Museos: Valen más que veinte escuelas

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El escritor Mariano Baptista Gumucio presentó uno de sus recientes y laboriosos proyectos. El Museo Franz Tamayo y la Galería de Escritores. Está ubicado en el cerro Santa Bárbara de La Paz.

Si como dice Mario Vargas Llosa, un museo vale más que diez escuelas, los dos nuevos repositorios, instalados en el sótano del museo del Niño (Avenida del Ejército, Laikakota, teleférico), valen por veinte escuelas. Se trata del Museo “Franz Tamayo” y de la Galería de “Escritores Paceños”, instalados ambos en once ambientes, de los cuales, tres están dedicados a los niños.

La inauguración tuvo lugar hace pocos días y el gestor de la idea, historiador y amigo de ésta casa periodística, Mariano Baptista Gumucio, destacó lo siguiente:

“Creo que son muy importantes para La Paz, pues si bien cada año se hacen obras públicas y sobre todo escuelas y canchas de fútbol, el nacimiento de un museo y muchos más como los de estas características, se produce, si acaso, cada década y si a éstos se los cuida, enriquece y amplia, servirán a varias generaciones de paceños, a los más jóvenes introduciéndoles al mundo maravilloso de las letras y, a los mayores, insuflándoles un sentimiento de orgullo y estima por lo que nos dejaron los escritores y poetas a quienes honramos hoy. Muchos de ellos -y yo tuve la oportunidad de conocerlos-, murieron en el abandono y la pobreza y por supuesto, apenas ganaron algunos centavos con sus libros. Pero ellos tuvieron la pasión de imaginar otra Bolivia posible, otra Bolivia mejor, y aunque hubiesen sido adversarios entre sí, los unió su amor a la literatura y al país. Era justo que la ciudad, finalmente se acordara de ésta heroica minoría del espíritu empeñada en crear una comunidad más tolerante, democrática y participativa”.

Baptista Gumucio trabaja desde hace años en todo el país en el fomento a la cultura en este y otros proyectos plasmados en realidad. “He trabajado seis intensos meses, pero la verdad, es que la idea se ha concretado en 35 años, pues desde que escribí en 1977, una semblanza biográfica de Tamayo, pensé que era tiempo de que La Paz hiciera un homenaje permanente al más ilustre de sus hijos. Como en casi todas las cosas, nos hallamos en este campo muy atrasados respecto al mundo en general y a nuestros vecinos en particular, Desde hace tres décadas hice gestiones ante alcaldes, prefectos, directores de cultura y no sólo encontré indiferencia, sino que también fui objeto de desaires”.

“Los repositorios están dedicados a Mario Mercado Vaca Guzmán, por la dedicación que él tuvo a la cultura: creó la galería EMUSA, las fundaciones de Inti Raymi, en Oruro y de “Ultima Hora”, en La Paz; como alcalde construyó los museos Costumbrista, del Litoral Boliviano y del Oro, en la calle Jaén, y restauró el de “Pedro Domingo Murillo”, apoyó la gira triunfal que hicieron los arcángeles de Calamarca por Europa y Estados Unidos y recuperó a través de “Ultima Hora”, el parque Bolivia, frente al hotel Radisson, que ya había sido tomado por los salubristas, para construir edificios multifamiliares. Quedó sin embargo apesadumbrado de no haber podido, en su gestión municipal, hacer un museo dedicado a los escritores paceños. Yo le mencioné esto a Luis (hijo de MMVG) y él de inmediato tomó la idea y me encargó que hablara con el alcalde Luis Revilla. Éste acogió la idea con beneplácito”.

“La galería y el museo están acompañados de homenajes a José García Mesa, el pintor que retrató El Prado de La Paz en 1900, a Julio Cordero, el fotógrafo cuyo lente capturó La Paz durante la primera mitad del siglo XX, al viajero francés D’Orbigny, al dibujante italiano Luis Amoretti, al pintor Arturo Borda y a varios otros. En realidad el homenaje a los literatos paceños se ha extendido a los del resto del país, pues muchos de ellos residieron aquí y contribuyeron al progreso espiritual de La Paz”.

Baptista destacó la fuerza creadora de los bolivianos. “Como se demuestra aquí, Bolivia no nació ayer, pues todo lo que tenemos, lo bueno y lo malo, lo heredamos de nuestros mayores, muchos de ellos caídos defendiendo la heredad nacional como Alberto Villegas, el novelista paceño que murió en el Chaco donde perdieron la vida 50 mil jóvenes bolivianos. Por eso no sólo es necia la pretensión de condenar el pasado en bloque sin ver sus luces y sus sombras, sino autodestructiva pues no somos hijos del desierto, donde lo único que nos guarezca, sea una carpa”.

“Este edificio fue diseñado con carácter ad honorem, por el gran arquitecto Juan Carlos Calderón y construido con apoyo internacional por Peter Mc Faren, a quien acompañé durante dos décadas como miembro ad honorem de la Fundación “Quipus”, que construyó éste edificio para los niños. Concluido el comodato con la alcaldía se devolvió el terreno de 30.000 metros, enriquecido con ésta bella construcción en la colina con la vista más bella de La Paz. De otra manera, está colina se hubiese convertido en un barrio de techos de calamina”.

 

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