Un nuevo desorden alimenticio: La Ebriorexia

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La lista de trastornos alimentarios aumenta, ahora hay que añadir la Ebriorexia, un desorden caracterizado por una conjugación de diferentes conductas, no comer sometiéndose a una abstinencia alimenticia voluntaria, realizar un atracón y posteriormente provocar el vómito y como tónica dominante en ambas conductas, abusar de las bebidas alcohólicas, es una combinación de anorexia, bulimia y alcohol.

Hay que decir que por el momento la ebriorexia (drunkorexia) no es un término oficial para nombrar al nuevo desorden alimentario, pero es el que se está adoptando por el momento para denominar el nuevo problema. Los denominados “ebrioréxicos” no quieren comer para poder compensar las calorías que el alcohol aporta, se podría decir que el término describe a las personas alcohólicas anoréxicas o bulímicas.

Los protagonistas de este trastorno alimentario son mayoritariamente mujeres y el alcohol básicamente es la única fuente de calorías con la que se sustentan, aunque existen casos de mayor gravedad en los que el alcohol es sustituido por drogas como las metanfetaminas con la única finalidad de inhibir el hambre.

La ebriorexia es más frecuente en las mujeres que en los hombres y suele darse en personas entre los 18 y 30 años.

Cómo detectar la ebriorexia

Consumo de alcohol. La ingesta de alcohol es desmedida y generalmente se hace a escondidas.

Atracones. Debido a la ausencia de calorías para brindarle al cuerpo la suficiente energía para funcionar adecuadamente, quien padece de ebriorexia suele tener atracones de comida.

Hinchazón de la cara y deterioro físico. Esto es un efecto de la inducción del vómito.

Características específicas de la bulimia y anorexia. Las personas que padecen de ebriorexia no suelen consumir alimentos delante de las personas, tienen una autoimagen desvalorizada y tienen miedo al aumento de peso.

Pérdida de cabello y problemas dentales. Debido a la ausencia de vitaminas y a la incitación del vómito.

Debilidad corporal y mal aspecto de la piel. También debido a la mala alimentación.

Conductas de aislamiento social y agresividad.

Pérdida de conciencia o desmayos.