 de octubre “pone en juego el futuro de la humanidad”, ¿de dónde deduce ésta enormidad? De un cuento que le echó su canciller Maduro, que estuvo en Teherán, en la Cumbre de los No Alineados donde la mayoría de los cancilleres, -según él- le preguntaron primero por la salud del presidente y segundo por la campaña electoral. Los tales cancilleres provenían de países marginales y remotos. El mesianismo y la egolatría del comandante, le hacen ver que las simples expresiones diplomáticas que se usan en esos foros, no tienen significado alguno, ni por supuesto reflejan como cree él, que el mundo que confronta innumerables problemas más acuciantes, pudiera estar preocupado por su salud o por el resultado electoral de un país del tercer mundo, como el suyo.

* * *

El día del peatón, es una de las iniciativas más tontas de la Asamblea Plurinacional. Como si el país no viviera de bloqueo en bloqueo y de manifestación en manifestación, hemos añadido al calendario éste festejo que perjudica a enormes sectores de la población, comercios, farmacias, hospitales, restaurantes, servicios de transportes, enfermos que no tienen dónde y cómo acudir en busca de auxilios, etc., etc., y fomentan el ocio, (no queremos decir flojera, porque nos podrían caer con una demanda penal) que es una de las características de nuestra población con la que nos distinguió Alcides Arguedas en su “Pueblo  enfermo”.

 

EtiquetasAnimales